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ESENCIAS DE COLORES, LA CURACION DEL ARCO IRIS


Enviado por   •  9 de Noviembre de 2014  •  Tesis  •  6.491 Palabras (26 Páginas)  •  234 Visitas

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"ESENCIAS DE COLORES, LA CURACION DEL ARCO IRIS"

INFLUENCIA DEL COLOR EN NUESTRA VIDA EMOCIONAL

Lic. Raúl E. Pérez

INTRODUCCION

La incidencia que el color produce en nuestros estados de ánimo, salud y hasta en los pensamientos ha sido objeto de estudio durante largos años por distintos científicos.

Se cree que la preferencia de un color sobre otro puede relacionarse con el efecto sutil que ese color le hace sentir al individuo. Esto podría explicar la tendencia de algunas personas a utilizar, -por ejemplo en su vestimenta- determinado tipo de colores y a rechazar otros.

El color es energía de luz visible, de cierta longitud de onda. Esta energía estimula todo nuestro cuerpo y no solo el sentido de la vista como algunas personas creen. Además, la energía del color estimula las glándulas pineal y pituitaria lo cual incide en la producción de ciertas hormonas las que a su vez tienen efecto sobre determinados procesos fisiológicos. Esta es una de las razones por las que el color tiene una influencia tan directa sobre pensamientos, estados anímicos y pautas de comportamiento. Asimismo, las investigaciones demostraron que ciertos colores estimulan la producción de hormonas y que otros la inhiben.

También se ha descubierto que el dolor y la depresión mejoran cuando se aplica luz intermitente de colores brillantes. Se cree además, que el cerebro tiene respuestas específicas a diferentes frecuencias de luz intermitentes y de distintos colores. La experimentación señala que los trastornos del sueño pueden ser curados en poco tiempo con el sistema de la luz intermitente, mientras que la alteración de los estados de ánimo lleva alrededor de una a dos semanas.

La cromoterapia es la utilización terapéutica de varias formas de color y luz para obtener el beneficio físico, emocional y espiritual del ser humano. Incluye la aplicación del color en diversas formas como el uso de luz colorida sobre determinadas zonas corporales, gemas y cristales de colores que son emisores naturales de rayos de luz, sistemas donde se combina la aplicación en puntos de acupuntura de rayos luminosos emitidos por aparatos especiales (cromoestimulador) y, modernamente, la utilización de elixires de luz, que contienen agua energizada por una fuente de color pura, de manera similar a otros remedios vibracionales que almacenan la información vibratoria de distintas energías.

Sin embargo, puede extenderse el uso de la cromoterapia fuera del ámbito terapéutico, aprendiendo a utilizar la combinación de colores adecuados en la vestimenta, la iluminación del hogar o ámbito de trabajo, la decoración y pintura de los lugares que habitamos, e incluso combinar los colores de los alimentos que ingerimos.

Ya se han mencionado distintas investigaciones sobre el color, y posteriormente seguiremos dando ejemplos y datos sobre las mismas. Sin embargo los orígenes de la curación por el color se los puede rastrear en el antigüo Egipto y otras sociedades como la Hindú y la China. Todas ellas tenían conocimiento del color y esto incluía su utilización en la curación. Había santuarios pintados de distintos colores que se usaban para realizar tratamientos.

Esos templos de color estaban divididos en siete compartimientos y cada uno de ellos estaba pintado con uno de los siete colores del arco iris. Se colocaba a los pacientes en cada compartimiento de acuerdo a sus necesidades para la curación física o espiritual.

El interés por la curación a través del color también se desarrolló en la Antigüa Grecia. Pitágoras, utilizaba y recomendaba el color para la curación.

Todo este conocimiento y su desarrollo permaneció en estas culturas hasta la Edad Media, en la que, con el advenimiento del Cristianismo, estas prácticas fueron erradicadas y todos aquellos que utilizaban métodos de curación tradicionales fueron perseguidos. Estas artes se preservaron por medio de la tradición oral y secreta y pasaron así, solo de maestro a discípulo.

Dos grandes médicos de la antigüedad utilizaban en su terapéutica el color. Uno de ellos fue Avicenna (discípulo de Aristóteles). Escribió un Tratado de Medicina donde estableció la importancia del color tanto en el diagnóstico como en el tratamiento. Utilizaba pociones de flores de distintos colores para el tratamiento. Por ejemplo: flores rojas para curar desórdenes en la sangre y flores amarillas o luz matinal para trastornos de la vesícula biliar.

También advirtió los posibles peligros del color en el tratamiento, si se hace un uso inapropiado, de acuerdo a la dolencia.Por ejemplo una persona a la que le sangrara la nariz no debía exponerse a la luz roja u observar cosas de color rojo brillante porque esto podía estimular el flujo de sangre, mientras que el color azul podía suavizar y reducir el flujo.

Más adelante, y ya en la Edad Media, Paracelso, utilizaba la luz y el color como elementos esenciales para recuperar la buena salud, junto a otros elixires, minerales y hierbas. Fue un respetado médico, astrólogo y alquimista.

Después de la Edad Media, los conocimientos de Paracelso y otros alquimistas perdieron parte de su prestigio al surgir el racionalismo y la ciencia. Los racionalistas consideraban que todos los conocimientos debían seguros, evidentes y libres de dudas. Por ello todo lo que se relacionaba con lo sutil e intangible fue desechado del mundo científico.

A finales del siglo XIX resurge el interés por la utilización curativa del color en Estados Unidos de América. En 1876 A. Pleasanton publica un trabajo donde informa sus descubrimientos sobre los efectos del color en animales, plantas y personas. Afirmaba que podía incrementarse el tamaño y calidad de las uvas si se las cultivaba en invernaderos con paneles azules y transparentes de vidrio.

Tambien decía que la luz azul era adecuada para el tratamiento del dolor y la enfermedad en humanos. Su trabajo fue desestimado por los médicos de la época.

Sin embargo otros médicos no solo investigaban sino que seguían publicando sus resultados. En 1877 Seth Pancoast publicó “Luces azules y rojas” y en 1878 E. Babbit publicó: “Principios de Luz y Color”. En 1896 realizó una segunda edición y atrajo la atención del mundo. Presentó una teoría de curación por el color y explicó el uso de colores como el rojo (estimulante de la sangre), amarillo y anaranjado (estimulantes nerviosos), azul y violeta (sedantes de todos los sistemas y antiinflamatorios).

Desarrolló además artefactos, cabinas

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