La mujer sin cabeza.

La mujer sin cabeza

Dirección: Lucrecia Martel

Guión: Lucrecia Martel

Protagonistas: María Onetto, Inés Efron, Claudia Cantero

Año:2008

La configuración del espacio en “La mujer sin cabeza” de Lucrecia Martel, a través de la composición del cuadro y la iluminación, da cuenta del mundo interior de Verónica, la protagonista, y de la relación que ella mantiene con su hogar y su familia. Esto nos permite dialogar con los otros films seleccionados , al mismo tiempo que poner en crisis ciertas constantes del género melodramático, a partir de lo que observamos en el film de Martel.

Cómo se construye el hogar de “La mujer sin cabeza? Qué podemos conocer de Vero a través de la construcción que Martel hace de su espacio?

En primer lugar nos interesa abordar la construcción de hogar que hace el film y la relación de la protagonista con el afuera. El hogar es el lugar de la familia, el entorno en el que conviven, la “unidad integrada, caracterizada por el respeto mutuo, el amor y la confraternidad”.  Desde la puesta en escena, podemos observar que el espacio que entendemos como hogar en el film de Martel se configura de una manera particular, que nos va a hablar de la interioridad de la protagonista y de su relación con el entorno y la familia.

Las imágenes que tenemos de la casa familiar de Verónica son sombrías.  La luz entra por las ventanas, cuyas persianas a medio abrir , administran. No es un espacio que se revela como iluminado artificialmente ni luminoso producto de la luz natural. La casa familiar es oscura; el hogar se representa como el lugar de intimidad de los personajes, mientras que los espacios exteriores y públicos, son luminosos ( el vivero, la ruta) . Mientras que los interiores familiares son cálidos, con tonos amarronados y desaturados, lo que está afuera se representa con colores saturados y una luz blanca y pareja.

Creemos que a través de los frames seleccionados la oposición binaria Adentro/afuera, público/privado queda establecida en la imagen. Hay un juego constante entre la luminosidad del afuera, que no llega a iluminar por completo a la protagonista, y la oscuridad característica del hogar familiar de Verónica. En este sentido Martel utiliza el recurso del contraluz cuando muestra a Verónica en su hogar, lo que funciona para acentuar la separación con el afuera al mismo tiempo que la recorta en el espacio y la vincula con su oscuridad interior. La relación con lo público está mediada, a través de vidrios y ventanas,  rejas y persianas, la relacionan con el exterior de manera tímida y solapada. La conexión no es directa ni transparente ni vemos a ella traspasar ese límite físico. Lo que hay afuera de la intimidad del hogar, aparece muchas veces desenfocado , o a contraluz. Martel utiliza el recurso del foco diferenciado en al puesta en escena para separar el plano del interior con el del exterior y así tensionar la relación con el fuera de campo.

Si pensamos esta dicotomía adentro/afuera y público/privado en diálogo con el melodrama, podemos establecer algunos puntos en común. Aunque el film de Martel no sea un melodrama, creemos que puede funcionar para resignificar algunas cuestiones propias del género que sí aparecen en los otros films del corpus seleccionado. Estas “dicotomías o contradicciones propias del género (melodramático)” que la directora utiliza en el film funcionan para dar cuenta de la postura de la familia y los amigos frente al accidente de Verónica. “Esto visualiza que las crisis (...)  han de resolverse al interior de la familia”, señala Hurtado. En esta dirección podemos vincularlo con la construcción que hace el melodrama de la familia y el hogar, que se encierra a si misma, inmóvil, con tal de asegurar su continuidad. La casa familiar es un espacio cerrado. El hogar, y también el hotel, desde la construcción formal de la iluminación y la puesta en escena, es lugar de intimidad de lo que no debe salir a la luz, el niño o el perro atropellado, una relación de infidelidad.

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