Caso Miguel Torres

MIGUEL TORRES – CHILE

Como parte de la estrategia de expansión internacional de Bodegas Miguel Torres, uno de los productores de vinos y brandys más antiguos y famosos de España, se contempló la posibilidad de producir vinos en Latinoamérica.

Miguel Torres Carbó, propietario y presidente de la empresa en aquel entonces comentó: “Cuando los productores de vinos en América produzcan suficiente cantidad, cerrarán sus puertas al vino europeo con barreras proteccionistas y altos impuestos, para ese entonces, tener una buena presencia en Latinoamérica hará más fácil nuestra tarea que exportando desde España”. Argentina y Chile fueron los países visitados con miras al establecimiento de una subsidiaria de producción de vinos.

Finalmente la empresa decidió invertir en Chile en la región de Curicó, a unos 200 kilómetros de la ciudad de Santiago y a los píes de la cordillera de los Andes. Miguel Torres adquirió un viñedo local por la suma de US $ 200.000.

Varias razones fueron decisivas a la hora de la elección: Chile era un país con inmensa tradición vinícola desde la llegada de los conquistadores en el siglo XVI. Más tarde en el siglo XIX viticultores chilenos habían traído de Francia sarmientos de las más selectivas variedades de la época: Cabernet franc, Cabernet Sauvignon, Pinor Noir, Cor Meriot, Sauvignon Blanc, Semillon, etc. Que encontraron excelentes condiciones climáticas y geográficas en los valles chilenos y se propagaron rápidamente.

El clima del valle central de Chile, presentaba una condiciones ideales para el cultivo de la vid, debido a la diferencia térmica de más de 20 grados que se producía entre el día y la noche durante el verano, lo que permitía a las vides atesorar sus mejores características varietales. Así el clima, el suelo y la calidad de los viñedos chilenos hacía posible la elaboración de excelentes vinos. También la ausencia de enfermedades de la vid, debidas a hongos, bacterias o virus y especialmente el insecto llamado philocero que azotó todos los viñedos del mundo en la segunda mitad del siglo XIX y que en Chile allí una barrera infranqueable en la cordillera de los andes, fue otra de las razones importantes para establecerse en ese país.

Otros factores que contribuyeron a la decisión fueron la buena situación económica por la que atravesaba Chile en esos años, su estabilidad política y el hecho que el país fuera miembro de la ALADI y MERCOSUR. Los directivos de Bodegas Torres pensaban que la ALADI era similar a la unión Europea.

Finalmente y según Miguel Torres Rivero, hijo del presidente de la empresa, quien desde el principio se responsabilizó de la dirección estratégica de la subsidiaria chilena, el tener un buen amigo enólogo en Chile, fue una razón de pesos para seleccionar ese país.

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