Plan De Negocios

Zapatos hechos con amor en España

Pilar Alcázar 19/01/2012

Rubén Carbonell, director de marketing y comunicación.

Esta empresa de calzado mantiene en España el 100% de su producción, es competitiva en el mercado global y está creando nuevas fábricas en nuestro país para seguir creciendo fuera. En plena crisis, el año pasado estrenaba un nuevo centro de producción en Elche, con 70 empleados. Y en total cuenta con una plantilla de 350 trabajadores directos y 400 indirectos.

No resulta extraño, por eso, que su director de marketing y comunicación, Rubén Carbonell, vea en la deslocalización una necesidad para muchas pymes y una oportunidad para impulsar una marca España basada en la calidad. “Si estuviésemos fabricando en China, tendríamos un problema de calidad (porque no estaríamos cerca del trabajo); peor diseño, sobre todo, y estaríamos más limitados en el servicio. Ahora los pedidos son menores y las reposiciones mayores. La gente se cansa muy rápido de las cosas. Lo que se vende hoy a lo mejor deja de venderse en dos meses. Tienes que ser más rápido y eso no se puede hacer fabricando fuera”, asegura Carbonell.

Y lo dice alguien que sabe muy bien lo que es producir fuera, pero que no ha encontrado ninguna ventaja en hacerlo. Fueron de las primeras en regresar, al ver que perdían su principal valor diferencial (la calidad), por algo que no supone ninguna ventaja (un menor precio). “Nosotros renunciamos a fabricar fuera hace ya tres años para mantener la calidad. No puedes diferenciarte por precio, porque siempre hay alguien que es más barato que tú. Si haces calidad por buen precio, triunfas”, asegura el director de marketing de Wonders.

Viaje de retorno

Para este profesional la vuelta de muchas empresas españolas es inevitable: “Ahora en China son menos competitivos en precio y nada en calidad. Cada vez lo hacen peor. Están mas industrializados y poco encima de lo que es el producto. Al final, todo el mundo está volviendo”. Y añade: “Producir en China es efectivo con grandes volúmenes. Si haces 80.000 pares de bailarinas en lugar de 800.000 no te resulta rentable”.

Eso lo dice el responsable de una marca que fabrica 800.000 pares de zapatos al año y factura 25 millones de euros. Y es que, “lo más importante para rentabilizar la salida al exterior es tener una producción muy grande de un solo modelo. Eso lo puede hacer Zara y otros grandes, pero no nosotros”.

Fabricar aquí y vender más fuera

El resultado de su decisión made in Spain (o mejor made with love in Spain, su verdadero eslogan) es que estamos ante una empresa que no ha dejado de crecer en los últimos 15 años y de crear empleo.

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