LA TUMBA DE LAS LUCIERNAGAS
Luis De La Cruz HernándezEnsayo15 de Agosto de 2019
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La tumba de las luciérnagas’, niños en la guerra
“¿Por qué las luciérnagas mueren tan rápido?”
Isao Takahata. Probablemente ese nombre no le diga nada a casi nadie, pero si digo que fue director de series tan recordadas como ‘Heidi’ o ‘Marco’ la cosa cambia. Es innegable que estas dos obras marcaron y aún hoy lo hace, aunque en menor medida- a varias generaciones, inculcando valores capitales en la educación de un niño, y dotándolas en algunos momentos de cierto dramatismo, necesario también en mínimas dosisY más de diez años después, Takahata volvía a crear una obra inolvidable, pero muy alejada de los entrañables momentos que nos dejó en el pasado.
Porque su ‘Tumba de las luciérnagas’ es una composición capaz de arrasarnos emocionalmente con su visionado. Es una película que deja al espectador sin palabras, casi sin lágrimas. Es un relato del sufrimiento humano, que adquiere trazas gigatescas cuando se trata de niños. Sí, una pareja de hermanos, huérfanos, en el horror de los bombardeos de la II Grerra Mundial sobre Japón, desamparados, solos. La sensación de tristeza, de horror, intuyendo el final que se avecina como un tsunami implacable, hacen de esta película una de las más desgarradoras de cuantas pueden verse.
Su primera frase, absolutamente impactante, ya nos deja claro que no lo vamos a pasar nada bien. Pero esta explosión de duras emociones no lo consigue Takahata con simples artificios sentimentaloides. Lo consigue creando una narración sin pretensiones, sin buscar la lágrima fácil, respetuosa y sencilla.
Todo un canto a la paz, eso es esta joya. Poniendo de manifiesto los horrores más crueles de la guerra, esto es, el sufrimiento de los inocentes y especialmente de los niños, esos horrores que nunca vemos, la vida diaria de las víctimas inocentes que son colacadas en medio de los conflictos creados por los poderosos. Nunca vemos eso en periódicos o televisión, no nos enseñan cómo sobreviven a la guerra las familias, los pequeños cuyos padres son asesinados, en definitiva, los auténticos mártires.
Tras golpearnos una y otra vez en el corazón, llegamos a un final que casi roza lo insoportable, y la sensación de desazón se instala en el espectador ante el emotivo y durísimo relato al que ha asistido. Difícil de olvidar.
¿El problema? Que para el espectador común, de consumo fácil que se traga cualquier mediocridad filmada por ejemplo por Michael Bay, una película de animación es una película para niños, y si es japonesa, para niños frikis. Pero afortunadamente esta es una obra inteligente que este tipo de público jamás podría admirar. Sólo decir que lleva el sello de esa fábrica de sueños que son los estudios Ghibli, creadores de joyas como ‘La princesa Mononoke’, ‘El viaje de Chihiro’ o ‘Mi vecino Totoro’, claro que estas tienen como director a Hayao Miyazaki, nada más y nada menos.
Una película imprescindible, pero sobre todo necesaria. Necesaria para ver esa realidad que pasó, está pasando y pasará. Para ver el dolor -verdadero- al que son sometidos los más inocentes, que se torna grotesco cuando hablamos de niños abandonados a su suerte…
LA TUMBA DE LAS LUCIERNAGAS
Enmarcada en el contexto de la Segunda Guerra Mundial, esta película tipo animé, representa un bello mensaje antibelicista. El protagonista, quien narra su historia después de muerto, sufre muchas pérdidas en su vida, como producto de un conflicto que él no provocó. Más aún, soporta a lo largo del relato pérdidas que a cualquier ser humano, le destruirían, a saber:
La de su padre ausente, que en el transcurso de la película aparece en fotografías, pero que luego se descubre, ha muerto cuando su barco fue hundido por las fuerzas aliadas.
La de su madre, amorosa y abnegada, que muere víctima de las bombas incendiarias, cuando no logra llegar al refugio antiaéreo a tiempo.
La de su hermana, Cetzko, que representa la inocencia de la niñez, a través de sus gestos de niña, la vulnerabilidad y los sueños truncados por una guerra injusta que se lleva vidas inocentes.
Debido a que los líderes japoneses se habían involucrado en el conflicto con el ataque a Pearl Harbor en diciembre de 1941, los Estados Unidos encontraron el pretexto perfecto psin embargo, costaron más vidas a través del tiempo, por las consecuencias de la radiación.
