ENSAYO SOBRE PEDAGOGIA CRITICA DE PAULO FREIRE
VEGA2004Ensayo15 de Diciembre de 2022
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ÍNDICE
INTRODUCCIÓN………………………………………………...…………….………………..…3
PAULO FREIRE Y SU VISIÓN DE LA PEDAGOGÍA CRÍTICA
PAULO FREIRE: La Pedagogía del oprimido (2002) …………………...…….……………4
Opresor versus oprimido: en busca de la liberación ....…………………………..…….......5
La educación bancaria como medio de dominación ……………………………………….......8
Cultura e invasión cultural …………………………………………………………………….....13
La pedagogía de la liberación y de la esperanza …………………………………..…………17
CONCLUSIONES…………………………………………………………………………………19
REFERENCIAS ………………………………………………………………………………..…22
INTRODUCCIÓN
En el presente trabajo se analizará la visión de la pedagogía crítica de Paulo Freire, quien es el precursor de la Pedagogía Crítica que se traduce en la pedagogía de la liberación, además es muy importante el conocer la visión muy acertada que realiza este teórico acerca de la visión de la educación que ha implantado el imperialismo, así como el papel que desempeñan los educadores y los educandos como seres alienados y a su vez, cómo la educación es considerada un medio de poder arbitrario para alcanzar los fines egoístas de los opresores y no como el ámbito para formar seres capaces de descubrir y de rehacer el mundo por medio de la reflexión y la democracia.
Se abordará el gran aporte que Paulo Freire hace a la sociedad con la Pedagogía Crítica liberadora, donde recalca el hecho de que todos los seres humanos tenemos posibilidades de crear un mundo pleno de justicia e igualdad, un mundo en el que cada ser pueda participar en la toma de decisiones en el ámbito político, social y cultural.
En el análisis que se realizará se mencionará su sobre la pedagogía del oprimido, la educación bancaria como medio de dominación y la pedagogía de la liberación y de la esperanza.
Se analizará el gran aporte que Paulo Freire hace a la sociedad con la Pedagogía Crítica liberadora, que consiste en el hecho de que todos los seres humanos tenemos posibilidades de crear un mundo pleno de justicia e igualdad, un mundo en el que cada ser pueda participar en la toma de decisiones en el ámbito político, social y cultural.
Además de que será indispensable conocer el significado del término “opresor” que, de acuerdo a Freire, es aquel que tiene el poder, que maneja los hilos de la sociedad a su antojo con fines netamente subjetivos y egoístas; el oprimido es el objeto que sirve al patrón, que no piensa y no reflexiona, es el que no actúa, es el alienado que permite ser manipulado, esto con la finalidad de que podamos comprender que el ser humano debe desarrollar un sentido crítico y razonable para poder salir del circulo opresor que el gobierno a cargo realiza sobre la sociedad y con esto no permite una libre expresión.
ENSAYO SOBRE PAULO FREIRE Y SU VISIÓN DE LA PEDAGOGÍA CRÍTICA.
PAULO FREIRE: La Pedagogía del oprimido (2002).
Paulo Freire es el precursor de la Pedagogía Crítica que se traduce en la pedagogía de la liberación. Desde la década de los sesentas se ha venido construyendo un discurso político en educación; según sus teóricos tiene como objetivo liberar a los oprimidos del yugo y de la dominación de los opresores capitalistas para que por medio de la praxis el pueblo sea partícipe de una democracia abierta. Ha sido un arduo y significativo aporte a la educación mundial pues gracias a sus investigaciones y concepciones teóricas ha ayudado a que los oprimidos se quiten la venda de los ojos y vean la realidad objetiva del mundo. Por esto, la Pedagogía del oprimido es un texto clave para la comprensión y reflexión de la teoría critica en educación por cuanto es uno de los textos más significativos de Freire.
La Pedagogía del oprimido muestra una serie de problemáticas que afectan al ser, a la sociedad, así como también a la democracia participativa y liberadora en el mundo actual. La teoría freiriana nos permite descubrir el papel que juegan los oprimidos y los opresores en la sociedad capitalista y cómo los segundos se valen de una serie de artimañas para alienar al ser humano.
