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La globalización de los procesos del mundo


Enviado por   •  6 de Junio de 2013  •  Ensayos  •  2.060 Palabras (9 Páginas)  •  434 Visitas

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Los términos mundialización y globalización son hoy en día parte del vocabulario corriente en todo el mundo, quizas es un nuevo lenguaje, que muchos utilizan pero que no entienden a cavalidad. Es un idioma que esta desarrollado por unos pocos, que lo entienden unos pocos y que beneficia a esos pocos. En esta obra nos dan a conocer su punto de vista de cómo es que la globalización de las grandes potencias económicas en los últimos años se ha convertido en un malestar social tanto para las personas de países potencialmente económicos como también a los que no lo son. Es importante recalcar que la globalización no solo se puede observar desde un punto de vista completamente negativo, también es una actividad benéfica para la sociedad, debido a que puede hacer más fuertes a las potencias económicas pero al mismo tiempo puede aumentar el desarrollo de países pobres y necesitados. Para esto es importante que su uso sea de manera igualitaria y tanto para los ricos y para los pobres. Los países pobres pueden sobresalir más rápido si tanto los países considerados potencias económicas como las compañías de mayor poder, invirtieran más en dichos países y pagaran bien a sus trabajadores y dejar la explotación y el mal salario de lado. La mayor parte de la sociedad ve de manera negativa a la globalización, esto se debe a que con el fuerte desarrollo de esta actividad en los últimos años se ha incrementado la desigualdad entre las sociedades y que los países más necesitados sean como siempre los más afectados por los de mayor poder.

Desarrollo.

El Malestar en La Globalización, por Joseph E. Stiglitz, presenta un riguroso análisis del proceso de globalización, en el que explica las razones por las cuales este proceso no ha conseguido los resultados esperados en áreas tan importantes como la reducción de la pobreza y el crecimiento económico sostenido en los países en vías desarrollo. En el Malestar en la Globalización, Stiglitz presenta una crítica a la serie de políticas económicas (conocidas como el ‘Consenso de Washington’) aplicadas en los países en desarrollo. Stiglitz expone casos particulares, en los que demuestra cómo las instituciones que lo propulsaron fallaron en la prevención de desastres financieros. Por otro lado, también contrasta las experiencias de algunos países que no siguieron esas recomendaciones y que actualmente gozan de mayor estabilidad y prosperidad económica. El autor concluye su libro con una propuesta para reformar las instituciones financieras internacionales, con el objetivo de que éstas sirvan para revitalizar y reformar el proceso de globalización. Durante los últimos años, la globalización ha generado condiciones favorables alrededor del mundo: el comercio internacional ha promovido el desarrollo económico a través de un incremento en las exportaciones; la globalización ha reducido el aislamiento de muchos países en desarrollo, facilitando su acceso a nuevos conocimientos y tecnologías; la ayuda financiera internacional a los países en desarrollo ha generado grandes beneficios para millones de personas; etc. Al mismo tiempo, Stiglitz señala que es evidente que las condiciones de vida en la mayoría de los países en desarrollo han empeorado, mientras que el ingreso a escala mundial ha aumentado. La promesa de estabilidad económica tampoco se ha cumplido, como lo demostraron las crisis financieras en Asia y en América Latina a finales de los noventa. Stiglitz argumenta que el origen de estas fallas se encuentra dentro de las instituciones que controlan el proceso de la globalización, debido a que éstas, generalmente, responden a los intereses económicos de sus accionistas. El ‘Consenso de Washington’, ha promovido políticas macroeconómicas con efectos sociales muy negativos. Ya que son completamente incompatibles con las realidades de los países en desarrollo a las que están enfocadas. La mayoría de las veces se ordena a los países en desarrollo abrir sus economías y eliminar las barreras comerciales, pero los países que la exigen como es el caso de USA, no hace lo reciproco, por lo que esta acción unilateral daña el comercio de los países en desarrollo. Otro efecto negativo es la apertura sin control del mercado financiero en los países en desarrollo, lo que origina shocks externos procedentes de las variaciones abruptas del flujo especulativo de dinero. Si fracasan los proyectos agrícolas de los organismos internacionales como el Banco Mundial hacia los países en desarrollo, la factura social y económica la pagan estos países subdesarrollados. Así como se destruye el medio ambiente, los procesos políticos también sufren negativamente por la corrupción. La causa de dichos efectos negativos es el veloz ritmo de implantación sugerido por organismos como el FMI, ya que, no conceden el tiempo suficiente al país para su adaptación a dichos cambios. El FMI tiene como política presionar de manera constante a los países de desarrollo para implementar las políticas sugeridas y exigidas por el FMI, solo asi este organismo internacional podrá otorgar préstamos a dichos países. Entre las políticas económicas que el FMI exige son: recortar los déficit aumentar los impuestos o los tipos de interés, políticas que contraen la economía. A su vez, la solución para los países subdesarrollados es para estos organismos el mercado libre. Según stiglitz y con razón infiere que el FMI no ha cumplido su misión, porque las políticas recomendadas por el FI contribuyeron a la inestabilidad global, como por ejemplo la liberalización prematura de los mercados de capitales. Esta liberalización fue implementada a pesar de no haber ni una prueba de que esta política estimule el crecimiento.

