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Visiones Alternativas Al Desarrollo

santymontoya21 de Abril de 2014

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VISIONES ALTERNATIVAS AL DESARROLLO

¿QUÉ SON LAS TEORÍAS ALTERNATIVAS DEL DESARROLLO?

El concepto de lo “alternativo” siempre es problemático. Lo alternativo remite a una capacidad propositiva frente a lo establecido, y esto requiere siempre de gran imaginación, creatividad y sentido crítico. Lo alternativo se construye por oposición al pensamiento dominante y suele ser expresión del quehacer emancipatorio de los movimientos sociales. Las teorías alternativas están representadas en las iniciativas y experiencias sociales y políticas que rompen con el pensamiento desarrollista. En términos generales, las respuestas al desarrollo ortodoxo han seguido dos vías:

• La neo-keynesiana, que no cuestiona el capitalismo sino que busca mantenerlo regulado, sometido a reglas que atenúen sus impactos. En otras palabras, pretende humanizar el capitalismo salvaje. Por ejemplo, desde los años sesenta del siglo anterior con las teorías de la dependencia han surgido respuestas desde el Sur a los problemas no resueltos por el desarrollismo capitalista, pero que no buscaron su superación sino someterlo a reglas de justicia económica y redistribución.

• La poscapitalista, que impugna al capitalismo y busca superarlo, estableciendo nuevas concepciones, reglas y formas de economía. La economía es simplemente el conjunto de actividades que permiten asegurar las bases materiales del bienestar físico y material de las sociedades y de los pueblos; es una construcción colectiva y el mercado es una relación social que se puede transformar desde otras lógicas.

Según Cetim, las propuestas alternativas al paradigma desarrollista deben cumplir cuatro requisitos:

• Mostrar que existe la posibilidad de establecer una amplia variedad de tipos y formas de propiedad de los medios de producción y de distribución.

• Producir una ruptura con la producción de la escasez, restringiendo al mínimo las posibilidades de apropiación individual e irrestricta de los bienes.

• Visibilizar experiencias e informaciones sobre diversas posibilidades de asignación de recursos que no dependan de las reglas del mercado.

• Recuperar la noción de los commons (bienes comunes o públicos) no sujetos a la apropiación capitalista (Cetim, 2006a, p. 17).

LAS PROPUESTAS (NEOKEYNESIANAS) DESDE LOS PAÍSES DEL SUR

La Conferencia de Bandung y los no alineados

El Tercer Mundo aparece como actor de la política internacional en la Conferencia de Bandung (antigua capital de Indonesia), celebrada en abril de 1955, a instancias de antiguas colonias británicas, que convocaron una treintena de países de África y Asia. Con el proceso de descolonización ocurrido durante la pasada década de los cincuenta, dicha conferencia se constituyó en una oportunidad para impulsar una corriente política en el mundo que liderara las reivindicaciones propias de los países pobres o tercermundistas, calificativo que designaba su atraso con respecto a las potencias industrializadas. La reunión significó además un punto de quiebre en las relaciones internacionales dominadas exclusivamente por el conflicto Este-Oeste, o por la llamada guerra fría. La importancia de Bandung reside en que por primera vez países del Tercer Mundo se reunían por iniciativa propia y sin la tutela de los europeos, de la Unión Soviética o de Estados Unidos para definir una agenda propia.

Esta conferencia tuvo resultados importantes, entre ellos:

• En el ámbito político, se condenó al colonialismo y se acordó la postura del “no alineamiento”.

• En relación con el desarrollo, aunque no se cuestionaron de fondo las doctrinas economicistas de las potencias, se esbozó una perspectiva “periférica”, expresada en el deseo común de avanzar en un desarrollo basado en un principio de colaboración y de respeto al derecho internacional.

• Se acogieron propuestas sobre ayuda e inversión exterior para el desarrollo, que implicaron la renovación de instituciones en la ONU, como el Fondo especial para el desarrollo económico, y una nueva línea de asuntos del Tercer Mundo adoptada por el Banco Mundial.

Una consecuencia de los acuerdos en Bandung es el surgimiento posterior del Movimiento de los No Alineados (NOAL), en Belgrado, en 1961, que en adelante defenderá el principio de autodeterminación de los pueblos en las esferas política, cultural y económica.

