La Reivindicación del cuerpo femenino según Débora Arango y “El Manto de las Tinieblas”

Pontificia Universidad Javeriana

Facultad de Comunicación Social

Historia Social de la Comunicación

Lina Vega Piña, Juliana Blanco Lozano, Sara Novoa Jimenez

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La Reivindicación del cuerpo femenino según Débora Arango y “El Manto de las Tinieblas”

Durante muchos años la mujer ha sido denigrada, desestimada e ignorada por quienes se creían superiores a ellas: los hombres, los cuales les impedían cualquier tipo de participación o reconocimiento. Sin embargo durante toda la historia se han forjado un camino con el fin de expresarse y mostrarse poco a poco ante la sociedad como personas dignas de respeto y reconocimiento. Unos de los mecanismos que utilizaron para llegar a esto fueron el arte y los rituales, los cuales ayudaron a la reivindicación y liberación de la mujer.

Como ejemplo de estas grandes manifestaciones tenemos a una mujer que no se conformó con el contexto en el que vivía y tomó la decisión de ir contra la corriente ideológica de su época usando el arte. Fue así como Débora Arango, a lo largo de su carrera de casi ocho décadas, aportó a la liberación del cuerpo femenino, pintandolo incluso cuando este era un tema extremadamente controversial. Desde su juventud Débora empezó a desafiar las limitaciones que tenía por ser mujer, y estudió en la universidad cuando muchas otras no podían hacerlo. Al momento de pintar se interesó en los cuerpos desnudos de diferentes mujeres, mostrando su rol en la sociedad y creando debate y controversia a propósito. Esto ayudó a que con el tiempo se iniciara una conversación sobre este tema, y eventualmente se llegará a normalizar hasta cierto punto.

En el capítulo “El manto de las tinieblas” de el libro Carne y Piedra de Richard Sennett también se puede evidenciar esto, ya que muestra cómo las mujeres de la antigua Grecia utilizaban los balcones de sus casas, adentradas en la oscuridad de la noche para reunirse y liberarse de toda la opresión que vivían cotidianamente tanto sexual como emocionalmente. Cómo se menciona en el texto, Atenas era una ciudad basada y diseñada más que todo en el cuerpo masculino. Lo mismo se podría decir de Colombia en la época en la que Débora creció -comienzos del siglo XX- ya que en ambos lugares las mujeres y su cuerpos eran ocultados y controlados por los hombres.

Por medio del arte y los ritos, ambos grupos de mujeres lograron dejar los prejuicios y controversias que se tenían sobre su cuerpo y expresión. En el caso de Grecia, se hacía por medio de reuniones de solo mujeres donde se podía hablar abiertamente, y expresar sus inconformismos acerca de la vida que llevaban.

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