Analisis De 'Escritores De Libertad'

En Escritores de la Libertad, la profesora Erin Gruwell ingresa al sistema educativo en el marco de aplicación de una reforma educativa. Debido al desorden y caos social del momento y a los episodios de violencia causados por el racismo en la ciudad de Los Angeles del año 1994, la escuela Woodrow Wilson de Long Beach implementa el ‘Programa de Integración’ a modo de superar estos problemas, a partir de la convivencia y la inclusión.

A pesar de esto, los docentes que están en la institución desde antes de la reforma (cuando solamente asistían estudiantes blancos) ven amenazados sus espacios de trabajo y el prestigio de la institución a partir del ingreso a la misma de ‘sectores marginales’.

La supervisora Margaret Vail, por medio de una descentralización administrativa, adecua las políticas educativas a su institución, reproduciendo el sistema anterior a través de un nuevo régimen, donde se distinguen el aula para alumnos distinguidos por un lado y por el otro, un aula para los jóvenes inadaptados con problemas de conducta: el aula 203.

Este grupo de ‘parias sociales’ conforman un curso duro, multiétnico dividido por razones de intolerancia racial y corrompido por el pandillerismo. La institución los considera casos perdidos y no espera ningún tipo de éxito. Solo los retiene hasta que tengan edad de desaparecer del sistema.

Con esta realidad se encuentra Gruwell, haciendo uso de su poca experiencia y dándose cuenta de que los métodos pedagógicos tradicionales no serán suficientes a la hora de intentar enseñarles. Para eso deberá aplicar otras estrategias.

Como es previsto en una película de superación, tanto personal como colectiva, vemos una evolución en las formas que utiliza Gruwell para enseñar y en su misma persona, siendo subestimada por su padre, su marido, su entorno laboral e inclusive sus alumnos.

Considerando los procesos de enseñanza-aprendizaje como punto central de la práctica didáctica y como mecanismos de socialización de las nuevas generaciones, con sus diferentes modos de pensar, sentir y actuar es lógico que reparemos en las diferentes teorías psicológicas para comprender este proceso subjetivo de interactuar con la realidad.

Gruwell se encuentra con un espacio físico en decadencia y por su inexperiencia pretende abordar la clase de un modo protocolar propio del conductismo donde el docente es el actor principal y sus comandos esperan una respuesta por parte de un alumno sumiso. Desde la toma de asistencia hasta la insignia con la que pueden ir al baño, todos fenómenos observables y mecanismos de asociación de estímulos y respuestas.

También podemos ver rastros de la teoría del campo, que considera que el sujeto reacciona a la realidad tal como la percibe subjetivamente y cuya conducta responde a su comprensión de las situaciones. Es por eso que los chicos viven inmersos en situaciones extremas de violencia física y emocional, abusos, abandono, adicciones y lo reflejan en sus actitudes de rebeldía, ya que su misma realidad los supera y no pueden avistar otras opciones más que la desoladora perspectiva de una muerte a temprana edad.

Gruwell llega de manera un tanto ingenua, convencida de que es posible transformar la realidad desde la educación como objeto de oportunidades, echando mano a la teoría psicogenética de Piaget a través del reconocimiento de sus alumnos como sujetos de derechos.

La magnitud de las situaciones áulicas supera sus expectativas. Un aula sectorizada en grupos étnicos que levantan muros de intolerancia y hostilidad entre ellos y la profesora.

Gruwell utiliza una serie de recursos para explorar el terreno. Comienza con la Odisea de Homero pero ve que sus estructuras mentales no lo registran. Para eso decide acercarse por el lado del análisis de la letra de un rap, algo que todos conocen y proponiendo como tarea la corrección gramatical de las oraciones, ya que el autor de la letra utiliza el dialecto propio del ghetto. Los chicos reaccionan por medio de la resistencia considerando que ella no puede enseñarles algo que es ajeno

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