MOMO

MOMO

Todo Comienza cuando una niña desconocida aparece en un anfiteatro, algunos colonos se acercan a la niña y le preguntan toda su información básica, al verla vulnerable le hacen la propuesta de irse a vivir a la casa de alguno de ellos, pero ella responde de una manera gratificante que no, que a ella le gustaría quedarse en ese lugar, lo cual respetan los colonos pero no la dejan desprotegida, algunos le llevan alimentos, cobijas, cuadros, etc.

Desde ahí Momo nunca estuvo sola siempre había alguien con ella, algunas de las personas se dieron cuenta que platicar con Momo era muy satisfactorio, porque les ayudaba a resolver sus problemas o mínimo les daba un buen consejo, lo cual se hizo muy frecuente y las personas crearon una frase “Cuéntaselo a Momo”. Momo era tan común que hasta a los niños les gustaba platicar y jugar con Momo.

De pronto aparecen en el pueblo un ejército de personas misteriosas conocidos como “Los hombres grises”, los cuales hacen ver a las personas el tiempo que desperdician en ciertas actividades que podrían ahorrar si dejaran de hacerla por lo cual la gente comienza a perder mayor interés en algunas actividades que estas personas hacían ver vánales, pero que eran indispensables en su vida cotidiana.

Momo se da cuenta de todo esto y dos personas aparte de ella no están dispuestas a cambiar sus actividades por culpa de estas ideas propagadas por los hombres grises, dichas personas eran Beppo el barrendero y Gigi el cuentacuentos quienes eran los mejores amigos de Momo.

Un día Gigi platica con algunas personas que habían perdido el interés en actividades básicas de su día como alimentar pájaros, platicar con su familia, conversar con personas ajenas, atender a los niños, reflexionar sobre la vida y les cuenta una historia para que ellos recuerden como eran sus vidas antes de que llegaran los hombres de gris, como el nunca deja una pregunta sin contestar sus respuestas hicieron recordar a las personas su vida anterior.

La ciudad se miraba diferente desde que llegaron los hombres de gris, todos ponían letreros en los negocios y hogares con las siguientes leyendas:

- “El tiempo es precioso- no lo pierdas”

- “El tiempo es oro – ahórralo”

De vez en cuando, Gigi contaba cuentos e historias increíbles, que ni él mismo sabía cómo iban a acabar, de las cuales muchas la protagonista era Momo. Momo era muy especial; arreglaba disputas, inventaba juegos, reconciliaba a la gente, y todo ello sin hablar, sólo escuchando a los demás, porque era lo que mejor se le daba. Porque algunas cosas necesitan su tiempo, y tiempo era lo único que Momo tenía de sobra.

Pero un grupo de ladrones de tiempo se interpondrán en su camino. A esos ladrones de tiempo se

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