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Como es que se da una Reseña y comentarios de la película "Buda colapso por vergüenza"

maufTrabajo19 de Noviembre de 2015

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BUDA COLAPSO POR VERGÜENZA.  ASI TAMBIÉN DEBE HACERLO NUESTRA SOCIEDAD.  Reseña y comentarios.

I

Baktay decide ir a la escuela

Baktay, es una niña afgana de 6 años de edad, que vive en una cueva en provincia de Mabiyán, lugar donde se encontraban los budas gigantes que fueron dinamitados por los talibanes.   La colonia donde vive, está formada por una serie de cuevas situadas en una peligrosa montaña rocosa, donde se corre el peligro constante que niños que transitan de esa prehistórica colonia al pueblo, puedan caer y morir o herirse gravemente.

En cierta ocasión, escucha a un niño vecino suyo que sus padres lo habían dejado amarrado de los pies, recitando el alfabeto. Baktay le dice a Abbas, su pequeño vecino, que también sabía leer; y, para demostrárselo, toma el libro al revés, y comienza a nombrar las figuras que ve.   Abbas vuelve a tomar el libro, y le lee la historia de un hombre que se encontraba dormido bajo un árbol y le calló una nuez. El hombre se asusto y dijo: “menos mal que no fue una calabaza, porque me habría matado”.  

Esa historia, y su apetito por aprender, hace que Baktay decida ir a la escuela.

La guerra de escuelas, sobre todo la iusnaturalista vs. Iuspositivista, pretenden imponer un método que mejor explique el conocimiento que debe avalar la sociedad.  Ambas presentan deficiencias cuya posibilidad de consecuencias negativas que pueden producir en la sociedad pueden hacerse presentes, pues adolecen de ser subjetivas.  Pero el acontecer nos muestra una realidad; y esa realidad debe ser explicada objetivamente.  

Tanto Baktay y Abbas, muestran un desarrollo, podría decirse que casi instintivo, de aprender.   Acaso ¿Podría decirse que demuestran que su desarrollo, se trata de un ejercicio de un derecho natural a la educación?  (pensamiento naturalista); o bien, ¿se trata de un aprendizaje que obedece a la enculturación –porque así lo hayan visto-, en el caso de la cinta, de sus padres hacia la educación? (pensamiento positivista).

En cualquiera de los casos, nadie, absolutamente nadie que afirme la igualdad del ser humano, al enfrentarse a la situación expresada en la película, podría decir que el ejercicio del derecho a una educación e información, es vulnerado.  Un positivista extremo diría que ese derecho en Afganistán y en ese preciso sitió donde se desenvuelve Baktay y Abbas, no existe; pero eso no es cierto, pues en ese sitio, aun con una educación sumamente precaria, si existe, pero no todos accesan, ya que sin importarles el lugar donde se imparte, en el caso de la película al aire libre y con rudimentarios medios, acuden a recibir información y a enculturizarse.

No solamente el derecho a la educación se encuentra ausente, sino también, muchos más derechos. Una vida digna, no la tienen; tampoco los derechos de la niñez tienen cabida. Amarrar a un niño para que este no se mueva, es someterlo no solo físicamente, sino psíquica y emocionalmente, pues por su edad, pueden soltarse; pero son respetuosos de las decisiones de su padres. Y ese respeto a las decisiones de otros, se fijan en la mentalidad de los talibanes, quienes ya adolecentes  o adultos, son respetuosos de las decisiones de los demás, y se dejan llevar por las ideas violentas de un pueblo lleno de odio, violencia y venganza.

Vista la película, debemos preguntarnos ¿es necesario, para darnos cuenta de la clara violación de derechos elementales existente, elevar la mirada mucho más allá de las fronteras, a miles de kilometros y del otro lado del mundo, cuando a escasa distancia de nosotros, se vive semejante miseria y carencia de derechos en el mismo sentido?

Apenas una línea divide el reconocimiento de derechos y la violación de estos en nuestro medio.  Ninguna comunidad esta tan lejos, como para no poder brindarles salud, educación, y los bienes y servicios con los que contamos, para que pueda decirse que viven dignamente. Cierto es no somos un primer mundo ni gozamos de los beneficios de estos últimos, pero para ciertas y bien conocida gente, el premio mayor de la lotería seria el hecho de que en las comunidades, contaran con los beneficios que nosotros, en la ciudades, aunque en algunos casos, mínimamente tenemos.    Es claro que los gobiernos han discriminado a ese sector vulnerable; los han rechazado y tratado como inferiores; como no personas; como entes sin derechos; como seres que deben y merecen vivir de limosnas.    Cualquier obra de gobierno que se jacte de buena para con los sectores vulnerables, no es merecedora de aplausos (lo es ahora porque ninguno anteriormente les hizo el suficiente caso), sino, solo de respeto por su ejemplo, por cumplir con su deber; con su obligación de gobernante y administrador de una soberanía que no le pertenece.

II

Baktay intenta conseguir dinero para comprar un cuaderno y un lápiz.

