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Celda 211


Enviado por   •  23 de Marzo de 2015  •  1.189 Palabras (5 Páginas)  •  262 Visitas

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Celda 211 es la nueva película del director, guionista y antiguo crítico de cine Daniel Monzón, autor entre otras de ‘La sombra del guerrero’ y ‘ La caja Kovac’. La película podría adscribirse dentro del subgénero carcelario (con tintes del cine ‘quinqui’ español de los 70 y 80), pero como era de esperar en un film patrio, las ambiciones de sus autores pronto empiezan a sobrepasar los límites del género, y acaban por convertir el film en un drama con pretendidos tintes sociales y políticos. La cuestión es ¿habrá conseguido Daniel Monzón el necesario equilibrio entre entretenimiento, ‘acción’ y denuncia para no caer en ridículo con un film con tantas pretensiones como este? Por lo que a mí respecta, seguid leyendo …

El argumento es el siguiente: Juan (Alberto Ammann, en su debut en la gran pantalla) es un joven funcionario de prisiones que, el día anterior a su primera jornada de trabajo, hace una visita a la cárcel de Zamora donde ha sido destinado. Allí, sus futuros compañeros le van enseñando los distintos módulos que componen la prisión, y le van poniendo un poco en situación sobre las rutinas de trabajo. Sin embargo, lo que iba a ser una sencilla toma de contacto con el lugar, se convertirá en una angustiosa experiencia para Juan, ya que repentinamente estalla un motín dentro de la cárcel, liderado por el carismático delincuente Mala Madre (Luis Tosar), haciendo que Juan quede accidentalmente atrapado junto a los presos amotinados. Rodeado de toda una jauría de criminales que podrían lincharle en caso de saber su identidad y oficio, Juan tendrá que ingeniárselas para sobrevivir al motín.

Bien, hasta aquí se nos presenta una premisa ciertamente interesante y original para una cinta española. El guión escrito por el propio director y Jorge Guerricaechevarría consigue durante su primera mitad ir desgranando pequeños giros de acción y subtramas que logran crear cierto suspense e interés en el espectador. Especialmente reseñable es la subtrama que involucra a unos presos etarras, los cuales quedan atrapados también en el módulo donde se desarrolla el motín. Asimismo, también encontramos presos de otras nacionalidades (por ejemplo, el narcotraficante/sicario colombiano iterpretado por un efectivo Carlos Bardem), que además de dar interés y variedad a la trama, ofrecen un halo de verosimilitud. Por otro lado, los guionistas y actores se han preocupado de dotar a la película de un cierto sentido del humor que consigue, en ocasiones, dar un respiro al espectador enmedio de tanta tensión.

Aún así, durante esta primera parte también van apareciendo algunos tópicos del cine carcelario y de secuestros, como el guardia violento (un Antonio Resines poco creíble), el delegado del Ministerio del Interior que negocia con los presos (interpretado por Manuel Morón, actor de viscosidad pelín insoportable, y además algo incompetente, al menos para quien escribe estas líneas), o la mujer embarazada del protagonista (Marta Etura, tan tremenda como siempre). Por supuesto, no faltan los habituales medios de comunicación plastas, que van sistemáticamente entorpeciendo todas las estrategias de los responsables de la cárcel por resolver la situación.

Pero es que, desgraciadamente, en la segunda parte del film empiezan a sucederse los absurdos e inexplicables giros de guión. Asimismo, las subtramas que supuestamente iban a dar juego se olvidan, y se omiten ciertas explicaciones necesarias para la comprensión de los acontecimientos. No digo que tengan que dar las cosas mascaditas, pero es un fallo descomunal de guión y dirección que uno salga preguntándose tantas cosas (para mal) de una película. Básicamente, toda la frágil credibilidad que

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