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Tratado De Libre Comercio

Itzel012020 de Junio de 2014

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TRATADO DE LIBRE COMERCIO

(TLC)

CONCEPTO: Un tratado de libre comercio (TLC) consiste en un acuerdo comercial regional o bilateral para ampliar el mercado de bienes y servicios entre los países participantes. Básicamente, consiste en la eliminación o rebaja sustancial de los aranceles para los bienes entre las partes, y acuerdos en materia de servicios. Este acuerdo se rige por las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) o por mutuo acuerdo entre los países participantes.

Un TLC no necesariamente conlleva una integración económica, social y política regional, como es el caso de la Unión Europea, la Comunidad Andina, el MERCOSUR y la Comunidad Sudamericana de Naciones. Si bien estos se crearon para fomentar el intercambio comercial, también incluyeron cláusulas de política fiscal y presupuestaria, así como el movimiento de personas y organismos políticos comunes, elementos ausentes en un TLC.

Libre Comercio Norteamericano (TLC), Tratado de, pacto económico, cuyo nombre original es North American Free Trade Agreement (NAFTA), que establece la supresión gradual de aranceles, y otras barreras al librecambio en la mayoría de los productos fabricados o vendidos en América del Norte, la eliminación de barreras a la inversión internacional, y la protección de los derechos de propiedad intelectual. El TLC fue firmado por Canadá, México y Estados Unidos el 17 de diciembre de 1992, y el 1 de enero de 1994 entró en vigor.

El TLC se constituyó según el modelo del Tratado de Libre Comercio Estadounidense-canadiense, en vigor desde 1989, por el cual fueron eliminados o reducidos muchos de los aranceles existentes entre ambos países. Tras varios años de debate, el TLC fue aprobado en 1993 por las asambleas legislativas de Canadá, México y Estados Unidos. Este tratado exigía la inmediata supresión de los aranceles que gravaban la mitad de todas las mercancías estadounidenses exportadas a México. Otros aranceles irían desapareciendo progresivamente durante un periodo aproximado de 14 años.

Canadá fue el primer signatario que ratificó el acuerdo: el Parlamento canadiense adoptó las medidas necesarias el 23 de junio de 1993. En Estados Unidos, el debate sobre el TLC dividió a los miembros del Partido Demócrata y del Partido Republicano, y provocó una gran oposición por parte de los grupos sindicalistas y ecologistas. Muchos temían perder su trabajo, a consecuencia del traslado de fábricas estadounidenses a México, donde la mano de obra era más barata y no era tan rígida la aplicación de las leyes sobre medio ambiente y derechos laborales. Los grupos ecologistas se opusieron al TLC, porque les preocupaba la presumible falta de medios para aplicar controles de contaminación y seguridad en los alimentos. En respuesta a estas dudas, en 1993 se aprobaron tres tratados complementarios sobre temas medioambientales y laborales. Tras una larga batalla, el Congreso estadounidense aprobó el TLC en el mes de noviembre. En México, las objeciones se referían desde la posible pérdida de soberanía económica, hasta el temor de que el acuerdo reforzara la posición del Partido Revolucionario Institucional (PRI). A pesar de todo, el acuerdo fue finalmente ratificado en el mes de noviembre.

Incluso después de su aprobación, el TLC siguió siendo tema de debate entre sus partidarios y detractores. La administración del presidente estadounidense Bill Clinton afirmó que el pacto había creado 100.000 puestos de trabajo en Estados Unidos durante su primer año de vigencia; por el contrario, sus críticos argumentaban que el aumento de las importaciones, exigido por el TLC a Estados Unidos, provocó la pérdida de puestos de trabajo. El TLC supuso la caída de la bolsa mexicana tras una devaluación gubernativa del peso, en diciembre de 1994, que demostró las debilidades estructurales y la incompleta modernización del sistema económico y político mexicano. Además de la falta de consenso sobre el número de puestos de trabajo generados o destruidos con el TLC, los economistas consideran que resulta complicado apreciar los cambios económicos provocados por el TLC a partir de otros factores.

