ASERTIVIDAD Y CONVIVENCIA SOCIAL

ASERTIVIDAD Y CONVIVENCIA SOCIAL

Actualmente, al menos en Occidente, ya se ha dado un paso hacia el respeto de la vida física de las personas pero no existe el mismo nivel de respeto hacia las personas en su ámbito emocional. La cultura occidental es competitiva y agresiva. Es frecuente el menosprecio, la descalificación y el insulto hacia la persona en cualquier ámbito social: familia, trabajo, política, vecinos, amigos, etc.(y no hacia los hechos de las personas sino hacia las personas mismas, con el fin de agredirlas emocionalmente e intentar así sojuzgarlas o desprestigiarlas), y este tipo de cultura se fomenta en los medios de comunicación con harta frecuencia, y solo hay que verlo en los concursos de TV para seleccionar cantantes, cocineros y demás historias como son descalificados de forma despiadada los candidatos por algunos componentes del jurado, que actúan con saña  haciendo sufrir a los candidatos que se les pone a tiro hasta llevarlos al derrumbe psicológico, con la impunidad de la sociedad que no reacciona ante ese tipo de agresividad gratuita porque lo considera normal, como algo implícito a nuestra cultura.

Este es el segundo paso que falta por dar en la sociedad, después del que se dio hace ya tiempo del derecho a la vida física de las personas, al igual como el respeto a la libertad de pensamiento, llegando el momento de institucionalizar el derecho al respecto emocional de las personas, a aprender a relacionarnos y a convivir de forma asertiva, y a que la asertividad sea una asignatura necesaria para ser ciudadanos civilizados como lo es el código de circulación para ser conductores de autos.

Cambiar la actitud de agresivo a asertivo, en teoría parece fácil pero en la práctica no lo es porque existe un cableado neuronal  ya instalado que nos lleva a repetir de forma automática la conducta que hay grabada por nuestro entorno en nuestro cerebro desde la infancia. Requiere de la reconducción de los pensamientos (adquirir nuevos pensamientos asertivos y relegar los agresivos), y sobre todo practicar cuando se nos presente cualquier ocasión, que son muchas al cabo del día. Y es muy gratificante el relacionarse con personas que participan en la misma cultura asertiva, con quienes poder participar de un mismo punto de vista común frente a la cultura de la agresión emocional hacia las personas que existe de forma institucionalizada en nuestra sociedad.

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