Análisis y evolución de los indices de desarrollo: IDH, ICM y IGF

Índice

Introducción        3

Crecimiento        3

Desarrollo Económico        4

Evolución de los índices de desarrollo        5

IDH en Argentina        6

Metodología del Índice de Felicidad Mundial (IFM)        7

Índice de Competitividad Global (ICG)        11

Comparación de Índices        13

Conclusiones        15

Anexos        16

Anexo 1        16

Anexo 2        16

Anexo 3        17

Bibliografía        18

Introducción

El propósito de este trabajo es partir desde los conceptos vistos en la asignatura de macroeconomía de crecimiento, comparar el mismo con el concepto de desarrollo, identificar su origen y los indicadores más conocidos. Nuestra curiosidad nace de tener un leve conocimiento sobre indicadores de desarrollo, los cuales se han formado para tener una noción completa del estado de desarrollo de un país, a la hora de poder plantear políticas públicas orientadas a las múltiples problemáticas, que toma en cuenta el PBI per cápita indispensable para que un país crezca, pero que además considere otras variables, referentes a salud, educación, entre otras.

Crecimiento

Tal como expresa Mochón y Becker, el crecimiento económico es un aspecto de otro proceso más general: el desarrollo de una sociedad.

Crecimiento significa el aumento de la producción que registra un país a través del tiempo. En términos de fronteras de posibilidades de producción, esto equivale a un desplazamiento hacia afuera en la curva, lo cual se muestra en el siguiente gráfico. Tal crecimiento de la producción se puede deber a las distintas fuentes de crecimiento las cuales son: el aumento de la disponibilidad y la calidad del trabajo; el aumento de la dotación de capital físico o la mejora tecnológica.

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Cuando el ingreso per cápita de los países aumenta se beneficia su población al adquirir los medios para establecer necesidades básicas como educación, salud, transporte y vivienda de calidad, mejorando así la calidad de vida. Queda demostrado que sin crecimiento económico no existirá desarrollo económico.

Desarrollo Económico

El desarrollo económico estudia el crecimiento de un sistema económico en un periodo largo del tiempo, incorporando las transformaciones que en ese horizonte ocurren: se transforma la estructura productiva, la tecnología, las instituciones, las relaciones sociales y políticas que inciden en la economía, las pautas de distribución del producto. Por tanto, a largo plazo, el crecimiento implica al desarrollo, ya que ocurren transformaciones en el sistema. En un periodo largo de tiempo no hay crecimiento sin desarrollo. Con esto nos referimos a que los recursos que se utilizan para el crecimiento económico son limitados, por lo tanto, si no llevamos a cabo políticas de sustentabilidad los mismo dejarán de existir con el pasar del tiempo y provocara una disminución en el PBI per cápita.

El desarrollo se aplica también como un concepto de política económica cargado de contenido social y moral, con una perspectiva más amplia que el uso del indicador del PBI real.  Así, el crecimiento económico sólo es desarrollo en función de un mayor bienestar, si es equitativo, si es modernizador y al mismo tiempo impulsor del progreso social, si es sustentable, si finalmente significa desarrollo humano, entendido como un avance hacia la plena realización de todas las personas.

Distinguimos entonces el crecimiento como un proceso real de cambio de un sistema económico  que no necesariamente conduce a una mayor equidad o bienestar social, y el desarrollo como un objetivo social y político.

El desarrollo, siendo crecimiento sostenido, precisa también la estabilidad macroeconómica, es decir, la no existencia de graves y persistentes desequilibrios macroeconómicos, que se reflejan en alta inflación, déficit público excesivo, alto déficit exterior. Ello exige que no haya diferencias excesivas entre gasto y producto (excesos de gasto), entre ahorro e inversión (insuficiencias de ahorro) y entre exportaciones e importaciones (déficit exterior corriente). Importantes desequilibrios macroeconómicos generan comportamientos en variables como los precios, los salarios, los tipos de interés y los tipos de cambio que frenan o impiden la continuidad del crecimiento económico.

