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Uso de cannabis y calidad de sueño REM en jóvenes adultos de 16 a 18 años

fatwdrInforme10 de Noviembre de 2022

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Uso de cannabis y calidad de sueño REM en jóvenes adultos de 16 a 18 años.

En la presente investigación, proponemos determinar los riesgos y beneficios del uso del cannabis, respecto a la calidad del sueño en personas adultas fumadoras de cannabis de Playa del Carmen, Quintana Roo.

La planta Cannabis sativa, también conocida como cáñamo o marihuana, tiene su origen botánico en el oeste de Asia, pero ha sido introducida y asilvestrada en prácticamente todas las regiones del mundo desde hace miles de años. (Tormey, 2010). Durante la historia de la humanidad, se conoce que los primeros usos de la planta datan alrededor del 300 a.C, en la región que es hoy China. (Ernest, 2015). Fue utilizada para diversos motivos, desde usos ceremoniales, alimenticios, artísticos, culturales, elaboración de herramientas, hasta medicinales y recreativos. Se tiene conocimiento de esto por documentos escritos de la época y restos arqueológicos hallados durante la historia. (Ernest, 2015).

El material psicoactivo de la planta, como por ejemplo el THC, se modifica según los factores geográficos y climáticos, hecho que dio lugar al descubrimiento de la planta, especialmente su resina, en las regiones donde el contenido fue lo suficientemente alto como para apreciar sus efectos psicoactivos. Desde entonces se ha utilizado la planta para diversos propósitos, principalmente sociales, terapéuticos, religiosos y místicos (Iversen, 2003).

En la actualidad, según las Naciones Unidas, 158.8 millones de personas por todo el mundo consumen cannabis, lo que presume que más del 3.8% de la población mundial es consumidora. Según el Plan Nacional sobre Drogas, en México, el Cannabis representa una sustancia ilegal cuyo consumo ha ido aumentando a lo largo de los años hasta que un 50% en la población de entre 15 a 64 años lo consume actualmente. Además, el consumo de cannabis se extiende en mayor medida entre los jóvenes, donde destaca el sexo masculino.

En México, el insomnio, los síndromes del sueño y apnea del sueño son los trastornos del sueño mas frecuentes en la población mexicana.

Entre los efectos agudos psicológicos del cannabis podemos encontrar la relajación, percepción alterada del paso del tiempo, incremento de la percepción visual, auditiva y gustativa, incluso retraso psicomotor y una interrupción de la memoria lineal. También aparición de taquicardia, sequedad bucal, disminución de la presión intraocular, entre otros (Zinberg y Nelson, 1968). Aunque es importante tener en cuenta otros factores a la hora de evaluar los efectos del cannabis a parte de la frecuencia de uso, como son la personalidad del usuario, el entorno o ambiente en el que se realiza el consumo (Lemberger y Rubin, 1978).

Diversos estudios demuestran que la tolerancia que ocurre durante la exposición continuada a THC se encuentra íntimamente ligada con la reducción de la disponibilidad de receptores para cannabinoides en el cerebro (Maldonado, 2002).

Existe una gran cantidad de evidencia en la investigacion, donde se respalda que el uso crónico de cannabis afecta negativamente la duración del sueño REM (cita). Es bien sabido que fumar cannabis dificulta la capacidad del cerebro para hundirse en el ciclo REM y, por lo tanto, soñar. El cannabis, puede disminuir y en algunos casos suprimir el sueño REM por completo. "El consumo de cannabis, y específicamente el consumo de THC, acorta el sueño REM, eliminando la capacidad de la mayoría de las personas para soñar debido al tiempo insuficiente en esta fase" (Babson, 2017)

Sin embargo, hasta el momento también se han logrado descubrir diversos efectos beneficiosos de los cannabinoides en relación el sueño, donde se pueden destacar la facilidad para iniciar el sueño, el incremento de las horas del sueño y el aumento de la duración del sueño profundo.

Cannabis

1.1 Razones del consumo.

en la última encuesta estatal sobre el uso de drogas en jóvenes adultos de 16 a 23 años ponen en manifiesto que a diferencia de lo que ocurre con el resto de las sustancias, las cifras de consumo del cannabis han descendido en un mínimo, respecto a otros años (2014-2018) siendo la droga ilegal más consumida. Revelando que tres de cada 10 estudiantes de 18 a 23 años consumen cannabis (Tims y al, 2002).

Habitualmente se dice que los problemas económicos, familiares y sociales, llevan a aumentar el distrés psicólogo. Provocando en su mayoría un consumo dependiente a la sustancia por su facilidad y efectos a corto plazo.

Llevando a la población adolescente a tener un consumo regular de sustancias como el cánnabis y otras. Esto se debe a que los efectos placenteros de esta sustancia pueden dar a pie a la búsqueda de nuevas sensaciones.

