VINCULACION
isabela45618 de Marzo de 2015
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Vinculación jurídica de iglesia-estado durante la
colonia en América.
Al hablar de este tema tenemos que saber la importancia que el mismo tiene Cuando la
La Iglesia y el Estado:
Desde el surgimiento del cristianismo, es decir, al pasar del dominus deus al dominus et deus, iglesia y poder secular se vieron envueltos en más situaciones de tirantez y conflicto, que en situaciones de armonía. Breves ejemplo de estos son; la “molestia” de Carlomagno cuando fue coronado por el Papa, la llamada Querella De Las Investiduras en los siglos XI y XII, la célebre auto coronación de Napoleón Bonaparte, etc. En el caso de la América colonial podemos establecer dos periodos en las relaciones entre la Iglesia y el Estado: La primera, que va desde los comienzos mismos de la conquista hasta la asunción de los Borbones, que está marcada por una relativa “paz”. Dado el papel “evangelizador” de la conquista, el clero jugó un papel preponderante. Además, para los primeros años de la conquista el poder laico parece haber logrado “subordinar” a la iglesia sin que esta deje de tener un papel importante en lo social y en lo político. Un claro ejemplo de esto son los oídos sordos de la Corona al pedido de Fray Bartolomé de las Casas, que además de denunciar los abusos de los conquistadores, pedía la abolición de la encomienda.(1) Si bien el clérigo no logró del todo sus objetivos, presionó para abolir la esclavitud de los indios y para que éstos perciban un salario por sus días de trabajo. También logró que las encomiendas no se transformen en hereditarias (2). Pero la iglesia tenia casi tanto poder como los reyes, un símbolo de este poder eclesiástico fue la donación papal a los reyes de España de todo el Nuevo Mundo, aunque Francisco de Victoria (destacado teólogo español) arguyó que la santa sede no tenía derecho a disponer de dichos territorios. Una vez más, de las Casas afirmó que el papa como vicario de Jesús, tenía autoridad sobre la humanidad toda. Por lo tanto podía promover la predicación del evangelio.(3) Como dijimos más arriba es un período de relativa tranquilidad, con las ya vistas discrepancias. Se ve una cooperación mutua para desarrollar las acciones en el nuevo mundo; ejecutadas por el Estado y legitimadas por la Iglesia. Veamos las palabras de De Las Casas a propósito de la donación papal:
“Los reyes de Castilla y León (...) son casi legados y coadjutores de la Sede
Apostólica...ministros e instrumentos e medios idóneos(4)”
Este espíritu de cooperación también se refleja en la actitud de la monarquía con respecto a la Reforma en las últimas décadas del siglo XVI. España se convirtió en el baluarte de la contra-reforma; intervino militarmente en lo que hoy es Alemania y Francia. Esto financiado por los metales preciosos provenientes de América, en pleno auge gracias a las medidas del virrey Toledo.(5) O sea, que el Estado y la Iglesia parecen fundirse en un solo poder, parecen ser dos caras de una misma moneda, al menos en este período.
La segunda etapa, es una etapa de conflicto que abarca desde la llegada al trono de los Borbones hasta el fin del imperio español en América. En sus intenciones de aumentar los ingresos fiscales y de acrecentar su poder, los jesuitas (expulsados a perpetuidad de los dominios del Rey en 1767) fueron el chivo expiatorio debido a su inmensa cantidad de bienes (que fueron aprovechados por la Corona) y a su aparente autonomía.(6) Es la única orden religiosa que podía llegar a “hacerle sombra” al poder real. Como veremos más adelante, la expulsión jesuita fue una medida impopular (excepto en el Paraguay).(7) Además, los Borbones fueron reduciendo la inmunidad clerical e intentaron colocar al clero bajo tribunales seculares. Aunque la iglesia no se enfrentó directamente a la corona, quedó resentida profundamente
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