Es importante conocer la lectura que hace Freire al respecto, pues teniendo claro el rol que desempeña cada uno de estos sujetos podríamos vislumbrar un nuevo horizonte en la perspectiva del ser en la sociedad y en la práctica educativa. Además, Paulo Freire hace una lectura muy acertada acerca de la visión de la educación que ha implantado el imperialismo, del papel que desempeñan los educadores y los educandos como seres alienados y a su vez, cómo la educación es considerada un medio de poder arbitrario para alcanzar los fines egoístas de los opresores y no como el ámbito para formar seres capaces de descubrir y de rehacer el mundo por medio de la reflexión y la democracia.
De igual manera, los opresores tienen diversos campos de acción para la dominación, uno de ellos es la invasión cultural. Es importante que los marginados no puedan ver la realidad en la cual son oprimidos, para esto, la clase dominante se vale de imposiciones culturales a través de las cuales los oprimidos ven una perspectiva distorsionada de la realidad y siguen al servicio de los poderosos. Así pues, en contraposición a lo anterior, Freire propone la pedagogía de liberación, en la cual es posible liberarse del yugo opresor y crear y recrear un nuevo mundo justo e incluyente en el cual la democracia y la reflexión son las premisas que rigen al ser y a la sociedad; y es por esto que se puede hablar de la pedagogía de la esperanza.
Opresor versus oprimido: en busca de la liberación.
En el mundo de hoy está a la orden del día la exclusión y el sectarismo a causa de las perversas medidas que ha impuesto el capitalismo; pero esta situación no es reciente, desde épocas remotas, se ha evidenciado un rechazo hacia las clases marginadas -campesinos, indígenas, pobres-. Siempre han sido vistos como objetos, seres inertes al servicio de los poderosos, por ejemplo, en el feudalismo, los campesinos eran objetos que trabajaban la tierra para engrandecer las arcas de ‘su señor; en la revolución industrial, los seres humanos fueron reemplazados por máquinas para alcanzar una mejor producción y la clase obrera sólo estaba al pendiente de que dicha producción se diera satisfactoriamente, hoy en día, los hombres simplemente trabajan para obtener el pan y alcanzar la misma posición de los poderosos. Las clases sociales que se han marcado de una forma tan evidente hacen que los seres humanos valgan por lo que tienen y no por lo que son[1]. Así pues, el sectarismo que se vive es una preocupación que atañe a la Pedagogía Crítica por cuanto ésta busca la igualdad y la justicia social por medio de la liberación.
Es necesario saber que el opresor es aquel que tiene el poder, que maneja los hilos de la sociedad a su antojo con fines netamente subjetivos y egoístas; el oprimido es el objeto que sirve al patrón, que no piensa y no reflexiona, es el que no actúa, es el alienado que permite ser manipulado, de ahí que el oprimido tema a la posibilidad de una nueva realidad debido a que siempre ha estado inmerso en imposiciones y prescripciones; el oprimido tiene miedo de liberarse ya que es él quien estaría construyendo el mundo en comunión con sus compañeros de opresión y nadie le estaría imponiendo lo que debería hacer; no es fácil cambiar de paradigma así como también es difícil asumir las posibles represalias que podrían tomar los dominadores. El marginado se ve sumido en un ambiente de dependencia infinita tanto ideológica, cultural, política como económica del opresor por esto resulta un desafío bastante peligroso el rebelarse y emanciparse en contra de la generosa clase dominante. Según Freire:
Los oprimidos, acomodados y adaptados, inmersos en el propio engranaje de la estructura de dominación, temen a la libertad, en cuanto no se sienten capaces de correr el riesgo de asumirla. La temen también en la medida en que luchar por ella significa una amenaza, no sólo para aquellos que la usan para oprimir, esgrimiéndose como sus ‘propietarios’ exclusivos, sino para los compañeros oprimidos que se atemorizan ante mayores opresiones (Freire:2002;38).
A modo de ejemplo, los trabajadores de las empresas estatales, en la mayoría de los casos, no son capaces de hacer movilizaciones en contra de las arbitrarias imposiciones de los altos dirigentes por miedo a ser sancionados, o despedidos de sus empleos; prefieren mantenerse en la posición más cómoda para ellos, en la posición del silencio y de la aceptación de las normas sin refutar ni luchar por el bienestar de la comunidad.
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