Variables

En lo que va del Sexenio de Felipe Calderón (2007–2010) el crecimiento promedio llegó a un incipiente 0.8% anual, lo que representa en términos de crecimiento per cápita real, un decrecimiento de 2.7.

En estos cuatro años, economías como Brasil, Perú, Argentina y muchas mas han tenido tasas de crecimiento respetables, dejando a México, después de Haití, como el país con el peor crecimiento de la región latinoamericana.

Al pensar en el empleo viene a la memoria la campaña de Felipe Calderón, en la cual se proclamaba como el Presidente del Empleo.

Al tercer trimestre del 2010 la cifra oficial1 de desempleo rondaba los 5.3 millones de personas, lo que equivale al 5.4 %. El subempleo era de 7.6 millones de personas. Si sumamos ambas cifras, obtenemos un total de 12.9 millones de personas o una tasa de 13.1 %.

La población más afectada en el tema del empleo son los jóvenes. Es en este segmento donde mayor desempleo y subempleo existen y los salarios reales no se recuperan.

La pobreza se agudiza, y según cifras oficiales (2008)3, entre el año 2006 y 2008 la pobreza alimentario aumento un 34.9%, la de capacidades 23.6% y de patrimonio 13.1%. Estas cifras corresponden a los 2 primeros años del sexenio y dado el desempeño en materia económica la realidad de estas cifras al año 2010 pueden ser mas dramáticas, no es de extrañar que hasta el día de hoy el CONEVAL3 siga sin publicar la medición de la pobreza correspondiente al año 2010.

Son tres décadas de estancamiento, y mientras que en la última década Brasil logro pasar de un 27% a un 50.5% de la población que hoy es clase media, en México se estima hay 50 millones de pobres (2008), es decir casi el 50% de su población.

De acuerdo a la Ley General de Desarrollo Social, la política nacional de desarrollo social debe tener como objetivo central, entre otros, la promoción del desarrollo económico con sentido social para generar y preservar el empleo, incrementar el nivel del ingreso y mejorar su distribución. Sin embargo, para lograr éste objetivo no ha sido implementada una estrategia multidimensional, los programas de transferencias condicionadas de efectivo (TCE), como el programa Oportunidades, han sido el principal motor de la política de desarrollo social en las últimas décadas. La evidencia empírica en México muestra que las TCE han sido una herramienta insuficiente para el alivio de la pobreza en condiciones de bajo y errático crecimiento económico. De acuerdo a la más reciente información disponible (2010) publicada por el Consejo Nacional para la Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), 52 millones de mexicanos se encuentran en la pobreza, es decir, el 46.2% del total de la población.

En ésta materia, la estrategia actual cuenta con tres pilares: el sistema de seguridad social, el sistema de protección social (Seguro Popular, Fonhapo,

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