El FMI y el BM no representan a los países en desarrollo, a las naciones a las que sirve, y además, sus políticas muchas de las veces se ajustan a menudos intereses comerciales y financieros de los países industrializados avanzados. Se carece de un organismo que supervise el proceso de globalización y sus efectos. Lamentablemente las políticas del FMI no se adaptan, no son a la medida del país en el cual se va a implementar la política. Además de este grave problema su prioridad es la inflación porque sus efectos conducen a un crecimiento elevado y alta tasa de desempleo. No existe una real adaptación de los modelos del FMI a la realidad actual de cada país subdesarrollado, modelos econométricos donde no existe paro, y además, las variables sociales no tienen inclusión en este modelo. También no es política del FMI escuchar ideas de los países subdesarrollados, “los clientes” del FMI. El FMI como uno de los organismos de más alto poder de negociación presiono a indonesia para que firme un acuerdo en el que se comprometía a abrir su economía, a cambio de ayuda económica se firmó la carta de intención, pero el resultado era de esperarse: la mayor cantidad de ayuda se destinó a acreedores privados El Este Asiático y América Latina, pese a estar en crisis, eran dos realidades diferentes, América Latina caracterizado por sus altas inflaciones necesitaba una disminución en el exceso de la demanda, y en el Este Asiático, el problema no era el exceso sino la insuficiencia de la demanda. Las recetas tradicionales para evitar una crisis de la actividad económica, que son estimular la demanda agregada mediante políticas monetarias o fiscales: recortar impuestos, subir gastos o flexibilizar la política monetaria. Cuando un país entra en recesión la recaudación cae, la única manera de que el país no tenga una crisis fuerte es aumentar el gasto público, para incrementar la demanda. En la crisis de los treinta las estrategias para combatir las crisis fueron dos: la de empobrecer al vecino, que cuando un país incentiva el consumo local de bienes y por tanto no importa producciones vecinas. El problema fundamental del FMI es que presenta proposiciones y recomendaciones políticas como si fuera una doctrina que no se debe discutir, como es el caso de la liberalización del mercado de capitales. Siglita dice que es necesario que existan instituciones internacionales, porque se requiere una acción colectiva global. El cambio más fundamental requerido para que la globalización funciones, es un cambio en la gobernanza. Esto supone que el FMI y el BM, se cambien los derechos de voto, y en todas las instituciones se garanticen que no solo serán los ministros de hacienda, ministros de comercio, solo tengan voz y voto. La globalización puede ser benéfica para algunos países pero es importante que se reconsidere como ha sido gestionada hasta ahora y los impactos negativos que género en los países en vías de desarrollo y en los más pobres, muchas veces bajo la orientación del FMI y sujetos a sus reglas. Algunos beneficios de la globalización son: los países están conectados en una aldea global y las distancias están más cortas (avanzos en la comunicación y en la informática) facilitando una troca cultural y las relaciones económicas se realizan de forma rápida y eficiente. Se genera también un aumento en el comercio internacional, pero muchas veces los países ricos defienden la liberación del comercio internacional para sus productos industrializados y para los servicios pero se recusan a permitir que los países pobres ganen espacio en otros ítems, o sea, no se