Las Organizaciones Características
pablo82234 de Julio de 2014
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TEMA: Caracteristicas de la organizacion
La composición de las organizaciones: individuos y grupos
La unidad más elemental de la organización es el individuo. Según la opinión de algunos
autores son necesarias al menos dos personas para que se pueda reconocer la existencia de una
organización. Ahora bien, es posible diferenciar las organizaciones de los grupos pequeños
porque estos últimos apenas presentan una diferencia de tareas y una concreción racional de
sus fines.
Un problema vinculado al número de miembros de una organización es el problema de las
fronteras o la delimitación de la pertenencia de individuos a la misma. Las organizaciones
procuran dejar bien claro los miembros que pertenecen a ella a través de signos como
uniformes, símbolos de identificación, carnes, etc., o bien mediante el desarrollo de una “mente
de grupo”. Sin embargo, no siempre resulta fácil la determinación exacta de los miembros. Así,
no resulta fácil señalar si los clientes de una determinada firma son miembros de una
organización o los padres de los alumnos de una escuela. En este dilema de “semipertenencia”
encontramos no sólo a los usuarios de servicios públicos, proveedores y clientes sino que
puede ser extensivo a otros colectivos como los voluntarios de una O.N.G o los
“teleoperadores”. Un procedimiento práctico para resolver este dilema de pertenencia a la
organización consiste en atender a una serie de criterios propuestos por Maytz (1972): el
carácter formal de la relación, el sentimiento subjetivo de pertenencia, o sea, la
autoidentificación como miembros de la organización, la frecuencia de interacción con los
demás miembros, al grado de dependencia respecto a la organización y la intensidad de la
actividad a favor de la organización.
Otro elemento clave en la composición de las organizaciones son los grupos. Como señalan
Porter, Lawler y Hackman, los grupos están compuestos por un limitado número de individuos
que tienen interacciones comunes y un cierto grado de valores y normas compartidos.
Estos grupos pueden ser e dos tipos según su origen y las funciones que cumplen. Por una
parte, los grupos formales están específicamente diseñados por la organización y establecidos
para apoyar la consecución de sus propios fines. Por otra parte, los grupos informales surgen
espontáneamente dentro de la organización bien para satisfacer necesidades de los miembros
no cubiertas por ella bien para suplir las insuficiencias de diseño de esa organización formal.
Los grupos formales constituyen los departamentos o subsistemas de la organización, de toma
de decisiones y de jerarquización de la autoridad que no son “oficiales” ni están
intencionalmente planificados en el diseño de la organización.
La consecución de fines.
Cuantos más específicos sean los fines de una formación social más adecuada puede ser
conceptual como organización. El tipo de objetivos que persigue una organización determinada
en buena medida su estructura y funcionamiento. Mayntz (1972) propone un criterio de
clasificación que permite distinguir tres categorías de organizaciones.
En primer lugar, existen organizaciones cuyos objetivos se centran en la coexistencia de sus
miembros, en su actividad común y en el contacto recíproco que esto exige. A esta categoría
pertenecen los clubes, los círculos de esparcimiento y otras asociaciones recreativas.
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Normalmente, este tipo de asociaciones se estructura de forma democrática, está poco
formalizada y sus dirigentes son elegidos para animar, dirigir y ejecutar las decisiones tomadas
en las asambleas por sus miembros.
En la segunda categoría se sitúan las organizaciones cuyo objeto implica actuar de una manera
determinada sobre un grupo de personas que son admitidas precisamente para esto. El tipo de
actuación propuesta sobre las personas puede ser muy diversa dando lugar a organizaciones
muy diferentes: las escuelas, las prisiones, las universidades, los hospitales y las iglesias son
ejemplos de este tipo de organizaciones.
En la tercera categoría se incluyen las organizaciones que tienen como objeto el logro de ciertos
resultados o una determinada acción hacia fuera. En esta categoría podemos distinguir tres
subgrupos en función de la relación que la mayor parte de sus miembros tienen con los
objetivos de la organización. Un primer subgrupo lo forman aquellas organizaciones cuyos
miembros ven en el objetivo de la organización un valor al que están dispuestos a contribuir sin
obtener a cambio ventajas personales (p.e. asociaciones benéficas, organizaciones para
combatir el alcoholismo o para el fomento de la ciencia).
