¿quién Se Ha Llevado Mi Queso?

La obra que lleva por título ¿Quién se ha llevado mi queso? Tiene por objetivo infundir en las personas la aceptación al cambio tanto en la vida personal como en la profesional; trata de convencer y abrir la mente del lector a reconocer nuevas oportunidades y darse cuenta que el cambio no es malo, sino al contrario, siempre trae consigo algo nuevo y mejor, que es natural sentir miedo pero que no lo es cuando se deja que éste dictamine las acciones y el pensamiento así como el curso de las acciones que se lleven a cabo.

Es mejor inspeccionar siempre la situación alrededor para así darse cuenta de las variaciones que se están presentando, de esta manera el cambio no sorprenderá repentinamente y se estará mejor preparado para afrontarlo y disfrutar de este así como también saborear los obstáculos que se presentan durante el trayecto.

Los personajes que participan en la historia son dos ratones: Fisgón, quien fisgonea y detecta pronto el cambio y Escurridizo, que se apresura hacia la acción; también participan dos liliputienses: Hem, que se niega y se resiste al cambio, por temor a que conduzca a algo peor y Haw, que aprende a adaptarse a tiempo, en cuanto comprende que el cambio puede conducir a algo mejor. Los cuatro personajes se dedicaban a ir en busca de su alimento: el queso, en un laberinto que representa la vida real, mientras que los ratones buscan simplemente queso, los liliputienses van en busca de un queso en mayúsculas que se traduce a cualquier cosa que los seres humanos deseen alcanzar, por ejemplo la felicidad, un mejor empleo, éxito, bienestar económico, etcétera.

Un buen día llegaron al depósito de queso Q, al que siempre asistían y Hem y Haw se percatan de que ya no había más queso para disfrutar, situación a la que se enfrentaron negativamente, puesto que no hicieron más que culparse el uno al otro y lamentarse de lo sucedido, no suficiente con esto, hicieron algo peor: sentarse a esperar que el queso volviera a ellos.

Así pasaron los días y cada vez se les veía más desgastados física y mentalmente pues su actitud negativa no les favorecía en lo más mínimo. Un día Haw se dio cuenta que tenían que hacer algo distinto y actuar diferente si querían que su condición se tornara positiva, a lo que Hem respondió negativamente y se resistió a salir en busca de queso nuevo en lugares desconocidos, le gustaba más quedarse en su zona de confort puesto que ya conocía ese lugar y tenía miedo a perderse y hacer el ridículo.

Transcurrían los días y Haw le seguía insistiendo a Hem para salir juntos en busca de un queso nuevo, pero al darse cuenta de la resistencia de su amigo decidió salir sólo a la aventura pues reconoció que debe adaptarse al cambio, que éste es inevitable y es constante, que se debe mover junto con el cambio para sobrevivir, a tal reflexión Haw escribió en la pared del laberinto “Si no cambias, te puedes extinguir”, frase que desencadenó el nuevo pensamiento positivo y percepción de Haw; fue en busca de queso nuevo al laberinto en lugares desconocidos, lo que fue un verdadero desafío, puesto que nunca había visitado esos lugares y desconocía los pasillos así como lo que había en ellos. Durante el largo trayecto en busca de queso nuevo no le fue fácil encontrar algunos pedazos, pero esto lo alentaba a seguir adelante pues se dio cuenta que si seguía perseverante en la búsqueda algo mejor estaba cerca; la motivación que llevaba consigo era que si Fisgón y Escurridizo habían sido capaces de seguir adelante e ir en busca de una nueva reserva de queso él también podía hacerlo.

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