Javier Fesser

Resulta difícil pensar que Javier Fesser, conocido por películas como “El milagro de P. Tinto”, haya decidido lanzarse a hacer un drama, pero no sólo eso, sino que la película va dar que hablar por tratar la vida de Alexia Gonzalez-Barros, una niña que murió a los 14 años tras diez meses de larga enfermedad y cuyo proceso de beatificación está abierto desde hace varios años.

Alexia era la pequeña de siete hermanos y recibió su educación en el Opus Dei, tema que también toca la película y quizás, por ello, pueda causar cierta controversia. Javier Fesser espera que no haya críticas por ese lado, según él mismo “Todo, absolutamente todo lo referido al Opus Dei es absolutamente real. Nada es inventado. Pero no sólo lo relacionado con los miembros de esta organización, también la pastelería Viena Capellanes, o la tienda de Hermosilla, esquina a Goya, de Madrid, que aparece en el filme. Todo hecho de manera objetiva y totalmente respetuosa” . El director intenta comprender a través de su película “una manera tan radicalmente distinta de la mía de entender y buscar la felicidad” y a pesar de que la película se llame “Camino” (como un conocido libro del fundador del Opus Dei José María Escrivá) Javier Fesser afirma no marcar ningún camino porque “es justamente eso contra lo que me rebelo”, en otras palabras, el director dice “me he dejado llevar para entender y descubrir a cada uno de los personajes, de cómo buscar la felicidad o estar sumido en la tristeza“.

Según Javier Fesser, Camino, es “una película de personajes de carne y hueso, de ideologías, de posiciones diferentes ante la vida, de puntos de vista a veces tan enfrentados que, al convivir, destapan sus contradicciones“

De momento, en la web de la prelatura no han publicado ninguna noticia referente a la película de Javier Fesser, aunque desde algunos blogs ya se empieza a comentar que habrá lío con la película. Sobre el argumento de la película dice que “es una historia de amor, del primer amor, ése que jamás se olvida” de hecho, Javier Fesser confiesa que una de las partes de la vida de Alexia que más le impactó fue la frase que dijo en su lecho de muerte “mamá, me muero feliz, pero sólo tengo la pena de que ese niño nunca supo todo lo que yo le he querido“, aunque esto choca con otros testimonios que afirman que su deseo era “pedir la admisión como numeraria”.

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