Análisis de los Modelos de Consumo en Microeconomía

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TAREA Nº1

Nombre: Daniel Pradenas Calderon

Docente: Galvarino Lautaro Casanueva Yañez

Ramo: Economía para los Negocios

Diplomado en Gestión de Negocios

Análisis de los Modelos de Consumo en Microeconomía

Definición de Consumo: Consumo es la acción de utilizar y/o gastar un producto, un bien o un servicio para atender necesidades humanas tanto primarias como secundarias. En economía, se considera el consumo como la fase final del proceso productivo, cuando el bien obtenido es capaz de servir de utilidad al consumidor. ^[1]

Modelos de Consumo:  buscan el máximo beneficio personal a través de sus acciones de consumo.

Modelo Clásico: El modelo clásico, de pleno empleo, estudia el equilibrio simultáneo en el mercado de trabajo, de bienes y monetario. La función de producción refleja la tecnología y el salario es el productividad marginal del trabajo.^[2]

Los tipos de modelos de consumo son:

Consumo racional: Es todo lo que se consume principalmente para vivir y mantenerse día a día. Es aquel que el mercado realiza dando máxima importancia a características intrínsecas de un producto.

Consumo sugestionado: El individuo quien realiza este tipo de consumo le da validez a todos lo estímulos que recibe de distinto medios además sumando información de los productos, se deja influenciar y realiza compra innecesarias.

Consumo impulsivo/compulsivo: En este caso el consumidor está totalmente influenciado por el anuncio, hasta el punto de verlo y querer de inmediato el producto publicitado. No tiene en cuenta las consecuencias del gasto y de si es mucho o poco dinero. Un ejemplo claro de esto son las compras de productos tecnológicos como consolas de videojuegos, o Smartphone de ultima generación.

Consumo experimental: El consumidor compra productos nuevos y está dispuesto a probarlos y dejar los viejos. Puede ser que cada vez que ve un anuncio nuevo necesite probar el producto que se publicita. No es fiel a las marcas.

Consumo indiferente: El consumidor aquí no suele fijarse ni en la marca ni en los anuncios de la misma; solo le interesa que cumpla la función que necesita y, generalmente, que esté a su alcance económico. Un ejemplo claro de este tipo de consumo es la compra de detergentes y la tan variadas ofertas de productos y variadas.

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