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El Criterio De Krutilla (Economía Ecológica)


Enviado por   •  5 de Julio de 2014  •  1.361 Palabras (6 Páginas)  •  2.583 Visitas

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El criterio de Krutilla

La valoración de los bienes ambientales ha dado lugar a mayores discusiones en la medida que el medio ambiente no es visto como suministrador de recursos y servicios naturales insustituibles que son condición para la producción y para la vida misma, sino como fuente de valores recreativos.

Krutilla, Gray, Hotelling, tienen un abordaje interesante, y diferente en algunos sentidos, respecto del manejo de recursos y bienes ambientales, especialmente teniendo en cuenta que estos bienes pueden ser recursos agotables, o servicios ambientales pasibles de perderse para siempre.

John Krutilla en los años 1960 y 1970 hizo una contribución a la valoración de bellos paisajes amenazados por proyectos hidroeléctricos, modificando el análisis costo-beneficio para dar mayor peso al valor recreativo de la naturaleza.

Fue Krutilla quien dio un informe favorable a los conservacionistas en el caso Hells Canyon al oeste de Estados Unidos, argumentando que:

“…la producción de electricidad sería cada vez relativamente más barata, mientras que el valor recreativo de una belleza natural como Hells Canyon aumentaría con el tiempo.

Barnett y Morse habían mostrado en su estudio de 1963 (“Scarcity and growth”) que los precios de los recursos naturales extraídos no aumentaban en relación a los precios de los productos manufacturados industrialmente, más bien al contrario, y debíamos tener en cuenta que la electricidad de centrales térmicas era una industria basada en la extracción. Además, las posibilidades de sustituir fuentes de energía primaria para fabricar electricidad eran muy grandes, se presentaba [antes de Three Mile Island en 1979 y de Chernobyl en 1986] la nueva posibilidad de la energía nuclear, fuente barata de electricidad, además del petróleo, el gas, etc. A la gente le daba lo mismo [según Krutilla] que la electricidad viniera del carbón, o de las caídas de agua, o de los materiales radioactivos, le preocupaba únicamente disponer del producto final. Por tanto, cualquier mejora o sustitución técnica podía pasarse inmediatamente a los consumidores en la forma de un precio más bajo. En cambio, no había ningún cambio tecnológico posible respecto a la satisfacción recreativa directa que Hells Canyon proporcionaba a sus visitantes. Y, además, al aumentar los ingresos, la demanda de las bellezas de la naturaleza aumentaría en comparación con bienes más materiales.”

Krutilla fue así un temprano ideólogo del ambiente como bien de lujo escribió:

“...mientras podemos esperar que la producción de bienes y servicios aumente sin interrupción, el nivel de vida no por eso aumentará necesariamente.”

Más específicamente, Barnett y Morse concluyeron que la calidad del ambientefísico -el paisaje y la calidad del aire y del agua- se estaba deteriorando, conclusiones que indican que, por un lado, la preocupación tradicional de la economía de la conservación, esto es, la administración de los stocks de recursos naturales para el uso de las generaciones futuras, puede ahora haber pasado de moda por los avances en la tecnología. Por otro lado, la cuestión central parece ser ahora la de hacer disponibles los valores recreativos actuales y futuros que

nacen de los ambientes naturales aún no estropeados y que el mercado no proporciona.

El criterio de Krutilla toma relevancia con la modificación de las tasas de descuento a aplicar en

el cálculo costo-beneficio, a la corriente de beneficios (kwh) y a los costos de oportunidad (pérdida de valores recreativos), para obtener sus valores actualizados.

En la tradición de Barnett y Morse, que es también la de Krutilla y de la economía ambiental norteamericana dominante (hasta el reciente desafío por la escuela de economía ecológica), no hay problemas ambientales insuperables en la oferta creciente de energía y materiales, a causa de las posibilidades de sustitución y avances tecnológicos. Puede mostrarse que hay una tendencia secular al deterioro de la relación de intercambio de los bienes primarios extraídos (cosa comprobada en las economías latinoamericanas).

Si se considera que los precios son un buen indicador de la escasez, entonces habrá que concluir que no hay una creciente escasez de los recursos naturales de los que sacamos materiales y energía.

En cuanto a algunos de los servicios ambientales proporcionados por la naturaleza, una economía que crece

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