El TLC constituye el segundo espacio de libre comercio más grande del mundo; mediante la unión de Canadá, México y Estados Unidos en un mercado abierto, el TLC engloba a un total de 365 millones de consumidores. La zona de libre comercio más amplia del mundo es el Espacio Económico Europeo (EEE), que entró en vigor al mismo tiempo que el TLC. Las negociaciones sobre la posible inclusión de todos los países latinoamericanos en el TLC —a excepción de Cuba— comenzaron a finales de 1994. Las negociaciones para que Chile ingresara en el TLC se iniciaron de manera oficial en 1995, incluyendo planes para la creación de un espacio de libre comercio que abarque todo el continente americano, a principios del próximo siglo. Sin embargo, la inclusión de más países en el TLC será un procedimiento difícil, ya que algunos de ellos están lejos de poder acceder al mismo y de poder aplicar los rigurosos requisitos económicos exigidos por un acuerdo de libre comercio en el que están incluidas condiciones tales como el establecimiento de unos mínimos sobre salario, condiciones de trabajo y protección medio ambiental.

ANTECEDENTES

Durante más de 40 años nuestra industria no tuvo necesidad de competir; nuestro país contó de 1940-52, con una significativa demanda de productos para satisfacer las necesidades de los países en guerra.

México contó, de 1958-70, con una demanda suficiente de productos primarios y de manufacturas de consumo; con un apoyo moderado de crédito de los organismos internacionales, que fueron la base de su desarrollo (con estabilidad) y su sorprendente crecimiento industrial. Debido a las dificultades comerciales con el exterior, México la encontró entonces, en la deuda externa. La crisis comercial mundial que en 1971 empujó la devaluación del dólar, provocó un exceso de liquidez mundial que llevó a la banca comercial de los países del tercer mundo, en dificultades por la crisis de los precios de las materias primas. Y así fueron soportables las crisis alimentarias y las crisis petroleras.

En efecto en 1978 la crisis del petróleo la financiera. La deuda de los países en desarrollo no sólo creció en volumen de una manera sin precedente, sino se privatizó. De tal forma que, para la mayoría de los países del sur del mundo se endeudaron, perdió peso específico el fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, o el Banco Interamericano de Desarrollo, por citar algunos organismos internacionales; mientras que los bancos comerciales lo incrementaron. México contó con sus reservas petroleras para poder mantener aún más su política proteccionista. Pero la caída de los precios internacionales del crudo, se profundizó su crisis financiera. Lo más importante de la historia de México es que ni los recursos de la deuda ni del petróleo fueron empleados para la reestructuración de las actividades que en el pasado le proporcionaban divisas al país.

La crisis agropecuaria que se explica por la expansión demográfica, por la perdida de productividad en el campo y por la falta de inversión modernizadora en el sector; y la crisis minera, que se explica por el avance tecnológico hacia los nuevos materiales y el rezago de México para incorporarse a la industria pesada básica, siguen siendo actividades que no aportan recursos suficientes para que el país continúe su modernización industrial.

En estas condiciones, para que México pueda retornar a una economía estable y en crecimiento, necesita generar divisas por el camino de la exportación manufacturera, ante la ausencia de las divisas mineras, petroleras, agropecuarias y turísticas en volumen suficiente.

De esta manera, el país corre actualmente el riesgo de quedarse estancado por un largo tiempo, mientras reestructura sus actividades primarias para importar, ese estancamiento redundará en retroceso y pobreza.

Un país como México que hace escasos 40 años era un gran importador de manufacturas, hoy se ve obligado a convertirse en un gran exportador de manufacturas para progresar, y esto, es un cambio sustancial en la historia de nuestra economía.

Éramos un país agrícola, ya somos un país industrial, éramos un país importador de artículos industrializados, ahora tenemos que ser un país exportador de esos artículos. Los productos mexicanos encuentran severos límites para penetrar los mercados externos. El mundo está organizado para que los países tradicionalmente importadores lo sigan siendo. El problema radica, en hacer que México deje de ser de los países del sur importadores y se convierta en uno de los países del norte exportadores.

Frente a su propia crisis y a una cambiante realidad mundial México se abrió comercialmente al exterior en 1986.

La apertura formo parte del proceso de ajuste junto al Pacto de Solidaridad Económica, primero, y al Pacto para la Estabilidad y el Crecimiento Económico, después.

Hoy, muchas más potencias industriales compiten con los Estados Unidos por los mercados del mundo convirtiéndolo en uno sólo.

Por razones históricas, la industria mexicana tiene algunos grados de debilidad

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