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El Nacionalismo


Enviado por   •  24 de Marzo de 2015  •  3.710 Palabras (15 Páginas)  •  229 Visitas

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En la segunda mitad del siglo XIX se da un fenómeno nuevo en el panorama musical europeo consistente en la incorporación de generaciones musicales pertenecientes a países que hasta entonces habían estado generalmente al margen de la evolución musical, no tanto porque no se haya cultivado en ellos la música como por haberla importado en detrimento de la producción propia. Se trata de países que habían vivido bajo el imperio de la música italiana, como por ejemplo España, o bajo la influencia globalizadora de Francia, como por ejemplo Rusia.

Son habitualmente naciones de la periferia de Europa, lugares en los que empiezan a triunfar las ideas nacionalistas que llevarán a lo largo de esta época al intento de sacudirse la dominación de otros países, singularmente del imperio austríaco, o de afirmar la voluntad popular frente a regímenes de supervivencia medieval, como es el caso de la Rusia zarista.

Las razones básicas de estos movimientos musicales de carácter nacionalista habrá que buscarlas en lo puramente artístico dentro de la ideología que el Romanticismo había formulado, de modo que el nacionalismo no será sino un caso particular del Romanticismo aplicado a determinados países. Realmente el Romanticismo había prestado atención a las leyendas populares, al folclore e incluso a la melodía de carácter popular; y si esto se había producido en los países que llevaban el liderazgo musical, nada se oponía a que esta ideología fuera practicada con más fuerza en países donde, además, podía constituirse en un fiel reflejo de aspiraciones políticas de tipo nacionalista. Es por esto por lo que en algunas naciones con afán nacionalista se utilizó la música como caldo de cultivo para pasar a manifestaciones propias más pragmáticas que las meramente musicales y artísticas y también, en otros sitios se dio la situación contraria, se utilizó la base social ya de carácter nacionalista para potenciar la expresión artística y, concretamente, la musical.

La música nacionalista consigue hacer todavía más rico, si cabe, el considerado históricamente período romántico. La verdad es que, si consideramos al Romanticismo como la manifestación musical de tres períodos que llamábamos primer Romanticismo (primera mitad del siglo XIX), segundo Romanticismo, que abarca hasta la década de los setenta, y Posromanticismo, Neorromanticismo o Belle Époque como algunos prefieren llamar al período que concluye con la I Guerra Mundial, tampoco habría razones históricas o artísticas para no incluir de forma paralela al Nacionalismo musical como una corriente que, aún siendo esencialmente romántica, también tiene notables diferencias con los otros movimientos.

2. El espíritu romántico

En todas estas variantes musicales está latente el espíritu romántico pero con una diversidad expresiva muy acusada en función de las características rítmicas y sonoras de cada área geográfica. La melodía continúa siendo la parte vital de la composición pero, cada vez más, sometida a una exploración mucho mayor, con tratamientos armónicos y tonales más complicados, inspirándose en el folclore propio de cada país. Sin embargo, el enriquecimiento armónico fue tan importante que llega a hacer que se tambalee el sistema tonal establecido y empiezan a surgir nuevas tendencias armónicas gracias a las peculiaridades de cada región. No olvidemos que el Nacionalismo se fraguó fuera del área de influencia que constituían países como Italia, Francia y Alemania, y las obras musicales que surgen de este estilo musical parten de unos presupuestos melódicos, rítmicos y armónicos totalmente diferentes a los del gran Romanticismo, es decir, perduran las ideas pero cambian las formas.

Para los puristas que no aceptan el Nacionalismo musical como una manifestación más del Romanticismo por el hecho de surgir de países al margen de los que ejercían influencia musical en el ámbito europeo, es el momento de recordarles que Chopin fue el primer compositor "nacionalista" polaco, que Brahms y Liszt fueron los pioneros en la utilización de la música húngara y que, Musorgski, aún siendo nacionalista, tiene un espíritu y una inspiración totalmente romántica.

Como hemos venido comentado cada vez que tratábamos un estilo musical, también en el caso del Nacionalismo musical tenemos que verlo como el resultado del período inmediatamente precedente y como generador del que le sigue. Es así como podemos considerar dos etapas claramente diferenciadas dentro del Nacionalismo:

1. La primera se desarrolla en la segunda mitad del siglo XIX con características de corte romántico. Destacaron en esta etapa, entre otros, los compositores rusos para los que, a menudo, la música romántica del primer nacionalismo no sólo era una afirmación de la música nacional sino también un ataque a determinadas autocracias políticas pues, especialmente en Rusia, aún bien entrado el siglo la esclavitud permanecía vigente y los efectos de la Revolución Francesa apenas habían llegado.

2. La segunda se da en el siglo XX y supone una renovación del lenguaje musical gracias a la extracción de elementos renovadores inherentes a la música nacional. Es el caso de Falla en España y Bartók en Hungría.

El nacionalismo permite a estos países librarse de una colonización artística operante durante muchos años y que se manifestó sobre todo en el entorno operístico. Y esto porque la ópera no tenía unas reglas formales tan fijas como la música sinfónica o de cámara, que dependían mucho en su estructura de una serie de elementos con base italianizante y germánica. Además, la ópera se prestaba a poner en escena una serie de temas o leyendas de carácter nacional no sólo por la música sino también por su contenido literario. Por último, la ópera era en la segunda mitad del siglo XIX un espectáculo que atraía a gran número de espectadores y podía constituirse en un vehículo de rápida difusión de ideas y manifestaciones ideológicas favorables a una determinada tendencia.

Naturalmente, una vez alcanzada la transformación operística, se aplicó a la música sinfónica y camerística las mismas modificaciones en cuanto al material temático y rítmico lo que, a la larga, redundó en una transformación más profunda de estos géneros.

La melodía presenta una gran variedad como variadas son las diferentes etnias europeas, y el ritmo, empobrecido como realidad formal durante el Romanticismo, adquiere ahora una importancia inusitada al constituir, junto a la melodía, la base sobre la que descansa la música folclórica.

También la armonía tuvo que adaptarse a las nuevas exigencias, igual

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