Ensayo De La Sinfónica De Yucatán

SINFÓNICA DE YUCATÁN

Hoy en día la música más que una distracción, es una manera de unir ideas con un sólo propósito, la felicidad y el goce del sentido místico humano. Realmente no sabemos a qué se debe esta capacidad extraordinaria de poder crear música a través de nuestro cuerpo interpretado por nuestros sentidos, y por nuestros pensamientos. Nietszche lo dice de una manera tan sencilla, y a la vez, tan sincera: “Si en el mundo no existiese la música, la vida sería un error”.

Llegando al teatro Peón Contreras, el maestro ya nos había dicho que observáramos lo maravilloso que es ese teatro, lo primero que hice fue contemplar su belleza arquitectónica, ¿Cómo es posible que viviendo en Mérida, jamás haya entrado a observar este bello teatro?, Al tomar mi asiento pude observar el maravilloso candelabro colgado de la cúpula, algo impresionante, algo que me dejó anonadado, obviamente no me podía ir del teatro sin tomar una serie de fotos, pasó algo que jamás pensé que pasaría, de estar completamente aburrido, al ser muy poco mi interés por la sinfónica, a estar verdaderamente excitado, como si estuviera escuchando mi género favorito.

Empezó la función a cargo del director Juan Carlos Lomónaco, desgraciadamente mi asiento no fue el mejor, ya que no sabía cuál elegir y no cualquiera estaba disponible, la primera parte de este programa fue, aburrido e incluso estaba dormitando, llegué a pensar que esto se debió al asiento que tenía, sin embargo, no fue así… fue hasta la segunda parte del programa, en esta parte mi perspectiva sufrió un cambio radical. Lo que se me hace fantástico fue sentir esa vibración como una especie de escalofrío que da cuando uno siente la música correr por todo tu cuerpo, sentí la aceleración de mi corazón, algo que sólo pasa escuchando las mejores y más increíbles canciones de mi banda favorita (Queen). Sin duda en esta parte del programa pude sentir esa las emociones de Lomónaco, al ver como se movía y al mismo tiempo escuchar la música, sentí cierta conexión entre sus movimientos y el tono de la música.

La música nos hace ser parte de algo más grande que nosotros mismos, nos hace dar cuenta de las maravillas de la vida sin necesidad de caer en el exceso, es una manera de desahogarnos, de encontrarnos a nosotros mismos. Hablo en nombre de todos al decir que no he conocido a un solo ser que no haya disfrutado de la maravilla de la música, y no me refiero solamente a aquella que es creada por el hombre, sino también a aquella que es creada por la naturaleza, desde el canto del pájaro, el sonido majestuoso del viento pegando en tu rostro que da una sensación de tranquilidad inaudita, o el sonido de las hojas cuando caen, que realmente para poder escucharlo tiene uno que estar profundamente concentrado y relajado, o el sonido de las olas, que dan una sensación de paz interior, o el sonido

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