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La crisis del teatro


Enviado por   •  17 de Septiembre de 2021  •  Apuntes  •  3.767 Palabras (16 Páginas)  •  110 Visitas

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                              LA CRISIS DEL TEATRO

                                                    Por Carlos Etxeba

carlossaez@euskalnet.net

R E P A R T O

Mr. Lawrence Cotten ......................... Anciano norteamericano

Mr. Andrew Taylor.............................       "                "

Ms. Margaret Hilton........................... Anciana norteamericana

Pedro Pérez......................................... Autor Dramático español

Susi...................................................... Actriz española

Armando.............................................. Novio de Susi

D. Florentino.........................................Poeta

D.Roberto Rodríguez............................Director de Cine

Loli.......................................................Turista española

Lali....................................................... Amiga de Loli

Público que hace de clac y alborotadores

A C T O  Ú N I C O

(La escena representa el salón de actos del Círculo Cultural. Hay sillas alrededor de la gran mesa que sirve para dar conferencias, provista de altavoces portátiles y de una botella de agua con cuatro vasos para los ponentes. Las paredes están lujosamente ataviadas con grandes cuadros que representan figuras ilustres de la cultura española. Antes de que lleguen los conferenciantes que van a hablar sobre una posible solución a la actual crisis del teatro, se acomoda el público en la sala y se oye por megafonía una marcha norteamericana. En las primeras filas de la sala han buscado asiento entre el público de manera que se les vea y oiga bien todos los actores y actrices que no intervienen directamente como ponentes en la conferencia, menos Lali que llega cuando el público se ha sentado ya. En el escenario está dando los últimos toques a la megafonía Pedro Pérez)

LOLI - ¡Ya está bien! ¡Que quiten esa música norteamericana! ¡Que estamos en España!

(Pedro Pérez corta la megafonía)

PEDRO PÉREZ - ¿Qué le pasa a Ud.? ¿Qué tiene contra la música norteamericana?

LOLI - Yo no tengo nada contra la música norteamericana, pero el caso es que aquí estamos en tierra española y parece que quieren Uds. dar la impresión de que hasta el aire que respiramos es norteamericano. Siempre que vengo a las conferencias de este Círculo Cultural, salgo con la impresión de que no estamos en España. Es como si estuviésemos en Puerto Rico. ¡Qué barbaridad!

PEDRO PÉREZ - ¡No creo que tenga Ud. razón! Este Círculo Cultural existe gracias a la ayuda norteamericana y yo creo que en agradecimiento, habrá gente aquí que le guste escuchar  la música norteamericana.

D. FLORENTINO - ¡Pues yo preferiría escuchar ahora un buen pasodoble español! Me parece que la señorita tiene razón. Donde esté un buen pasodoble español que se quite toda la música extranjera. ¿Podría Ud. ponerme un pasodoble español?

(Se oye durante unos momentos un pasodoble español, interrumpido por la voz de Armando que se dirige de mal genio a D. Roberto Rodríguez, el cual está sentado al lado de Susi, la novia de Armando. D. Roberto Rodríguez ha estado mirando atentamente y sonriendo a Susi, ya que le ha causado una impresión muy agradable)

ARMANDO - ¡Como le vuelva Ud. a tocar la rodilla a mi novia, le voy a pegar un puñetazo que va Ud. a volar directo a Nueva York!

D. ROBERTO RODRÍGUEZ - ¡Yo no le he tocado a su novia nada! ¡Ud. está loco! ¡Qué barbaridad!

ARMANDO - ¡No solamente le ha tocado la rodilla, sino que además le ha guiñado un ojo! ¡Cree que soy tonto! ¡Cree que no me doy cuenta de las cosas! ¡Le ha guiñado Ud. el ojo ese de carnero mareado que tiene!

D. ROBERTO RODRIGUEZ - ¿Esos son insultos o bromas?

ARMANDO - ¡Son insultos!

D. ROBERTO RODRÍGUEZ - ¡Ah, bueno, es que no tolero bromas de nadie! ¡Le repito que yo no le he tocado nada, ni le he guiñado nada! ¡Qué barbaridad! ¡Qué pensarán de mí las personas que están en la sala!

ARMANDO - ¡Pues pensarán que es Ud. un viejo verde!

SUSI -¡Armandito, cariño! Este señor no me ha hecho nada. Ni me ha guiñado el ojo, ni me ha tocado la rodilla. ¡Buena es una para dejarse tocar por cualquier mequetrefe! No seas tan celoso, cariño, que te pones insoportable. ¡Como sigas así llegará el día en que me mires el cuerpo con lupa, por si me encuentras huellas dactilares!

(Le acaricia la cara a Armando y éste se deja acariciar complacido)

ARMANDO - Estoy harto de que la gente me llame celoso constantemente.

SUSI - ¡Y a mí qué!

ARMANDO - Pues a ti te llaman puta. Ven aquí y cámbiate de butaca.

(Se cambian de butaca. Armando se dirige a D. Roberto)

¡Ya lo sabe! Tenga cuidado con el juego de ojos que me irrito y monto en cólera!

D. ROBERTO RODRIGUEZ  - ¡Qué barbaridad! Ud. ha oído a la señorita que yo ni le he guiñado el ojo, ni le he tocado la rodilla. ¿Por  qué se mete conmigo? ¡No se puede estar seguro, ni en el Círculo Cultural! Además para dominar los celos, no hay como dominar los nervios. La semana pasada estuve en un viaje de negocios con mi mujer en Moscú, París, Pequín y Londres y en todos los hoteles de esas ciudades se nos presentaba a las nueve de la mañana el mismo lechero. A mi me entraron sospechas, pero mi mujer me dijo que me tranquilizara porque los nervios me estaban jugando una mala pasada. Para dominar los celos, no hay cosa mejor que dominar los nervios.

(Entra por la puerta de acceso a la sala Lali. La ve Loli y la llama)

LOLI - ¡Lali, ven! Aquí hay un sitio libre. Ponte a mi lado.

LALI - ¿Ya sabes que he estado en Norteamérica? He venido porque me he enterado que van  a hablar unos norteamericanos.

LOLI - ¿En qué ciudades has estado?

LALI - He estado en Nueva York, Washington, Miami y en Texas.

LOLI - ¿Qué te ha parecido aquello?

LALI - Me llevé una gran desilusión. En Texas fui a un rodeo y me dijeron que entrenaban a los caballos para que saltasen todos de distinta manera. En Whashington fui a un ballet y me extrañó que todas las bailarinas bailasen en puntillas para aparentar ser más altas. ¡Pues que las hubiesen escogido más altas, para ahorrarse tanto esfuerzo! Yo creía que eran tan ricos que ataban a los perros con longanizas, pero no he visto a ninguna longaniza atada al cuello de ningún perro. En los sitios turísticos todo es magnífico, pero en el resto la cosa deja mucho que desear. Allí hay pobres y locos como en todas partes. Figúrate que vi dos locos en una calle. Uno tiraba billetes de quinientos dólares y el otro estaba todavía más loco, porque se los devolvía. En un parque zoológico vi una cosa descomunal: una jirafa enferma que llevaba una venda de quinientos metros alrededor del cuello.

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