ENSAYO DE LAS EMPRESAS Y LA SOCIEDAD

ASIGNACIÓN #3

ENSAYO DE LAS EMPRESAS Y LA SOCIEDAD

Michael Porter precisa que la riqueza se genera de mejor manera y con un notable potencial sostenible cuando existe un estrecho compromiso con el desarrollo social. Para tal fin, establece un concepto dentro de las prácticas económicas de las empresas denominado valor compartido, el cual se define como la filosofía  y el ejercicio empresarial que aumentan la competitividad del negocio a través de la implementación de estrategias innovadoras, las cuales, de forma paralela, mejoran  las condiciones sociales, económicas y ambientales en las comunidades en que operan. Este concepto tiene un impacto directo en la misión, visión y objetivos específicos y estratégicos de las empresas, haciendo que estas pasen de ser simples generadores de utilidades, con métodos clásicos y tradicionales, a ser agentes de cambios sustanciales en el desarrollo social y en la percepción de cómo hacer negocios, instituyendo a las innovaciones de productos y servicios como la piedra angular en el impulso de los mercados locales e internacionales.  

Si bien, la práctica tradicional enmarca el compromiso por excelencia de las organizaciones generadoras de riqueza en ayudar a mejorar ciertos aspectos sensibles de la sociedad como una acción de responsabilidad social empresarial, existe en los nichos comunitarios un desgaste de la percepción de valor que esta acción aporta al crecimiento integral de las personas de forma directa, produciendo un efecto de contraposición empresa-comunidad. Las operaciones que la responsabilidad social empresarial acarrea consigo con el tiempo se vuelven insostenibles, en la mayoría de ocasiones, por la tendencia a crear una moda superficial en beneficio de la imagen y posición de las empresas, dejando de lado el respaldo que la sociedad requiere para subsanar las problemáticas.

A consecuencia de esto, la sociedad a través de su agrupación más representativa, el poder político, ha tratado de inclinar la balanza del beneficio a su favor por medio de la implementación de marcos legales que no siempre resultan beneficiosos para las partes. Las empresas son estructuras, de canalización y conversión del valor generado por las capacidades de las personas para resolver problemas, que transforman ideas en beneficios y riqueza y por tanto no es viable  para el desarrollo de una nación  que las relaciones sociedad – empresa se transformen en un campo de ejercicios bélicos.

Las empresas no son más que una extensión natural de la sociedad y surgen desde el interior de las comunidades como una consecuencia directa del deseo de asociación que ha predominado en la humanidad desde el inicio de los tiempos para lograr un fin específico: la generación de riquezas y bienestar. El deseo de prosperidad es una propiedad casi congénita en los seres humanos. Aristóteles, el pensador antiguo más influyente en la sociedad occidental,  menciona en su tratado de política que existen 3 tipos de bienestar que el hombre persigue con ahínco y que son los responsables de la satisfacción y desarrollo  pleno en materia física y espiritual de cada ser: los bienes del alma, los bienes del cuerpo y los bienes del exterior. Existe un deseo de asociación de las personas para buscar el bien común y la empresa es el vivo reflejo de ello. Por tanto,  las empresas y la sociedad están conectadas en una relación directamente proporcional y de dependencia directa.

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