La trama de la obra "Hombre con una cámara de cine" Medina Domínguez

Medina Domínguez / The man with the movie camera

La obra refleja la herencia de desigualdades producida por el antiguo régimen zarista y su reproducción durante la política leninista colocando en tela de juicio la paradoja del sueño socialista.

The man with the movie camera es un ejercicio de compresión de la realidad en sus múltiples temáticas. Muestra el momento de florecimiento en la industria y con ello el crecimiento de las ciudades habitadas por campesinos convertidos en proletarios. Una interesante adaptación de ello la encontramos en Modern Times de Charlie Chaplin siete años después.

En un espacio en donde las butacas cobran vida, -son autómatas al igual que el tripié y la cámara- la obra lanza una invitación a observar “la realidad” acompañada por indicaciones sutilmente narradas dirigidas al espectador; por ejemplo: la escena en donde se coloca un promocional que alude a guardar silencio bajo la tradicional señal de colocar un dedo que divide labios inmóviles.

Mediante juegos en la velocidad narrativa hace una relación con el “progreso” mostrando así una etapa de maduración de los tiempos industriales. Utiliza yuxtaposiciones tanto en las figuras geométricas- principalmente circulares en alusión a la forma de la retícula ocular- de los objetos como de imágenes del cotidiano, ofreciendo una mirada calidoscópica del todo.

Coloca en su centro una muestra de juegos de oposición a partir de los cuales dicha realidad se teje dejando entre ver su visión sobre la dicotomía como parte inherente de la realidad. Realidades paralelas que se definen una a partir de la otra. El ojo-cámara en medio de la dicotomía.

La obra nos permite dar un vistazo a partir de un paseo por las calles, la fábrica, los clubes a los distintos habitus de distintas clases sociales. Las manos como herramienta central de movilidad hombre, ¿podríamos pensar que ello también alude a que sin ellas la cámara sería inmanipulable? Un collage que reúne imágenes de manos mineras, herreras, panaderas, costureras, estilistas, es decir, por un lado manos proletarizadas que maquilan a otros y por el otro manos burguesas que se divierten jugando ajedrez y tiran en la puntería. Otro interesante ejemplo de ello resulta del ejercicio en donde sigue las carrozas montadas por dos tipos de familias. La primera de ellas mujeres con sombreros, collares y vestidos y otra en donde están campesinos.

A si mismo permite dar un vistazo a la arquitectura socialista que se caracteriza por su uso geométrico en alusión a su funcionalidad y no la estética.

Cierra haciendo una estupenda analogía de su obra con un carrusel. La imagen de estar el por encima del carrusel, por encima del movimiento; por encima de la realidad. El ojo-cámara siempre en las alturas, dios en las alturas.

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