HACIA UN NUEVO ORDEN ECONÓMICO INTERNACIONAL (NOEI)

La primavera del Tercer Mundo se alcanzó en 1974 cuando se hizo pública la “Declaración relativa a la instauración de un nuevo orden económico internacional”, constituida por dos resoluciones de las Naciones Unidas: la 3201(S-VI) y la 3202 (S-VI). Ellas emanaron de una sesión extraordinaria de la Asamblea General de la ONU convocada por el bloque de los países no alineados6. Adicionalmente, en 1974, se proclamó la “Carta de Derechos y Deberes Económicos de los Estados”, mediante resolución 3281 (XXIX) de diciembre. Al año siguiente, en nueva sesión extraordinaria, se aprobó el plan de acción para el establecimiento de un NOEI, en la resolución 3363 (S-VII). La declaración del NOEI no criticó el sistema establecido, sino el injusto reparto de sus beneficios. Los no-alineados, más que abogar por una nueva visión del mundo, planteaban, a partir del modelo imperante en la economía del globo, nuevas reglas de juego para un justo intercambio económico con los países industrializados.

Entre sus reivindicaciones más importantes estaban:

• La valorización de los precios de las materias primas en los mercados internacionales.

• El reconocimiento de la soberanía de los países pobres sobre sus recursos naturales.

• El alivio o la condonación de la deuda externa.

• La transferencia de tecnologías.

• La cooperación para el desarrollo.

• El respeto del principio de autodeterminación de las naciones.

Las iniciativas del NOEI refuerzan el capitalismo, pues su intención era asegurar la participación equitativa en el sistema de desarrollo de los países periféricos, insertándolos en la senda del crecimiento continuo (Sid-Ahmed, 1985, p. 292). La crisis del petróleo enseñó a los países industrializados, al poner en jaque su crecimiento, que era mejor sacrificar ciertos beneficios y hacer concesiones económicas para evitar la conformación de asociaciones de países exportadores de materias primas y de otros productos, que mediante pactos fijarán discrecionalmente los precios en los mercados internacionales. Pero además de ello, el NOEI y su plan de acción fueron sólo proclamaciones insulsas, sin ninguna efectividad. Lo mismo, la Carta de Derechos y Deberes Económicos de los Estados constituyó uno de los fiascos más gloriosos y odiosos de la ONU (Pérez-Soba, 2000, p. 163), en buena parte por la oposición de países como Holanda, Estados Unidos, Alemania y Reino Unido, que afirmaban que la declaración del NOEI no había buscado el consenso internacional suficiente como para pretender su universalización. El peso de los no alineados se debilitó con el derrumbe del bloque soviético, y las pretensiones de instaurar un NOEI se difuminaron en la escena internacional. La Carta de Derechos y Deberes Económicos de los Estados, impulsada desde la Conferencia de Naciones Unidas para el Desarrollo y el Comercio (Unctad) fue completamente inoperante, si se ve a la luz de los resultados de regulación en tres áreas:

• Establecimiento de reglas equitativas y justas para el comercio entre países.

• Creación de un código de conducta para compañías multinacionales.

• Creación de un código para la transferencia de tecnología.

Los informes presentados por el grupo de trabajo creado para supervisar la aplicación de la Carta y proponer las reglas para un NOEI, y los mencionados códigos de conducta mostraron el fracaso del llamado nuevo orden económico internacional. Los expertos que lo integraron sesionaron durante varios años, hasta que el grupo se disolvió en 1986, sin pena ni gloria. Sus sugerencias de los códigos cayeron en el olvido.

Las teorías de la dependencia

La teoría de la dependencia recogió y racionalizó las iniciativas de los países no alineados y de las burguesías del Sur sobre un NOEI y un “desarrollo hacia adentro”. Puede afirmarse que ella constituye la doctrina más influyente del pensamiento económico y político contemporáneo de América Latina y, en buena parte, del Sur. Por esta circunstancia se ubica en este trabajo como una perspectiva alternativa que, si bien hoy puede cuestionarse, en su momento histórico conmocionó e innovó profundamente el trabajo de las ciencias sociales. Esta teoría se nutrió inicialmente de las investigaciones adelantadas en la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), por un grupo de intelectuales, en su mayoría, latinoamericanos. Ellos rebatieron, a partir de los cánones analíticos de la tradición económica, las teorías del desarrollismo rostowniano y de la modernización. Se destacó en la producción teórica de la dependencia, el economista argentino Raúl Prebisch, quien presidió a la Cepal y más tarde la Unctad, y junto a él un grupo de pensadores como Cardosso, Dos Santos, Furtado, Antonio García, Osvaldo Sunkel, entre otros. La escuela de la dependencia la conforman un conjunto de teorías que explican las razones que impiden que los países de las periferias encuentren el camino hacia el despegue económico e industrial. Se centraron inicialmente en el entorno latinoamericano, aunque luego algunos economistas neomarxistas la generalizaron para el Tercer Mundo. Entre ellos se destacó

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