Dentro del contexto de la película, pueden verse de un solo tajo las diferentes expresiones emocionales del ser humano. El amor inmenso y abnegado de la madre que muere quemada, el patriotismo incondicional del padre que va a una guerra fútil y que no tiene ningún resultado positivo. Ell egoísmo de la tía lejana cuyo amor duró mientras el pobre Seita tuvo “bienes” para intercambiar por arroz, frutas y otros alimentos para su sustento diario. No obstante, cuando sus exiguos recursos se acaban, la tía cambia su actitud, y se convierte en una especie de villana, una “Cruella de Ville” de los campos japoneses, que en cierto modo, con su actitud, lleva a Seita y a su hermana Cetzko, al cruel desenlace que tiene el relato.
Por supuesto, merece mención especial, la caja métálica de dulces, que al comienzo representa alegría, pues guarda caramelos de frutas, que los dos niños disfrutan, en un momento de tranquilidad, al lado de su madre, y que en algún momento es usada por Seita para recolectar el agua que calme su sed, y que luego, como se puede ver al comienzo, en la escena de su muerte, solo es una caja oxidada, desechada por un militar sin corazón, y es un réquiem de la tristeza y el dolor: incluso cuando Seita sepulta a Cetzko, guarda la cajita en su bolsillo, recuerdo triste y permanente de mejores tiempos.
Caja que representa los momentos buenos y los momentos malos. Y en su mensaje, aquello que encarna la guerra: como los seres humanos, pasan del bienestar a la desgracia, de la alegría a la tristeza, de la prosperidad a la miseria, de la vida a la muerte, por cuenta de aquellos cuyos intereses están por encima (lamentablemente), de los del resto.
Llegado a este punto nuestro análisis, vale la pena resaltar la abnegación de Seita por su hermana. El amor limpio y sacrificado, expresado gráficamente en que la lleva a sus espaldas, como una carga que lleva con amor. El refugio, que parece una mina abandonada, es su casa, su hogar de supervivencia, y como dos nómadas de la era moderna, intentan sobrevivir, con lo poco que tienen y logran conseguir.
Son fantasmas, en la metáfora de la escena donde unos niños japoneses, desprevenidos, llegan al refugio y luego huyen despavoridos, porque han visto algo espectral. (Tal vez a Cetksko agonizante).
Crítica fuerte para el egoísmo, en su más viva expresión, que se muestra a través de aquellos granjeros que le niegan a Seita la comida que él quería llevarle a su hermanita, para aliviarla porque está enferma. De hecho, Cetsko muere literalmente de deshidratación y de hambre.
La película representa a muchas vidas, no solo japonesas, sino de muchos otros países que se vieron involucrados en el horror de la Segunda Guerra Mundial. Incluso, las estadísticas revelan que fueron más de 70 millones de muertos, y 30 millones de desaparecidos, el resultado final de un conflicto que solo sirvió, desde nuestra perspectiva, para fortalecer política y económicamente a aquellos países que luego tomarían las riendas económicas del planeta, en un manejo que es susceptible de análisis y de crítica.
No se puede dejar de lado una comparación de la película, con el presente de nuestra Nación. Por el hecho de que Colombia ha vivido una larga guerra, que ha asolado a sus campos y a sus ciudades, podríamos decir que son muchos los Seitas y Cetszkos criollos, que han sufrido el drama de la muerte, el desplazamiento, y la pérdida de su seres queridos, a título de justificaciones sin justificación, como “la lucha por el pueblo”, o “la seguridad”.
Hermoso mensaje, que a través del dibujo animado dice mucho más que cualquier reportaje periodístico, y que finalmente nos dice algo que todos deberíamos escuchar:
Incluso es preferible la paz que sacrifique el castigo, y no la guerra que sacrifique vidas.
Análisis y crítica de la Película "El Lado Oscuro del Corazón"
"No sé, me importa un pito que las mujeres tengan los senos como magnolias o como pasas de higo; un cutis de durazno o de papel de lija.
Le doy una importancia igual a cero, al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco con un aliento insecticida.
Soy perfectamente capaz de soportarles una nariz que sacaría el primer premio en una exposición de zanahorias; ¡pero eso si! - y en esto soy irreductible - no les perdono, bajo ningún pretexto, que no sepan volar. Si no saben volar ¡pierden el tiempo las que pretenden seducirme!"
Esta frase tan recordada en este filme es aquel que el director nos da como punto de partida y hasta de culminación de toda la trama, es la película de "El lado Oscuro el Corazón" del director Eliseo Subiela.
Es muy interesante el manejo del tiempo y la forma de hablar que se da en toda la película. Porque se nota que al menos los fragmentos que logré ver, se nota que lo que habla Oliverio (el protagonista) todo es en forma de prosa, con una forma muy "sensual" de hablar para conquistar mujeres, y encontrar a la que "sepa volar" según su forma de ver el mundo. Aunque a veces piense que ha encontrado la persona que en realidad es la correcta porque sabe volar y con él. Pero termina resultando una caída impactante y dolorosa, pero el no termina ahí su búsqueda. También decía que el manejo del tiempo es muy sutil y sentir que nos dice a nosotros las palabras hecho poemas.
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