La crisis económica

Ensayo sobre como la crisis económica descompone un estado:

La crisis económicas pueden descomponer a un estado por que sus subsistencias se manejan a un precio superior de su valor intrínseco esto creo una necesidad de que dejen de ser compradas y x eso es lo q caen abruptamente la crisis económica tiene un momento de descenso se puede tratar de una crisis generalizada o puede ser que solo afectan a ciertos sectores como los bienes y servicios del estado es por eso que el estado cae en una crisis que es muy difícil volver a estar en pie según esto la crisis afecta tanto al estado como a la sociedad en donde se influya por alzar los precios excesivamente esto permite que el estado difiera en su estado de cuentas generalizadas en un ámbito socio-económico ya es el estado quien tiene la obligación de subsistir a un país para que no quede en la agonía de que la sociedad tenga que quedarse con menos procesos económicos y muchos mas impuestos es por eso que el estado tiene una contransigensia de no quedarse con una crisis es se da por influencias de otros estado ya que no tienen ni una eficacia en el manejo de sus propios bienes y servicios ya que su economía es deficiente en el ámbito político una de las cosas por las cuales se destruye un estado son las malas economías que se representa a un estado efímero poderoso que no tiene lugar para el descenso económico ya no se puede solventar o levantar ya no hay como resolverlo es algo deplorable ya que es le mismo pueblo quien elige con cautelo a sus representantes económicos legales. La naturaleza intrínsecamente corruptora del sistema económico capitalista, unida a un proceso de venta a saldo del Estado social han degenerado y deformado hasta lo irreconocible los aparatos institucionales de la democracia burguesa y a los partidos mayoritarios en los que ésta se sustenta, de un modo especial al tardofranquismo (PP), que siempre entendió como cortijo privado lo que debieran ser bienes públicos.

Lo primero, el carácter corruptor del capitalismo, no es nuevo por cuanto que siempre ha sido el decisor último de cuáles han de ser las opciones políticas de gobierno (nótese que digo gobierno y no poder), incluso cuando son elegidas aquellas que parecen no ser directamente su primera opción. El capital halla siempre el modo de pactar con estas organizaciones políticas y, si se muestran renuentes o ariscas hacia su poder, de hacerles “entrar en razón” o directamente de neutralizarlas o derribarlas del gobierno. Obviamente, no es éste el caso del PP, partido natural del capital, pero sí lo es de las opciones reformistas o de “capitalismo de rostro humano”. Éste caso hubiera podido ser el de la antigua socialdemocracia si no hubiera “evolucionado” hacia el social-liberalismo, un modelo muerto a manos de la reestructuración del Estado capitalista hacia el liberalismo puro. Los social-liberales ya no tienen

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