Caliwood: faro del cine

Caliwood: faro del cine.

Por Guillermo Alberto Borrero Renjifo

Co autor Nelson Guillermo García Gaitán

“Todo el problema consiste en pasar del papel a la película”.

Jean Claude Carrière

Guionista de Cine.

Al formular este proyecto, surgieron muchísimas preguntas alrededor del Cine, su relato, los protagonistas, los escenarios, los temas y sus historias ¿Cómo abordar entonces esa dimensión poética de su discurso Cinematográfico en relación con la literatura, lo histórico del grupo de Cali o Caliwood y la conformación de unas alianzas juveniles y generacionales como procesos culturales, que constituyeron un paradigma cultural de la memoria colectiva de una generación y sus representaciones con la creación de otros imaginarios distintos y acordes con la época y el momento histórico.

Ver cine, hablar de él, emocionarse con una escena, con un simple dialogo de un film, con la puesta visual de un director, con su arte y ante todo, con el poder para seducir con verosimilitud a otros jóvenes que constituyeron lo que hoy día conocemos como el grupo de Cali, conformado por Andrés Caicedo Estela, Luis Ospina, Carlos Mayolo, Ramiro Arbeláez, Patricia Restrepo y muchos otros protagonistas que se destacaron paralelamente en otras artes y oficios, como la publicidad, el teatro, las artes plásticas y la música.

El objeto de esta indagación como piedra angular se centró, en un tema del lenguaje cotidiano, que constantemente se referenciaba en ámbitos académicos y en espacios de encuentro informal, como las heladerías, librerías y cafés públicos, destacándose, “el café de los turcos”, en Cali, un lugar emblemático y memorable como un espacio de encuentro, por ser cruce de caminos, en donde la juventud se reunía para ver y asombrarse con otras miradas del mundo. Se escucha hablar de temas del mundo del arte y cultura, entiéndase artes plásticas, teatro, literatura, música y Cine, pero sobre todo, de las últimas películas presentadas en los cineclubes.

Nombrar el grupo de Cali o Caliwood, es casi hablar de lo mismo. Ellos, un grupo de cineastas apasionados que optaron ser parte de ese mundo exquisito del Cine, que no era fácil asumirlo si se piensa en las condiciones precarias y dificultades en temas de producción, espacios, resistencias culturales. Cuando se cita cualquiera de las dos expresiones, hay una fuerte referencia a ellos con esta adjetivación, derivada de una cultura popular que juega reinventando el lenguaje constantemente, para denominarlos así. En esta misma lógica, como una especie de destino y de suerte jugada, el término fue llenándose de diferentes connotaciones y formas de relacionar el cine hecho en Cali y con todo el contexto de la producción en cine, que implicó pensar el cine como oficio para la vida, como una expresión genuina con opciones profesionales y laborales, así como una fuente de conocimientos y de saberes con una dimensión profunda de cultura inspiradora para otras generaciones.

“La Cinefilia y la Experimentación

La actividad audiovisual del llamado grupo de Cali, a partir de los años setenta, puede ser dividida en tres grandes etapas, aunque los extremos temporales de ellas se confundan. Una primera, distinguida por la cinefilia y la experimentación, y comandada en su mejor momento por Andrés Caicedo. Una segunda que arranca después de la desaparición de Andrés, del Cine-club de Cali y de la revista Ojo al cine y que está caracterizada por la producción cinematográfica, donde son figuras centrales Luis Ospina y Carlos Mayolo. Y una tercera que comienza con la fundación del canal regional de televisión Telepacífico en 1988 y que se caracteriza por la producción de documentales televisivos y la formación universitaria. Quiero advertir, sin embrago, que esta división no significa que no haya cinefilia, experimentación y producción en todas las etapas del proceso. Al entrar a la década del setenta,  una amplia parcela de la juventud de Cali venía recibiendo la influencia del movimiento hippie, la música rock, la canción protesta latinoamericana, las ideas socialistas, la revolución cubana, el redescubrimiento del son, la salsa, mayo del 68, el boom de la literatura latinoamericana, los ecos del teatro del absurdo, del pop-art, del dadaísmo y del surrealismo, pero también participaba de fenómenos locales como el nadaísmo, el teatro político universitario, el movimiento estudiantil y obrero. Además de los Festivales de Arte, a partir de 1965 se organizaron también los Festivales Estudiantiles de Arte con una programación teatral muy intensa, con evidente influencia del grupo del TEC (Teatro Experimental de Cali comandado por Enrique Buenaventura), que se había independizado de la Escuela Departamental de Bellas Artes y construyó su sede propia. En esa sede organizó Andrés Caicedo el Cine Club durante la segunda mitad de 1970, presentando los martes películas en 16 mm y los sábados en 35mm en el Teatro Alameda.  Caicedo se independizó del TEC y reabrió su cine-club con el nombre de Cine Club de Cali el 10 de abril de 1971, en el Teatro San Fernando, a pocas cuadras de la sede de la Universidad del Valle, donde días antes se había originado el levantamiento del 26 de Febrero, que el mismo Caicedo había registrado con una cámara de 8 mm, en compañía de Fernando Vélez, en una película corta desafortunadamente desaparecida. El Cine Club de Cali contó con el apoyo logístico de Ciudad Solar, institución cultural acabada de fundar bajo la protección de Hernando Guerrero, que propició la expresión de un grupo de jóvenes artistas e intelectuales marginados de los centros de poder cultural.  Allí se abrió espacio a nuevas formas de concebir el arte, la rebeldía y la libertad. En esa galería hicieron su primera exposición individual el artista Oscar Muñoz (1971) y el fotógrafo Fernell Franco (1972). Allí tuvo lugar cada semana la proyección de "cine subterráneo", una extensión en 16 mm, del Cine-club de Cali, también programado por Andrés Caicedo; función que más tarde asumió la casa de Luis Ospina, que se convirtió en el cuartel general de todas las operaciones cinematográficas”.

www.caliwood.com.co

(ARBELAEZ, Ramiro, 2012)

El origen de escribir indagar sobre ésta idea, “Caliwood, faro del cine”, sobre el cine en Colombia y su referencia concreta a los cineastas que surgen durante la década de 1970,  en la ciudad de Cali, obligó a investigar quienes podrían revelar de forma directa, desde sus vivencias directas o indirectas, esta circunstancia, como un proceso. El texto anterior ilustra con elocuencia la enorme participación que tuvo con nombres, hoy reconocidos por la crítica, el periodismo, la academia, como un movimiento o una forma vanguardista de ser joven y sentir la diferencia en los años claves del cambio mundial, porque ser joven en esos años, era un la forma de ser parte de algo diferente y eso constituyó un sello generacional distinto.

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