Reflexión sobre El que tenga una tienda que la atienda, y si no que la venda

Reflexión sobre El que tenga una tienda que la atienda, y si no que la venda

“De una buena dirección y gestión de un centro depende la calidad de la enseñanza que imparte, del servicio educativo que presta” - Felpeto, A. (2004)

Cuando se habla de liderazgo en la educación, se hace referencia a los modelos o enfoques de gestión de las instituciones educativas. Es importante conocer su importancia porque tiene un efecto directo tanto en el proceso como en los resultados de aprendizaje de los estudiantes, y la construcción de relaciones consigo mismos y con otros. Este se refleja en prácticas de relación entre cada uno de los miembros de la comunidad escolar, los cuales actúan como el reflejo de la visión que se tiene del liderazgo y su gestión.

Ahora bien, para llevar a cabo un buen liderazgo en el centro educativo, el líder cuenta con una serie de características que lo hacen imprescindible como las habilidades comunicativas, la gestión de conflictos, y la entrega total al desarrollo de la misión y visión del centro. Y es así como encabeza un proyecto educativo que es gestionado por un equipo.

La situación actual de cómo se desarrolla el liderazgo en los centros está en ocasiones obstaculizada por ciertos factores que limitan la eficacia del modelo de dirección, los cuales son mencionados a continuación:

Dificultades de relación entre los miembros del equipo y esto también dificulta el apoyo de cada uno para desarrollar los objetivos; La falta de continuidad del trabajo realizado por los miembros del equipo anterior; La ausencia de motivación o motivación únicamente de tipo económico; La insuficiencia de incentivos que promuevan el esfuerzo y la persistencia de cada uno de los miembros del equipo. La falta de responsabilidad por parte del profesorado con sus tareas, lo cual recarga la labor de los directivos. La dificultad para integrar en los proyectos a cada sector de la comunidad educativa y sus intereses.

Además, estos factores afectan directamente la manera de como cada uno de los miembros del equipo realiza sus funciones, en especial el líder. Es aquí donde surgen los siguientes planteamientos: ¿Qué es lo que motiva a las personas a trabajar para alcanzar los objetivos? ¿Es mi papel obligarlos a llevar a cabo sus funciones o debo motivarlos de otra manera? Una de las dificultades mencionadas, es la del factor remuneración; se requiere que todos los miembros del equipo rindan conforme a lo que se le paga, y empezando por el líder, es el primero que debe sentirse bien con sus responsabilidades y así será dedicado porque está siendo remunerado para ello. Pero… ¿Es esto lo único que necesitan para desarrollar sus funciones con esmero? Según la teoría de Frederick Herzberg, el rendimiento de las personas en el trabajo depende del nivel de satisfacción que experimenta en su ambiente laboral. “Si quieres gente motivada a hacer un buen trabajo, dales un buen trabajo que hacer”

Existen otros estímulos que funcionan como elementos de valor, como la satisfacción personal, enfrentar retos que ayuden a conseguir destrezas y que contribuyan a hacer algo que transcienda a acciones positivas para transformar el mundo, o alcanzar un propósito a nivel profesional.

Por otro lado, existen algunas variables que se deben tener en cuenta a la hora de enfrentar el reto de liderar las nuevas realidades educativas: Desarrollo y continuidad o creación del proyecto educativo, pues es así como el líder se preocupa por el desarrollo del aprendizaje de los estudiantes (liderazgo pedagógico), en una buena gestión de los recursos (liderazgo de gestión) y en la creación de un clima laboral adecuado (liderazgo de grupo).

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