COMPENSAR LOS RETOS CON LAS HABILIDADES

COMPENSAR LOS RETOS CON LAS HABILIDADES:

El entorno laboral determina cuanto puede crecer un empleado. Algunas personas pueden superarse en cualquier puesto, pero dependerá del jefe ofrecer las oportunidades necesarias para que el trabajador use sus habilidades al máximo

En este sentido se denominan habilidades a toda la gama de facultades humanas que se pueden expresar en el trabajo, incluidos los valores, las emociones, el humor y la compasión.

La primera decisión que puede tomar un directivo al contratar a alguien es preguntarse ¿Encaja el candidato con las metas y valores de nuestra organización?

No se puede construir una organización coherente si las personas que la forman tienen valores diferentes, esto no significa que toda la compañía haya de tener el mismo perfil, pero a menos que se compartan las prioridades básicas sobre qué temas son importantes y como se han de hacer las operaciones. No existe un método para cerciorarnos que alguien en caja en la organización por lo que gran parte de la decisión dependerá de la intuición del director.

Cuando se contrata a una persona parece razonable que empiece a trabajar en un puesto de responsabilidad mínima, donde los retos son más bajos, esto le permite cometer errores que no tendrán grandes consecuencias, sin embargo existen organizaciones que lanzan a sus recién contratados a la piscina más honda, por así decirlo, para ver si estos pueden sobrevivir, en la mayoría de los casos esto produce una gran rotación.

Se puede comprobar como es una persona al asignarle tareas sencillas. Napoleón decía “no se puede ser un buen general si no se ha aprendido a recibir órdenes de un sargento”. Los puntos débiles de un empleado se ven en la forma en la que este descuida los detalles. Esto ofrece al directivo la oportunidad para dar el feedback apropiado y que el empleado empiece con buen pie.

Para evaluar el nivel de reto adecuado para los empleados es bueno conocer sus habilidades personales, se debe determinar cuáles son sus puntos fuertes y edificar sobre ellos, es más agradable y productivo trabajar desde las habilidades, que luchar para vencer las debilidades.

El equilibrio ideal entre los retos y las habilidades nunca permanece estable mucho tiempo. Uno u otro acaba predominando.

Por ejemplo un empleado que se va casar, o que va tener un bebé trabajara solo con una parte de su energía psíquica, de modo que en ese momento puede sentir estrés por retos laborales, un buen gerente aliviará su carga laboral hasta que su situación se normalice.

Deborah Besemer describe una forma de hacer frente a tales situaciones:

Averiguar mediante conversaciones que mantienen con el empleado si esa situación es temporal o de carácter permanente.

Si la situación va durar mucho tiempo y resulta que no hay forma de compatibilizar lo que le va a hacer feliz en el trabajo con lo que la compañía necesita, sería una causa de disolución de contrato

Si es una situación temporal entonces se plantea la forma de mejorarla.

Puede llegar un momento en que la actuación de un trabajador sea tan insatisfactoria que la única solución sea dejarle marchar.

Mike Markkula ha desarrollado un método para mejorar las habilidades y los retos como alternativa al despido, lo llamo el “principio de Peter reciclado”

Dirigirse a la persona y decirle: “no estas despedido, pero creo que tus habilidades se adaptan mejor a este otro tipo de trabajo en otra sección. No está bien pagado pero si puedes ponerte al día y lo haces bien, entonces quizá puedas volver a ascender, pero no podemos seguir haciendo lo que estamos haciendo”. Ante esta situación algunas personas se marchaban pero otras aceptaban e incluso llegaron a destacar.

El factor importante a tener en cuenta es que el crecimiento personal está sujeto al equilibrio

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