En el segundo subgrupo. Mayntz sitúa las organizaciones cuyos objetos pueden identificarse
con el interés personal de los miembros que la componen. Los sindicatos o las asociaciones de
consumidores pueden ser considerados de este tipo.
Por último, se dan aquellas organizaciones cuyos objetivos son aceptados por sus miembros
quienes colaboran en su consecución porque ello les reporta ventajas que no se identifican con
el objetivo mismo. Las empresas de producción o de servicios serían claros ejemplos de esta
tercera categoría.
Pero independientemente, de cuáles sean los objetivos de la organización, ésta ha de procurar
que los fines que persigue sean asumidos por la totalidad de sus miembros, y que éstos aporten
su energía, habilidades y esfuerzo para su consecución.
Preservar los objetivos de la organización significa conseguir que las decisiones que
permanentemente se toman en los diferentes niveles se orienten siempre en el sentido buscado
y fijado. Si esto no es así, surgen los conflictos en la organización que puede darse por una falta
de acuerdo sobre cuáles sen los objetivos que se han de conseguir o sobre la forma de
conseguirlos. Esta visión de las organizaciones como formaciones sociales constituidas por
coaliciones de poder en lucha por la consecución de intereses encontrado ha dado lugar al
estudio de las organizaciones como sistemas políticos.
La estructura
La consecución de los fines de una organización requiere al menos dos tipos de
condiciones complementarias. En primer lugar, una diferenciación de funciones y, en segundo
lugar, una coordinación racional de las mismas. Ambos aspectos están estrechamente
vinculados al concepto de estructura.
Por estructura se entiende, en general, la coordinación de una serie de partes o elementos
dispuestos en un cierto orden y con determinadas relaciones entre ellos. Refiriéndonos en
concreto a la organización, podemos definir su estructura como “la suma total de los modos en
que ésta divide su trabajo en distintas tareas y los mecanismos a través de los cuales consigue
la coordinación entre ellas” (Mintzberg, 1979).
Dos aspectos centrales cabe plantear a la hora de clasificar el concepto de estructura. En primer
lugar, las unidades que la componen. En segundo lugar, las distintas conexiones y relaciones
entre ellas.
Las unidades de la estructura organizacional son roles entre los que se dividen las distintas
tareas, funciones y puestos de la organización. De este modo, el análisis de la estructura de una
organización puede comenzar por describir los papeles que desempeñan los miembros, grupos
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y departamentos que componen la organización.
Junto a las unidades otro aspecto central de la estructura organizacional es la coordinación.
Existen varios mecanismos de coordinación de las distintas unidades que componen una
organización. El primer sistema de coordinación es el ajuste de unidades que componen una
organización. El primer sistema de coordinación es el ajuste mutuo entre los miembros que
permite la coordinación de tareas mediante el simple proceso de comunicación informal entre
ellos. El segundo sistema de coordinación es a través de la supervisión directa. En este caso,
existe un miembro de la organización cuya responsabilidad y rol consiste en el control y
coordinación de los restantes individuos y roles. El tercer sistema de coordinación se establece
mediante la estandarización del proceso de la tarea de forma que los contenidos de las tareas
están establecidos mediante normas que procuren la coordinación. Un cuarto sistema consiste
en la estandarización de resultados que consiste en el establecimiento de las características del
producto que ha de resultar del trabajo. En este caso, las relaciones entre las distintas tareas
han de coordinarse de manera que se consigan los resultados establecidos. El último sistema de
coordinación es la estandarización de habilidades. Cuando en determinadas organizaciones
resulta muy difícil estandarizar las tareas o los resultados por su nivel de complejidad, la
coordinación puede conseguirse a través de la estandarización de las habilidades de sus
miembros. Es decir, la
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