Dentro de las consecuencias del uso crónico del cannabis podemos encontrar una reducción considerable en la calidad del sueño REM (pedrosa, 2009), produciendo que las personas dejen de soñar y que su tiempo de sueño profundo disminuya gradualmente.

  1.  cannabinoides en medicina para la mejora del sueño

En la actualidad ya encontramos en el sector farmacéutico medicamentos con cannabinoides sintéticos o derivados del cannabis. El uso terapéutico del cannabis se aprobó en Canadá y Holanda en el 2002 para el tratamiento de esclerosis múltiple, náuseas y vómitos secundarios a la quimioterapia y a la radioterapia, dolor neuropático crónico, tratamiento paliativo para pacientes con cáncer y sida, entre otros (cita).

En México  la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) estableció nuevos lineamientos que establecen los criterios sanitarios para comercialización, exportación e importación de productos con uso industrial que contengan derivados de la cannabis en concentraciones del 1% o menores de tetrahidrocannabinol (THC), compuesto del grupo de los cannabinoides con efectos psicoactivos, aprobando 38 productos con base de aceite de cáñamo, sustancia que contiene el canabidinol (CBD) molécula del grupo de las cannabinoides que no tiene efectos psicoactivos, y con propiedades aptas para su uso como suplemento alimenticio, así como componente de productos cosméticos y alimenticios.  

A parte de estas propiedades terapéuticas, se ha demostrado un efecto asociado de mejora del sueño en estos pacientes. Así, la nabilona ha demostrado en pacientes con dolor crónico una gran mejora en la calidad del sueño (Berlach, Shir, & Ware, 2006). De la misma forma, el Sativex, además de reducir el dolor en pacientes con artritis reumatoide, esclerosis múltiple y dolor neuropático, mejoró la calidad del sueño de estos pacientes (Russo, Guy, & Robson, 2007; Blake, 2006).

Por otra parte, “el dronabinol también se ha asociado con una reducción en la actividad motora nocturna en pacientes con demencia y con la regulación del ciclo vigilia-sueño” (Walther, Mahlberg, Eichmann, & Kunz, 2006).

Debido a estos factores y la facilidad para el consumo de estos medicamentos derivados del cannabis, las personas suelen utilizar medicamentos derivados del cannabis para conciliar el sueño en su mayoría. Al ser un mercado nuevo en las farmacéuticas aún no hay tanta información para poder ver la lista de efectos secundarios que llevan a un uso crónico de ellos, como la disminución de la calidad del sueño profundo (REM)

  1. uso y abuso de cannabis

A medida que aumenta la edad se puede observar un incremento en la proporción de adolescentes que consumen cannabis.

En la comunidad, y en la mayoría de los países, existe el concepto tradicional de que el uso de cannabis fumada ya sea de forma esporádica, con fines lúdicos o crónicamente por dependencia fisiológica, es ilegal, inapropiado y peligroso para la salud. En nuestros días, su consumo es más frecuente, flexible y aceptable, pues sus promotores han organizado campañas efectivas para su tolerancia social y aprobación legal.

Cuanto más frecuente es el consumo de cannabis, mayores serán los síntomas depresivos y mayor la gravedad de la depresión.  Por un lado, muchos jóvenes con sintomatología depresiva consumen cannabis para sentirse mejor. Así mismo, el consumo de cannabis puede provocar sintomatología depresiva. La relación cannabis-depresión varía con la edad, de modo que la asociación es más fuerte en la adolescencia. 

  1.  consecuencias del uso prolongado del cannabis en la salud

Es conocido que el consumo de cannabis en humanos provoca alteraciones en las funciones cognitivas, aunque no ha quedado claro si dichas alteraciones son reversibles tras la abstinencia, sobre todo en sujetos con consumo prolongado. Existe un amplio consenso entre los diversos autores que han estudiado el cannabis de que el consumo de esta sustancia provoca en la mayoría de los usuarios alteraciones diversas tanto en el aspecto físico (boca seca, alteraciones en la pupila y en el ritmo cardíaco, etc.) como en el psíquico.

En este último destacan la sensación de euforia, aumento de la relajación, logorrea vacía de contenido, distorsión en la percepción del tiempo y del espacio, así como alteraciones en la memoria y en la concentración, entre otras. En ocasiones y, entre sujetos predispuestos, y por diversos motivos (dosis consumida, efecto del ambiente, expectativas ante el consumo), pueden aparecer crisis de angustia, fenómenos de despersonalización, ideas de referencia no delirantes y síntomas depresivos.

En ocasiones, y en sujetos con determinados rasgos de personalidad o con antecedentes familiares de psicosis, el cannabis puede provocar la aparición de episodios psicóticos, con sintomatología similar a la de la esquizofrenia, de breve duración y con remisión completa tras la abstinencia  en los que la anandamida está implicada como mediador (Andrearssons S, 1987), aunque algunos autores  (Miller LL, 1984) han planteado la posibilidad de que el cannabis pueda provocar la aparición de esquizofrenias.

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