reducen las barreras proteccionistas. Como impacto negativo podemos citar la desigualdad social, la transferencia de fábricas de empresas multinacionales para los países pobres donde el costo es más bajo (lo que puede generar desempleo en los países ricos) y la inmigración que viene acompañada de la xenofobia. Los gobiernos de los países en vías de desarrollo deben adoptar políticas que orienten el crecimiento de modo justo, equitativo, que prioricen la eliminación de la pobreza y la injusticia social, buscando una mayor participación en las instituciones de la globalización (FMI, Banco Mundial y OMC). Conforme indicado en el texto, estas políticas deben ser adecuadas a cada país para evitar una situación como la de Rusia que enfrento como consecuencia de la globalización (privatizaciones, liberalización y estabilización) un aumento en la pobreza y en la desigualdad, así como aumento en la inflación y en la corrupción. Los tipos altos ahogan la actividad económica interna. La apertura de los mercados de capitales exponen a estos países a turbulencias especulativas para las que no están preparados y que concluyen en empobrecimiento generalizado. La bajada de los aranceles, en especial cuando se hace de forma drástica, hunde a muchas empresas de países en vías de desarrollo o en adaptación de una economía socialista a otra liberal, incapaces de competir sin un período de transición suficiente. Más aún cuando Occidente juega sucio y mantiene altos sus aranceles sobre los únicos productos que estos países pueden exportar, que son, sobre todo, agrícolas. La presión a favor de una rápida privatización de las empresas públicas ignora que en mercados poco desarrollados si el Estado no asume esa competencia nadie lo puede hacer y que un rápido cambio de propiedad sin un marco jurídico desarrollado sólo genera corrupción y oligopolios. El resultado de este conjunto de políticas es un alto desempleo que, a su vez, provoca inestabilidad política. Stiglitz concluye culpabilizando al FMI de algunas de las crisis económicas, regionales o nacionales, habidas en las últimas décadas. En unos casos por haberlas provocado. En otros por haberlas afrontado erróneamente. “La queja contra el FMI es, empero, más profunda: no se trata sólo de que fueran sus políticas las que condujeron a la crisis, sino también que las impulsaron a sabiendas de que había escasas pruebas de que dichas políticas fomentaran el crecimiento, y abundantes pruebas de que imponían graves riesgos a los países en desarrollo”. Para el autor, el FMI ha estado regido por un grupo de economistas honorables pero no muy solventes. De ahí que confundieran enunciados ideológicos referidos a las virtudes del mercado con análisis científicos. Sin embargo, la supuesta honorabilidad y buena fe de estos gestores, subrayada por el autor, entra en contradicción con la denuncia que el propio Stiglitz hace de sus vínculos con el Departamento del Tesoro de EE.UU. y con los círculos financieros de Wall Street. En todos ellos reina una misma escuela de pensamiento... que casualmente favorece sus intereses. Los altos tipos permiten la devolución de los préstamos a las grandes corporaciones norteamericanas, aunque arruinen la economía de los países en vías de desarrollo. La apertura de los mercados favorece la exportación, aunque en una sola dirección. Por lo tanto el problema ya no es sólo que el FMI siga una política contraria a los principios para los que fue creado, sino que se ha convertido en un instrumento de los intereses financieros estadounidenses.

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