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La experimentación con lombrices

cuauhtemocgarciaReseña20 de Septiembre de 2012

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Introducción

Despertares está basada en hechos reales documentados por el Dr. Oliver Sacks. Es la historia del Dr. Malcom Sayer (Robin Williams), un médico que durante toda su carrera se ha dedicado a la experimentación con lombrices. Éste consigue un trabajo en un hospital en la ciudad de Nueva York, para trabajar con pacientes en estado de coma.

Un día, el Dr. Sayer observa que una de sus pacientes ataja sus anteojos antes de que éstos caigan al piso, es en este momento que comienza a investigar sobre la enfermedad y a formular hipótesis sobre sus posibles causas, pero, más que nada, sobre su tratamiento.

En este punto se le presenta un nuevo problema, la escepticidad de sus colegas y los familiares de sus pacientes con respecto a su teoría de que estos pacientes tienen posibilidades de volver a vivir y que su enfermedad consistiría en un Mal de Parkinson agravado.

Entre sus diversas investigaciones, se familiariza con una nueva droga, la L – dopa, que se utiliza para el tratamiento del Parkinson y decide probarla con uno de sus pacientes, Leonard (Robert De Niro).

Luego de muchos intentos fallidos, una noche, Leonard despierta. A partir de este evento recibe la aceptación de colegas y familiares de los afectados y, también su ayuda económica, gracias a lo cual puede comenzar a tratar a todos sus pacientes con esta droga.

Los problemas vuelven a aparecer cuando Leonard, el primer paciente tratado con L – dopa, vuelve a desarrollar los síntomas de la enfermedad y, tanto el Dr. como sus pacientes y sus familiares se ven profundamente afectados.

Relación médico – paciente en Despertares

Este es uno de los temas centrales de la película y de la práctica médica cotidiana. La relación médico – paciente se trata de una relación interpersonal, es decir, que implica el encuentro entre dos personas, dotadas ambas de inteligencia, libertad, intimidad y una historia personal única e irrepetible, por lo cual se merecen consideración y respeto mutuo.

Hablemos primero un poco sobre el personaje de Robin Williams, éste es un médico que durante el transcurso de su carrera se ha dedicado a la investigación, esta elección tiene mucho que ver con la dificultad que presenta para relacionarse no sólo con pacientes sino también con colegas, tanto a nivel profesional como personal.

Cuando llega a la institución, él desea un puesto en su área de experiencia, pero no es posible, y debido a que su situación económica lo obliga, debe aceptar el ofrecimiento para trabajar con pacientes que sufren encefalitis letárgica, ésta es una enfermedad que se caracteriza por la languidez creciente, apatía y somnolencia, que lleva, finalmente al letargo.

En contraposición a sus colegas, que se limitan a atender las necesidades básicas de estos pacientes, el Dr. Sayer toma una posición más activa con respecto al tratamiento de los mismos. Esto daría la impresión de un inicio óptimo en lo que respecta a una relación médico paciente, pero en nuestra opinión, los intereses puestos en juego por el personaje que encarna Robin Williams distan considerablemente de los que podrían tener los familiares o los mismos pacientes.

Observamos que éste se informa sobre los síntomas de la enfermedad e incluso asiste a un congreso acerca de un nueva droga, que, en su opinión, podría "despertar" a sus pacientes.

Además toma contacto con la madre de Leonard, e indaga sobre su historia clínica, iniciativa altamente recomendable para cualquier profesional de la salud que pretenda una experiencia satisfactoria, tanto para sí mismo como para su atendido.

De todas maneras creemos que esta aparente preocupación del Dr. Sayer por la recuperación de los afectados se debe a un deseo de satisfacción personal, a la necesidad de alcanzar una nueva meta que marcará un antes y un después en su carrera.

Por ejemplo, su "interés" en conocer a la madre de Leonard surge debido a que sus superiores sólo le permitirán el uso de la L-DOPA en el tratamiento si puede obtener la aprobación de al menos un familiar. Otro ejemplo claro lo constituye la irresponsabilidad con la que actúa al momento de medicar a Leonard, con el objetivo de revertir su estado, sin preocuparle los efectos secundarios que la droga, que además era experimental, pudiera tener sobre él.

Igualmente tampoco debe dejarse de lado el hecho de que los pacientes que él trata están en un estado de marcado disturbio psicomotor y de un notable descenso de la reactividad al ambiente y de la espontánea, lo cual le impide mantener una relación interpersonal con los mismos y, mucho menos, crear un lazo afectivo.

