Inteligencia Financiera
Enviado por angelikuin1993 • 11 de Noviembre de 2012 • 5.996 Palabras (24 Páginas) • 843 Visitas
¿Qué es la inteligencia
financiera?
Recuerdo que cuando tenía cinco años me llevaron al hospital
para realizarme una cirugía de emergencia. Según entiendo,
debido a una complicación de la varicela tuve una grave in-
fección en los oídos. Aunque fue una experiencia aterradora,
en mi mente permanece el recuerdo de mi padre, mi hermano
menor y mis dos hermanas en el jardín, afuera del hospital,
saludando a través de la ventana mientras yacía en una cama
recuperándome. Mi madre no estaba allí, se había quedado en
casa postrada en su cama; sufría del corazón.
En menos de un año, mi hermano menor también fue
hospitalizado, cuando cayó desde un alféizar y aterrizó en la
cochera sobre su cabeza. La siguiente fue mi hermana, quien
necesitaba ser operada de la rodilla. Y finalmente Beth, la más
pequeña, quien era apenas una recién nacida, presentó una gra-
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ve enfermedad de la piel que los doctores nunca pudieron ex-
plicar satisfactoriamente.
Mi padre fue el único de los seis integrantes de la fa-
milia que no sufrió algún problema médico, sin embargo, fue
un año difícil para él. A pesar de que todos nos recuperamos
y tuvimos salud tras los incidentes, las cuentas médicas conti-
nuaban llegando. Mi padre no se enfermó en esa época, pero
contrajo una enfermedad que podría dejar inválido a cualquie-
ra: deuda médica abrumadora.
En aquel entonces mi padre era estudiante de licencia-
tura en la Universidad de Hawai; era sobresaliente en la es-
cuela, recibió su título de licenciado en tan sólo dos años y
tenía el sueño de convertirse en académico. Con una familia
de seis miembros, una hipoteca y altas cuentas médicas por
pagar, tuvo que abandonar su sueño y aceptar un empleo como
asistente de director escolar en un pequeño pueblo de Hilo,
en la Gran Isla de Hawai. Tan sólo para mudar a su familia de
una isla a otra, se vio forzado a pedir un préstamo a su padre.
Fueron tiempos difíciles para él y para todos nosotros.
A pesar de que logró el éxito profesional y finalmente
obtuvo su título de doctorado, sospecho que el hecho de no ha-
ber realizado el sueño de convertirse en académico lo persiguió
hasta el final de sus días. Frecuentemente nos decía: “Cuando
ustedes se hayan ido de esta casa, regresaré a la escuela para
hacer lo que amo: enseñar.”
Sin embargo, en vez de enseñar, obtuvo un puesto admi-
nistrativo: director de educación del estado de Hawai; después
contendió para la vicegubernatura de Hawai y perdió. A los 50
años se encontraba desempleado. Poco después de la elección, mi
madre murió repentinamente a la edad de 48 debido a su proble-
ma del corazón. Él nunca pudo reponerse de la pérdida.
Las dificultades de dinero se acumularon nuevamente.
Sin haber podido conseguir un empleo, mi padre decidió sacar
¿QUÉ ES LA INTELIGENCIA FINANCIERA?
sus ahorros para la vejez e invertir en una franquicia nacional
de heladerías. Lo perdió todo.
Conforme se hacía más viejo, mi padre sentía que los
otros lo dejaban atrás; su carrera en la vida se había terminado.
Su identidad desapareció cuando perdió su trabajo como direc-
tor de educación. Algunos de sus antiguos compañeros de cla-
se eran adinerados y él resentía que en lugar de dedicarse a la
educación, como él, se hubieran enfocado a los negocios. Con
frecuencia, enojado, decía: “Dediqué mi vida a la educación de
los niños de Hawai, ¿y qué obtuve a cambio? Nada. Mis com-
pañeros colegas se enriquecen y, ¿qué tengo yo? Nada.”
Nunca sabré por qué no regresó a enseñar a la Universi-
dad; creo que fue porque trataba de enriquecerse rápidamente
y recuperar el tiempo perdido. Mi padre lesionó su economía
afanándose en cerrar tratos inciertos y en relacionarse con ven-
dedores parlanchines, sin obtener éxito en ninguno de sus in-
tentos por volverse rico de la noche a la mañana.
De no ser por empleos temporales y la Seguridad So-
cial, habría tenido que ir a vivir con alguno de sus hijos. Pocos
meses antes de morir de cáncer a los 72 años, mi padre se dis-
culpó por no tener mucho para heredarnos. Tomé su mano, me
incliné hacia él y lloramos juntos.
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