ASistencia a un concierto Conocimiento Musical

Introducción Biográfica:

La obra elegida es Concierto para violín en D mayor, Op.35 (1878) del compositor Pyotr Ilyich Tchaikovsky (1840-1893). Compositor ruso del periodo del Romanticismo. Autor de obras de música clásica muy famosas como los ballets de “El lago de los cisnes” y “El Cascanueces” o sinfonías “Cuarta”, “Quinta” y “Sexta”. En contra de su familia eligió la carrera musical, escribió en varios géneros: sinfonía, ópera, ballet, música instrumental, de cámara y la canción. Aunque resulte extraño, ya que fue alabado en todo el mundo, no tuvo mucha confianza en sí mismo y tuvo numerosas depresiones.

Este concierto en particular lo dedicó primero a Leopold Auer, pero éste canceló el concierto argumentando que era muy difícil de tocar, y fue inicialmente declarada “intocable”. Tuvieron que pasar 3 años hasta que Adolf Brodsky estrenara la obra, del que hoy es uno de los conciertos más populares e interpretados.

Como curiosidad, añadiremos que, en la dificultad de su interpretación destacan las exigencias técnicas (velocidad, golpes de arco, efectos), así como su profundidad y armonías sofisticadas. Muchas veces los violinistas de otras obras, para su lucimiento personal interpretan un pequeño fragmento como propina final de esta obra a un público que desea aplaudir las habilidades del solista. 

Mención especial merece Janine Jansen (1978) neerlandesa (primer violín). Se inició en este arte a los 6 años, hija y hermana de músicos.  A los 23 años surgió como solista con la National Youth Orchestra de Escocia, donde ejecutó el concierto para violín de Brahms. Es muy aventurera en su ejecución, con énfasis en la comunicación, más que en la precisión.

Escucha:

He asistido 3 veces a este concierto en directo, y aunque en esta ocasión me he conformado con el visionado en diferido, las emociones han sido similares. Sería incapaz de contar las veces que la he escuchado, es mi obra preferida y en momentos tanto de estrés como de felicidad la tengo en mi repertorio para dejarme llevar por la armonía de ese mágico violín.

Si tuviera que elegir un movimiento me quedaría con el Movimiento I Allegro Moderato. Es una fantástica introducción de lo que esta por llegar. Es fresco e intenso, poco a poco en colaboración con el resto de la orquestra te van preparando para el solo de violín. Aunque suavemente, siempre está acogido por otros instrumentos usando otro volumen, siempre predominando con intensidad el primer violín. Más concretamente en el minuto 3:20 de este primer movimiento, me embarga la melancolía que poco a poco logra teletransportarme hacia un sentimiento opuesto, la esperanza, la luz y la alegría. A partir del minuto 5:05 los instrumentos empiezan a entablar una discusión desesperada, donde el ritmo se acelera, es rápido y curioso. En el minuto 6:06 la conversación sigue preparándote de forma ruda a lo que está por llegar, el momento culmine, se hace de rogar, pero en el minuto 6:20, se hace la luz, piel de gallina, con la misma armonía todos al unísono hacen que la música te envuelva y te teletransporte al mismísimo cielo.

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