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LA ENERGÍA, FACTOR DETERMINANTE DE LA VIDA EN LA CIUDAD.


Enviado por   •  2 de Mayo de 2017  •  Documentos de Investigación  •  2.011 Palabras (9 Páginas)  •  204 Visitas

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Laura Alejandra Arosa Escobar
Diseño Industrial
Movilidad, sostenibilidad, medioambiente y territorio: nuevos conceptos para obtener calidad de vida
2016-I

LA ENERGÍA, FACTOR DETERMINANTE DE LA VIDA EN LA CIUDAD.

“La energía no puede ser creada ni destruida, sino solamente puede ser transformada de una forma a otra” Primera Ley de Termodinámica

El concepto de energía se refiere a la capacidad que tiene la materia de producir trabajo en forma de movimiento, luz o calor(Oxford, 2011).  ¿Cómo este manejo de materia y su transformación influyen al desarrollo, crecimiento y principalmente bienestar de calidad de vida de las personas dentro del contexto de la ciudad?

Para empezar, debemos responder cuáles son los factores que caracterizan a una ciudad, las ciudades, en su origen, desempeñan tres funciones fundamentales: crean un espacio sagrado, proporcionan una seguridad básica a sus pobladores y albergan un mercado comercial en dónde comercializar los excedentes producidos y adquirir las provisiones que necesita el asentamiento humano(Arcila N; Oscar H., 2011)

Siendo así, es innegable el protagonismo de la energía sobre el desarrollo de éstas, puesto que  lo urbano no puede desligarse de lo energético dado que la energía tiene una influencia definitiva en el desempeño de los sistemas urbanos vitales como el transporte y la movilidad, los sistemas productivos, el medio ambiente, la calidad de vida y confort de los ciudadanos,(Diego & Richard, 2015) el hecho de imaginar una ciudad sin energía remite a un cambio drástico del estilo de vida actual, en el que todos hemos estado inmersos desde el inicio de la civilización y aún más fuertemente después de hechos históricos como la revolución industrial, el descubrimiento de la electricidad, y demás elementos con los que operamos cotidianamente, y hacen parte fundamental de nuestro desenvolvimiento como sociedad.

Para contextualizar, la población colombiana actual cuenta con un número de 48.624.291 de  personas (DANE, 2016), las cuales hacen uso y transformación de esa energía. En un contexto de ciudad el número de habitantes de Bogotá para el 2014 fue de 7.794.463 (SDP, 2015) ciudad que cuenta con  un total de 1.587 km² de superficie.

Para el caso, la energía se divide principalmente en energía primaria y energía secundaria, la primaria hace referencia a energía que no ha surgido de alguna transformación para su uso energético y se encuentra disponible en la naturaleza; la energía segundaria consiste en los productos resultantes de las transformaciones de los recursos naturales, y cuyo fin último es su consumo. Con esto en mente, las tres principales formas de energía que se consumen en Bogotá  pero no son producidas exactamente en la ciudad son: la alimenticia, la hidroeléctrica y la proveniente de hidrocarburos.

Partiendo que, la energía alimentaria conlleva dos aspectos fundamentales los cuales son el consumo de alimentos y la producción de residuos sólidos orgánicos (ambos correlativos). El primero corresponde al ingreso de materia orgánica en forma de alimentos frescos y el segundo corresponde a la salida de esta materia en forma de residuos en descomposición(Secretaría Distrital de Planeación, 2012),  la ingesta permite una transformación de los gramos y nutrientes provenientes de los alimentos en calorías para la generación de energía, como consecuencia se presenta en las personas un desarrollo físico y cognitivo, la calidad de la materia de ingesta la cual puede ser de origen, animal, vegetal o mineral, proporcionará la capacidad para éste desarrollo; tener conocimiento de esto nos lleva a la observación de alarmantes cifras presentes en nuestro país, por ejemplo,  la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en el periodo entre 2011 y 2013, presentó que en Colombia la suma de personas en estado de desnutrición fue de  5,1 millones; por otro lado, el Instituto Nacional de Salud estudió  la muerte de cerca de 174 menores con signos de desnutrición y otras patologías en el 2015, referentes a la mala alimentación (Publímetro, 2015)y el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) detectó en 2015 a 898 niños desnutridos en La Guajira (CM&, 2016)

Continuando con las siguiente forma de energía, la hidroeléctrica y de hidrocarburos, viene al tema un aspecto fundamental en la vida cotidiana citadina, y es el uso de los servicios públicos y por tanto su prestación regida por la Ley 142 que señala que el Estado intervendrá en los servicios públicos, conforme a las reglas de competencia de que trata esa misma disposición, en el marco de lo dispuesto en los artículos 334, 336, y 365 a 370 de la Constitución Política, los cuales implican garantizar la calidad del servicio,  la ampliación permanente de la cobertura,(Afanador, Zapata, Yepes, Cajiao, & Castillo, 2013)  y entre otros aspectos fundamentales, para el aseguramiento del bienestar de la población; por otro lado, respecto a lo que compete a la prestación del servicio de gas se presentan otras normas como la Ley 401 de 1997.

Los servicios públicos permiten la ejecución de las actividades domésticas, que determinan nuestras capacidades como individuos de la sociedad, todo tipo de tareas que realizamos requieren de alguna fuente de energía, y la demanda de ésta es en pro de una respuesta que como acciones tenemos los seres humanos, la eficiencia de nuestra permanencia como actores familiares y sociales. La evolución de los métodos tanto de extracción, transformación y uso de la energía se catalogan como un aspecto fundamental para nuestra sobrevivencia, las telecomunicaciones imparten como medio fundamental para compartir información y generar conocimiento, la vida como la conocemos permitió adaptar las formas de energía para el bienestar, y la satisfacción de necesidades y expectativas de las personas.

La cantidad de producción de energía depende de su demanda la cual se encuentra en función del precio, el ingreso real, el precio de los bienes sustitutos y complementarios, las expectativas de los precios futuros y el crecimiento de la población, principalmente,(Afanador et al., 2013) según el análisis de la situación energética de Bogotá y Cundinamarca, realizada por FEDESARROLLO en el 2013, el sector que más consume energía eléctrica es el residencial, y los estratos más altos son los más responsables de los porcentajes elevados de éste consumo, una conclusión interesante del estudio fue que el consumo residencial no tiene una relación directa con el crecimiento de la población, sin embargo, el consumo residencial de energía puede depender en mayor medida de la capacidad que tengan las personas de consumir más: si hay mayores ingresos, las personas podrían adquirir un mayor número de electrodomésticos y por ende consumir más energía. La variable qué más relación tiene con el aumento de la demanda de energía no es por tanto el  crecimiento demográfico, sino el crecimiento del PIB el cual asienta parte de su crecimiento en el consumo de recursos y es un indicador que señala el camino del crecimiento económico que actualmente se confunde con el de desarrollo; el consumo de recursos que serían transformados y presentes en todos los sectores de la economía (primario, secundario y terciario).

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