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“el sentido”


Enviado por   •  15 de Junio de 2013  •  1.831 Palabras (8 Páginas)  •  249 Visitas

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olkoybubojpijm'oVeo esta hoja y pienso que nada me resulta más intimidatorio que saber que tengo que ahondar profundamente en mí para escribir algo relativamente convincente, sea porque lo creo o para ocultar que no tengo idea lo que es “el sentido”. Como sea, tengo que evitar caer en contradicciones.

Creo que la tesis base para encontrarle un sentido la vida es asumir que no existe un sentido de la vida; uno mismo debe inventarlo, sea para seguir con un desarrollo semi-ordenado de vida o para cegarse ante lo verdaderamente miserables que son en general. Yo creo que el sentido es sólo algo abstracto e inexistente que nos hacemos creer que está ahí, con finalidades múltiples. No digo que esté mal, al contrario. El humano es el único animal capaz de inventar cosas a través de un proceso de análisis, y el sentido es un gran invento. Es útil, llenador, opaca cosas e, incluso, permite soñar y justificar los actos incoherentes sin mayores explicaciones lógicas más que “es el sentido de mi vida”. Yo creo que hay que tener un sentido para vivir, aunque no exista, y creo que todos lo tendrán en algún momento de la vida. Opacar nuestra calidad de animales con un sentido, atribuyéndonos algo más que los demás animales no tienen, es arrogante, pero bueno. ¿Para qué vivir una y otra vez diciéndonos que no somos más que animales, siendo esta la realidad, si podemos decirnos algo más profundo y elaborado para llenar nuestra alma en un plano terrenal, incapaz de ser llenada efectivamente mientras vivimos? En realidad, no somos más que animales, pero, ¿algún humano acepta eso?

Mucha gente dice que “todo es por algo”, pero el no saber ese algo me da todo el derecho de dudar de la veracidad de esta noción e intentar buscar el sentido planteándolo de otra forma más coherente. Podemos hablar de la vida como un banquete, como un rompecabezas, como un sueño, como un camino largo. Entonces, ¿quiénes se sientan en ese banquete?, ¿cómo saber que estamos en el lugar adecuado?, ¿cómo aunar las piezas del rompecabezas correctamente y saber que es el rompecabezas correcto?, ¿cómo hacer que la vida sea más que un sueño, algo más “real”?, ¿cómo seguir ese camino que creemos que ahí está?, ¿adónde nos lleva?

Aunque no nos percatemos, nuestra alma se esfuerza por hallar un sentido mientras estamos vivos, pues le importa tenerlo cuando dejemos de estarlo. Nota que los infinitos finitos con los que intentamos llenarla no alcanzan para llenar su infinidad. Se cae en el riesgo de caer en un vacío existencial aparentemente sin retorno. Se huye, buscando llenarse como persona, a un hoyo aún más grande. Fuga de un vacío a otro vacío. Como dijo Albert Camus, “hay un problema verdaderamente serio con el hombre, y es determinar si vale o no la pena vivir”.

Estamos hechos de muchas partes que pueden ser llenadas por medio de un círculo en común. Un círculo cerrado, cuyo tope es la impotencia de dicha parte. Diremos que son partes finitas. ¿Cuál es entonces la parte infinita que nuestra alma pide que llenemos? Hablaré un poco acerca de mí y de lo que creo yo que es mi infinito en este momento, con la inmensa posibilidad de equivocarme. Mientras yo crea que mi sentido es el que creo que es, será ese, pues yo lo invento y defino como estime. Sé que mis aptitudes físicas no sin infinitas, sé que mis aptitudes intelectuales tampoco lo son, ni los conocimientos del mundo, ni la vida en sí misma, ni lo que te pueda dar tu entorno ni lo que puedas recibir mundanamente. Tengo que ir más allá de lo terrenal, tengo que enfocarme en un plano sin cabida a la vida para entenderla. Como sentido para mi puedo descartar la estética, pues, sinceramente, mi apariencia no está ligada de ninguna forma a mi autoestima ni a mi calidad como persona. Puedo descartar el activismo sexual, pues es tan solo una parte animal las que nos incita a hacer eso, sin menospreciar el intento de incluirse en alguna sociedad, pero sí creyendo que tal intento es un vacío existencial, visto desde el exterior, claro. Puedo descartar el voyerismo, pues jamás intentaría buscar un sentido basándome en la vida de otra persona o en lo que hace otra persona, apoyo la originalidad, el intelecto. Puedo descartar fácilmente el tener, y los argumentos para esto están dados en la generalidad de mi introducción. Puedo descartar el hedonismo porque si sigo la lógica de que “algo bueno para mí le da sentido a lo que soy y, ergo, a mi vida” caeré en la contradicción de entender que “vida” es “lo que soy”. Puedo descartar el sentido dado por el Carpe Diem, pues estaría viendo la vida sólo como un conjunto de partes y no como el todo verdadero que es. Puedo descartar la ciencia, pues, para mí, ni aunque los paradigmas científicos puedan parecer muy convincentes, nada me asegura que la realidad sea como la ciencia postula. Creo que realidad existe sólo una, pero no somos capaces de asegurar cuál de todas las que creemos que son es. Puedo descartar como sentido también a las religiones y la creencia en un ser superior, porque, al igual que la ciencia, es sólo un paradigma más, del cuál siempre dudaré. ¿Qué sentido me puede quedar? ¿La familia? ¿Los amigos? ¿El dinero? ¿El amor? ¿Hacer el bien? ¿Ser respetado? ¿Ser insigne?

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