Todo esto comienza a cambiar a partir de la mejora de Leonard, y de los demás pacientes.

Se empieza a ver una relación más cercana entre ellos; por un lado, los pacientes sienten un profundo agradecimiento y, lo que es más importante aún, una gran confianza en el médico. Este último es un punto esencial, que debe ser tratado con mucha cautela en toda relación médico – paciente, ya que el primero debe ser consciente de que este tipo de sentimientos es muy común y no abusarse de esto, pero además tiene que evitar que ejerzan una presión sobre el, basada en el miedo a defraudar esta confianza que ha sido depositada en su persona, y que esto pueda afectar su desempeño profesional.

Es esta respuesta de los pacientes la que genera el cambio en el Dr. Sayer; sus ambiciones profesionales son dejadas a un lado, para que ocupe un papel preponderante el bienestar de sus pacientes. Esto lo expresa, fundamentalmente, brindándoles una gran contención, ya no sólo desde un punto de vista meramente médico, sino también humano. De más esta decir que el factor humano es importante en cualquier relación médico - paciente, pero creemos que en este caso debe destacarse su importancia, ya que es imprescindible no solamente curar físicamente al paciente, sino trabajar junto a él para ayudarlo a, por lo menos, aceptar la nueva situación en la que se encuentra, ya que las consecuencias psicológicas de haber estado "durmiendo" durante años, pueden ser devastadoras. Y además ayudarlo a rehacer su vida y a reinsertarse en la sociedad.

Otro punto importante para resaltar es que la típica asimetría en estos tipos de relación se ve disminuida ya que el Dr. "sana", aunque sea por un tiempo, las afecciones físicas de sus pacientes, pero éstos, a su vez, sanan las afecciones psicológicas de su médico, aunque no sean conscientes de esto, al ayudarlo a mantener relaciones interpersonales donde se juegan sentimientos profundos, punto en el cual, como mencionamos anteriormente, éste presentaba serias dificultades.

Este cambio que notamos fue constatado hacia el final de la película, cuando ante la recaída de Leonard, el Dr. Sayer actúa como todos los expertos sobre este tema recomiendan. Esto es, comunicar al paciente sobre su estado, aún cuando sea muy grave, de la manera menos traumática posible para éste, y, además procurarle el mejor tratamiento dentro de las posibilidades.

Además, no vemos que lo afecte negativamente a nivel profesional, es decir, que no toma la recaída de sus pacientes como un golpe a su propio ego, lo cual los afectaría en mayor o menor medida. Esto es de gran importancia ya que la actitud de todo médico frente a este tipo de eventualidades debe ser la de admitir sus propias falencias y comprender las limitaciones de la ciencia.

Conclusión:

En una encuesta realizada por nosotros con el fin de analizar las expectativas a la hora de una consulta médica, en relación con el trato médico-paciente, observamos que en la entrevista con el profesional de la salud lo esperado por el paciente es el reflejado en la película por los ítems analizados anteriormente.

A las personas entrevistadas se les formuló la siguiente pregunta: "A la hora de una visita médica, ¿Qué espera del trato con el profesional?"

Nancy Blanco, 21 años, DNI 29.134.187

"Simplemente lo que espero del médico cuando voy a hacerme un estudio o porque tengo alguna molestia, es no tener que esperar en el lugar, que me digan rápidamente cuáles son los resultados y si es posible no volver varias veces para perder tiempo y me encantaría que tenga muy buena voluntad en atender al paciente y no escucharlo por la mitad, para terminar rápido su turno.

Que realmente, a pesar del cansancio, se vea el interés de curar a la gente, pero todo bien…"

Cristian Núñez, 26 años, DNI 25.601.570

1.Que me escuche.

2.Que me pregunte mis antecedentes familiares.

3.Que fundamentalmente sepa contenerme si tengo alguna enfermedad a mi y a mi familia.

4.Que me de el diagnóstico y que no me mienta.

Germán Cabrera, 23 años, DNI 27.201.992

1.Cordialidad.

2.Responsabilidad.

3.Poder entenderme lo que me pasa.

María Calcagno, 21 años, DNI 29.500.611

"Espero que haga algo que ningún médico hace, que es escuchar a los pacientes. Me gustaría que me escuchen hasta el final y que no de vueltas, que sea claro y me de una solución concreta".

Jimena Alfonso, 21 años, DNI 29.536.434

"No tuve una experiencia buena ya que me sentí objeto de estudio cuando pensaron que tenía una enfermedad

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