EL CAMINO DEL GUERRERO

EL CAMINO DEL GUERRERO

Ángel David Márquez Rueda – 2396037 – Técnico en Sistemas

El camino del guerrero es una película complicada de entender a la primera vista. Nada más el título de esta ya deja mucho sobre que pensar, en el buen sentido, y que puede ir relacionada con algún tema de ética que vimos en el colegio. Resumiendo, la película nos presenta dos planos; el primero muestra el lado arrogante del ser humano, de saberlo y conocerlo todo, y el segundo nos muestra una situación de resurgimiento, tema que voy a tocar más fondo.

Personalmente el séptimo arte en general no me genera mucho interés, pero siempre es bueno meditar un poco sobre lo que vamos a ver, o lo que hemos visto, y más si vamos a ver una película de carácter reflexivo para los espectadores. El camino del guerrero cumple con el cometido de transmitir su mensaje, contándonos una historia profunda y llena de guiños hacia la moral que no son fáciles de distinguir de primera mano.

La película nos pone en los zapatos de Dan, un joven gimnasta universitario, que tuvo la fortuna de tener unos padres que le dan todo, pero ese no es el tema principal. Al ser un joven afortunado, lleva una vida de excesos y tiende a tener un comportamiento arrogante, de “creerse perfecto”. Otro personaje recurrente en la película es un señor que atiende una gasolinera, apodado como “Sócrates”, siendo este como su mentor a lo largo de la película y el puente para el desarrollo del personaje principal. A medida que se desarrolla la historia encontramos altibajos del personaje principal, uno de esos representado como un accidente, siendo el altibajo más fuerte de todos, recapacitando a la fuerza sobre lo que era.

Ya expuesto un poco sobre la película tanto a nivel de trama como un par de opiniones personales, podemos empezar con el desarrollo de esta.

La historia comienza con un sueño del protagonista, este nos muestra en una sesión de su disciplina se quiebra, literalmente, la pierna. Lo curioso de este detalle es que se ve un señor recogiendo sus piezas con un recogedor, lo cual asusta de inmediato al protagonista, despertándolo. Este sueño lo ve como una advertencia de que va a ocurrir algo, teniendo en cuenta que los sueños pueden actuar como profecías, por lo que decide ir a correr para disipar su mente.

Llega a una estación de autoservicio, compra unas galletas con un litro de leche, antes de irse le comenta al señor que lo ha visto en varios de sus sueños, a lo que él responde “talvez sigas soñando”. Una vez afuera ve al mismo señor sentado en el techo de la estación de servicio ¿cómo? No hay respuesta…

Hay que destacar la frase anterior, ya que la mayoría de los seres humanos no estamos despiertos frente a la vida, estamos soñando, o como dirían vulgarmente estamos elevados.

Vemos que Dan es un atleta muy consagrado en la gimnasia olímpica, pero lleva una vida de excesos, tales como beber mucho, mujeres, y malos hábitos de alimentación, mostrando la parte arrogante y estresante de Dan, la cual refleja en las múltiples veces que habla con Sócrates.

Dan vuelve a la gasolinera, esta vez en su motocicleta, curioso de saber cómo hizo Sócrates para subir al techo de la estación, avisando posteriormente que no estaba listo para saber su respuesta. Luego de una fuerte discusión sobre la sabiduría y Dan alardeando de saberlo todo, Sócrates le pregunta ¿eres feliz? Dan no dio respuesta.

Esta es una de las dudas existenciales que posee la raza humana, ya que no hay un concepto sobre felicidad más allá de unas simples palabras en un diccionario. No sabemos que es la felicidad como tal, tiene un concepto y una perspectiva muy diferentes.

Volviendo a la película, Sócrates lo invita a cenar, ahí conoce a una chica, ella se quita los zapatos y los deja bien acomodados, mientras que dan hace lo contrario a esto, mostrando su lado desordenado y poco preocupado.

Mientras cenan, Sócrates le dice a dan una serie de prohibiciones si fuera su entrenador, Dan le responde: que bueno que no eres mi entrenador. Dejando claro que no quiere cambiar su estilo de vida llena de excesos. Sin embargo, le manifiesta que quiere que lo entrene, pero no estamos hablando de un entrenamiento físico, hablamos de ser un guerrero, por lo que le dejan claro una regla: Sacar la basura. No hay que verlo de forma literal, ya que hay muchas cosas que hacemos en nuestras vidas que no ayudan nuestro progreso como persona, ocupando espacio que podemos utilizar para cosas más necesarias, como vivir en el ahora, volviendo a tocar el tema de los sueños, vivir la vida despiertos, no dormidos.

Otra escena que quiero destacar es cuando Dan lo colocan a realizar las labores del autoservicio, enseñándole que se puede meditar mientras estamos realizando algo. Esta enseñanza la toma muy mal, ya que mientras ha estado entrenando su “cabeza” ha perdido habilidad en lo que refiere a la gimnasia, enojándose en el proceso y dejando el autoservicio.

Dan vuelve a su vida de exceso, mujeres, etc… Un día fue a conducir en la autopista alta velocidad en su moto, de pronto se le cruza un carro, lo que lanza a Dan por los aires. Ya despierto en el hospital le dicen que su pierna no fue fracturada, fue quebrada literalmente, bajándole instantáneamente la moral a Dan. Imagina perder en un instante todo lo que somos ahora, piensen en alguien como Dan que trabajo su cuerpo en un deporte olímpico para que de la noche a la mañana le cambie los papeles… Dan cae en depresión y piensa en el suicidio.

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