SI ESTO ES UN HOMBRE

SI ESTO ES UN HOMBRE

El escritor italiano Primo Levi quien había conocido el horror de los campos de concentración, relata esa experiencia en, Si esto es un hombre (1947), obra narrativa que señala los efectos devastadores de la represión nazi sobre la dignidad humana.

El libro empieza con la captura de Levi y otros compañeros por la milicia fascista, quienes por su condición de judíos fueron confinados a Auschwitz, narra la situación en la que fueron transportados en el ferrocarril tanto hombres, mujeres y niños, amontonados en condiciones inhumanas, Levi lo dice así los vagones eran doce, y nosotros seiscientos cincuenta; en mi vagón éramos sólo cuarenta y cinco, pero era un vagón pequeño. Exactamente así, punto por punto: vagones de mercancías, cerrados desde el exterior, y dentro hombres, mujeres, niños, comprimidos sin piedad, como mercancías en docenas, en un viaje hacia la nada, es realmente un párrafo muy estremecedor para meditar acerca de la naturaleza cruel del hombre.

Narra de manera muy detallada y cronológicamente desde el momento en que los despojan de todo, de la transformación de la que son víctimas, de cómo se van acostumbrando y acoplando a estar en los Lager, y dentro de estos me parecen sorprendente las estructuras que se rigen, como dentro de un lugar así aún hay sitio para los privilegios, las injusticias y los abusos de unos contra otros.

En una sola frase a mi parecer Levi plasma lo que es estar en un campo: Entonces por primera vez nos damos cuenta de que nuestra lengua no tiene palabras para expresar esta ofensa, la destrucción de un hombre. En un instante, con intuición casi profética, se nos ha revelado la realidad: hemos llegado al fondo. Más bajo no puede llegarse: una condición humana más miserable no existe, y no puede imaginarse.

Igualmente nos muestra no solo su realidad, sino la de otros, surgen figuras singulares con las que convive, y con las que uno puede sentir más viva la realidad por la que están atravesando.

Levi finalmente será admitido en el laboratorio, cosa que le salvaría de acabar en las cámaras de gas como tantos otros. El libro acaba con los SS abandonando el campo a todo correr, ante la llegada de los Rusos, al acercarse las tropas soviéticas, el Lager es desalojado, quedando sólo en él, abandonado a su suerte. La mayoría de sus compañeros, faltos de cuidados, de agua y de medicamentos, murieron de tifus, difteria, disentería o frío, como también desaparecieron los cerca de veinte mil compañeros.

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