Relato sonoro primera hora del día

“RELATO SONORO PRIMERA HORA DEL DÍA”

Abro los ojos y el primer sonido que inunda mi habitación es el “murmullo” de las gallinas (vivo en un terreno que tiene galpones repletos de gallinas ponedoras). Se genera una sensación de tranquilidad, de ambiente conocido.
Los pájaros, por otro lado, cantan sumando al sentimiento de tranquilidad, mientras que, por otro lado, se posan sobre el techo de chapa y lo rayan con las uñas provocando un sonido chirriante que provoca malestar e irritación.
El cuerpo (piernas, torso) roza las sábanas, se escucha la fricción. Surgen sentimientos de fiaca, pereza, debido al bienestar que da la cama.
Se acumulan los sonidos corporales, ahora “cliquean” las articulaciones. Aparece el bostezo. Todos mecanismos que ayudan a la relajación y al primer intento de desperezarse.
Agarro el celular, suenan las pocas teclas que tienen, se escucha también la vibración del teléfono al usar el teclado táctil.
Al quitarme las sábanas de encima se escucha el ligero ruido del roce entre ellas al ser acumulados, y luego al caer una arriba de la otra.
Apoyo los pies en el piso y se escucha otros sonidos ligeros, el golpe en cadena del pie contra la alfombra y de esta contra el piso de cemento.
Las distintas ropas producen sonidos rasposos al rozarse entre sí, y al rozar luego el cuerpo.
Suena el picaporte al abrir la puerta de la pieza y también al tomarlo y girarlo para abrir la puerta del baño. Las bisagras deterioradas de la puerta del baño producen un sonido chillón. Se intensifica la sensación de malestar de los primeros minutos de la mañana.
Las canillas del grifo también chirrean. Se oye el agua pasar de forma forzada por las tuberías, la fricción me provoca el típico malestar que te hace “doler los dientes”. El agua sale y golpea la bacha. Se sigue acumulando y se escucha el ruido del agua chocando contra el agua.
Fuera del baño se escuchan las uñas de los perros que van y vienen por el pasillo.
Afuera de la casa los perros, propios y del vecino, ladran.
El ruido de los autos que pasan por la calle se mete de lleno en el interior de la casa. Es muy invasivo. La irritación se eleva.
Dentro del baño suenan los movimientos del cepillo de dientes en mi boca, las gárgaras de agua en la garganta.
Salgo del baño, vuelve a sonar chirriante la puerta al abrirse y cerrarse.
En el pasillo abro la puerta corrediza que da al living-comedor.
Suenan los pasos, las zapatillas golpeando el suelo. El sonido de esto se amplifica ante el silencio. Se siente la ausencia del resto de la familia en la casa.
Agarro el control remoto de la TV y la prendo. La primera voz humana que escucho es la del periodista informando sobre algún hecho traumático, violento... bajo el volumen, la voz ya se escucha levemente de fondo. Intento evitar que se combinen el mal humor de la mañana, las noticias negativas y el tono de voz irritante del periodista de turno.
Al tomar la pava eléctrica se escucha el agua ingresar a la pava y acumularse. Luego de enchufarla se puede oír el agua burbujeante en el proceso de calentamiento/hervor.
Mientras, abro la puerta principal y se puede oír como la puerta raspa el piso y las uñas de los perros suenan a una velocidad mayor por el pasillo mientras lloran de emoción. Esa rutina me causa gracia, me pone feliz por primera vez en el día.
Tómo el tarro de café, abro la tapa y un sonido áspero acompaña todo el proceso. Al meter la cuchara se escucha el tintineo de esta al golpear los bordes de vidrio del tarro.
Al volcar el agua en la taza se escucha la caída de ella de la pava, se escucha el sonido del agua revolviéndose entre sí, mezclándose violentamente.
La cuchara revolviendo el café suena al golpear los bordes de la taza.
El sonido de una bolsa de galletitas está presente en forma constante. Al comerlas crujen, un sentimiento de placer se hace presente, tengo más energía, el humor se vuelve positivo.

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