Finalmente, el desarrollo es crecimiento sostenible desde el punto de vista de los recursos naturales y del medio ambiente, acorde con la disponibilidad presente y futura de los mismos. Por tanto, se trata de un crecimiento que no deteriora gravemente el entorno natural, que tiene en cuenta que los recursos naturales son escasos, y que su mal uso no tiene costo nulo. Por ello, el desarrollo demanda la actuación de instituciones públicas que incorporen a los costos su responsabilidad por el deterioro o impacto ambiental, y exigiendo el principio de que “quien contamine, pague”, evitando perjudicar al medio ambiente que espontáneamente genera el funcionamiento de los mercados y las propias políticas sectoriales (agricultura, pesca, energía, industria, transporte, ciudades, etc.).

A pesar que son muchos los indicadores de desarrollo que se han ido creando y mejorando año tras años, todos reúnen denominadores comunes que se tienen en cuenta a la hora de medir el nivel de desarrollo social y económico de un país, entre los que cabe destacar los siguientes:

• Ingreso por habitante (PIB per cápita).
• Índices de analfabetismo.
• Estructura sanitaria.
• Tasa de ahorro por habitante.
• Estructura productiva.
• Desarrollo tecnológico.
• Exclusión social (pobreza, marginación).
• Tasa de desempleo (estructural).
• Distribución interna del ingreso.
• Tasa de crecimiento de la población.
• Huella de carbón.
• Grado de igualdad de oportunidades (educación, cultura).
• Nivel de discriminaciones sociales (sexo, raza, ideas).
• La menor desigualdad económica (empleo, renta, riqueza).

Evolución de los índices de desarrollo

En esta parte trataremos de dar una visión simplificada, pero a su vez detallada para demostrar cómo llegamos desde el primer índice, el índice de desarrollo humano hasta el índice de felicidad mundial, el más popular y difundido hoy en día.

Para empezar comenzaremos hablando del Índice de Desarrollo Humano (IDH), el cual tiene en cuenta los siguientes indicadores: esperanza de vida, educación e ingreso per cápita, los mismos se utilizan para clasificar a los países en cuatro niveles de desarrollo. Un país obtiene un IDH más alto cuando la longitud de vida, el nivel de educación y el Ingreso Nacional Bruto (INB) per cápita arrojan mejores valores estadísticos.

Durante mucho tiempo se utilizó el IDH, a pesar de las críticas que recibió seguía estando más acorde que el solo uso del PBI per cápita.

Como respuesta a querer mejorar las evaluaciones de los países en el año 2006, surgió el Índice de Planeta Feliz (HPI) como un índice de bienestar humano e impacto ambiental. Su premisa era desafiar los índices ya establecidos de desarrollo de los países, como el producto interno bruto (PIB) per cápita y el Índice de Desarrollo Humano (IDH), que se considera que no tienen en cuenta la sostenibilidad. En particular, el PIB per cápita se considera inadecuado, ya que el objetivo final habitual de la mayoría de las personas no es ser rico, sino ser feliz y saludable. Este índice tuvo muchas críticas ya que se entendió incorrectamente como una medida de felicidad personal, cuando en realidad es una medida de la “felicidad” del planeta.

En base a esto, en el año 2008, el gobierno de Bután^[1] incluyó un índice que se utiliza para medir la felicidad colectiva y el bienestar de una población llamado Felicidad Nacional Bruta (GNH).

En el año 2011, la Asamblea General de la ONU aprobó la Resolución "Felicidad: hacia un enfoque holístico del desarrollo", instando a las naciones miembros a seguir el ejemplo de Bután y medir la felicidad y el bienestar, y llamar a la felicidad un "objetivo humano fundamental".

Esto generó un gran impacto ya que, en el año 2012, el Primer Ministro de Bután y el Secretario General de las Naciones Unidas convocaron la Reunión de Alto Nivel: Bienestar y Felicidad: Definiendo un Nuevo Paradigma Económico para alentar la difusión de la filosofía de GNH de Bután. Allí, se emitió el primer Informe sobre la felicidad mundial. Y, el 20 de marzo fue declarado Día Internacional de la Felicidad por la ONU en 2012 con la resolución 66/28.

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