El ánimo de aprender despertado en Baktay hace que decida ir a la escuela, pero para ir, necesita de un cuaderno y lápiz. Por ello a acude a la tienda de su comunidad y pregunta el precio de ambos. Como no tiene dinero, regresa a su hogar, y Abbas, le aconseja tomar unos huevos para cambiarlos por un cuaderno y lápiz. Siguiendo fielmente su cultura, llega a su cueva donde amarra de los pies a su hermana menor; y hecho lo anterior, consigue 4 huevos que pretende cambiar por su preciado cuaderno y lápiz.  Ya en la tienda, el tendero le dice que no le interesan los huevos, pero le sugiere que puede venderlos a 5 rupias cada uno.  

En su intento de venta, alguien  la empuja imprudencialmente y se le caen dos huevos. Baktay insiste en cobrarlos sin recibir ninguna respuesta.  El contratiempo sufrido, no impide en que persista en la venta de los dos huevos que le quedaban.  No puede venderlos a pesar de su pertinaz intento. Por último  puede cambiarlos por una pieza de pan, la que si puede vender y conseguir 10 rupias para comprar solamente el cuaderno, pero no su lápiz.

Esta escena, insiste en enseñarnos y dejarnos en claro la desigualdad de las condiciones de vida humana.  Si en todos los discursos actuales y ensayos teóricos afirmamos la universalidad de los derechos humanos, se debe aceptar que carecen de vigencia en un sinnúmero de lugares de la tierra.  La forma de vida de ese grupo social Afgano es una clara muestra de lo indicado. Carecen por completo de condiciones de un sitio digno donde vivir, de medios indispensables para satisfacer sus necesidades de subsistencia como agua en su hogar o de otros satisfactores de orden primario.  

La educación, esencial para el desarrollo de los pueblos, no es la adecuada, y está reservada nada más para unos cuantos.  Si apenas tienen opción de aprender a medio leer, ¿cómo pueden obtener conocimiento de sus derechos que como seres humanos les corresponde? Pero aun en su cultura alejada de los derechos humanos, sufren.  Perciben la injusticia en que viven. Lo que se demuestra con el odio y el sentimiento de venganza que muestran los niños en contra de los Americanos; concretamente, los gringos Estadounidenses; así se aprecia en escenas posteriores donde juegan simulando estar en guerra.

La situación de vida que se desarrolla en esa comunidad, permite vislumbrar que tampoco gozan de servicios de salud adecuados ni educación alguna para una buena higiene, lo que obviamente desemboca en enfermedades o afecciones de salud y desarrollo físico.  La escasés de recursos económicos conlleva a que tampoco los niños se satisfagan cabalmente en los terrenos de la alimentación, por lo que la desnutrición también es un factor que impide su crecimiento y desarrollo físico.   La cultura en que se ven inmersos quienes viven en esa triste realidad, se ve seriamente coartada, pues no se vislumbra la posibilidad de derechos, más aun, se desarrolla una cultura de violencia y de obstrucción del reconocimiento de sus derechos más elementales.

Niños vecinos de nuestra entidad; de nuestro pueblo; de nuestro municipio; incluso, de nuestra colonia, carecen de medios para un cuaderno; para un lápiz; para alimentarse bien; para curarse; para vivir dignamente y ser feliz.    Esos pequeños infelices, tienen ante sus ojos ejemplos de la vida agraciada y opulenta, de quienes comen bien y hasta desperdician; de quienes tiran el dinero en autos de lujo, residencias, ropas finas, licores, viajes, y en cualquier fineza propia del absurdo consumismo con que diariamente se nos bombardea a través de los medios de comunicación y la propia sociedad.  

Limpia zapatos y vende chicles, o trabajadores domésticos,  o peones, o albañiles, o cualquier otro empleo de los bajos, infamantes  y de sueldos miserables, les da la cordial bienvenida.    La distracción del esfuerzo en su trabajo, o por sus necesidades no satisfechas, o por problemas familiares, o su escaso desarrollo en la sociedad moderna, y etc. etc. y más etcéteras, impiden el paso a un buen aprendizaje.   Así, su futuro no es muy prometedor.   Acaso ¿estarán condenados a ser siempre los de abajo?

III

Abbas y Baktay van a la escuela

Baktay, ya con su cuaderno liso y con un lápiz labial de su madre, y previo ínfimo arreglo y aprobación de ella misma en su persona, lo que corrobora con un pequeño espejo redondo de mano, va en busca de su gran amigo Abbas para que lo lleve a su escuela.  Ambos corren muy aprisa para no llegar tarde.  Abbas va jalando de la mano a su amiga.  Le va diciendo que van a castigarlo por llegar tarde.

A pesar de su correr, llegan tarde a su preciada escuela al aire libre, donde expuestos siempre al quemante sol que prevalece en esa lóbrega región afgana, esperan educarse.   Abbas es castigado a quedarse parado sobre un pie y con las manos en alto.  Baktay es corrida por el maestro, pues la escuela solo es para niños.  Aunque la pequeña insiste en quedarse, en cada una de sus insistencias es rechazada, y mandada a una escuela solo para niñas.  Abbas, aun en su incómoda posición, sigue el curso de la clase, y repite la lección ordenada por el cerrado maestro. Baktay, no tiene otro remedio que buscar la escuela para niñas. Abbas, después es corrido también de la escuela.

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