Adolescentes, consumo de drogas y ambiente escolar.

Adolescentes, consumo de drogas y ambiente escolar.

Son varios los conceptos construidos, históricamente, con el propósito de dar significado a la realidad y a la evolución del fenómeno del consumo de drogas y de pendencia química. Se considera importante, por lo tanto decodificar esos conceptos a la forma en la que son representados en los medios científicos: droga, drogas psicoactivas, adicción, drogadicción, toxicomanía, dependencia, dependencia química, adolescencia, violencia.

La etimología de la palabra “droga” es controversial, pudiendo tener por lo menos tres orígenes: del persa droa, significando olor aromático; del hebraico rakab, perfume; del holandés doog, sustancia u hoja seca (Seibel y Toscano Jr., 2001). Una definición didáctica es aquella que define droga como “cualquier sustancia que es capaz de modificar la función de organismos vivos, resultando en cambios fisiológicos o de comportamiento” (Galduroz y otros, 1997: 127).

La palabra psicotrópico está formada por otras dos: psico, oriunda del griego y se refiere al psiquismo, y trópico (tropismo), lo que significa atracción por. Por lo tanto, drogas psicotrópicas son substancias que poseen atracción por actuar en el psiquismo, “ocasionando alteraciones en la percepción, en la emotividad y en el comportamiento” (Oliveira, 1997: Xll).

Existe también el termino drogas psicoactivas, que, según la OMS (de acuerdo con Galduroz y otro, 1997: 127), son aquellas que alteran el comportamiento, el humor y la cognición.

La palabra adicción es originaria del latín addico, que significa adjuntar o designar. Su forma en el participio addictum significa lo ofrecido u ofrendado. En los tiempos de la Republica Romana, el addictum representaba al hombre que, no poseyendo condiciones para pagar sus deudas, se ofrecía como esclavo (Kalina y otro, 1999).

En la lengua portuguesa, la palabra adicción significa también inclinación o apego por una cosa , siendo empleado el adito para calificar a alguien francamente propenso a la práctica de alguna actividad, creencia, ideología, etc. (Kalina y otro, 1999).

Así como en los tiempos romanos, el addictum era alguien que se encontraba en una condición inferior a aquella a la que se estaba habituando, perdiendo así su identidad y asumiéndose como marginal (Kalina, y otros, 1999), el drogadicto se encuentra en una posición marginal, desprovista de su propia identidad. Ese termino (drogadicto), por lo tanto, significa dependencia de la droga.

Cuando se habla de “adicciones” se debe de tener en mente que, además de aquellas oriundas de substancias toxicas prohibida, existen las “adicciones socializadas” que no se restringuen al alcoholismo y a fumar, sino que también engloban al abuso de medicamentos—ansiolíticos, anfetaminas, etc.—el trabajo como escape de los problemas, la sexualidad pervertida, los juegos, entre otros socialmente aceptados (Kalina, y otro, 1999).

Analizando la historia de la humanidad, Bucher (1991:17) observo en todas las sociedades la presencia de dorgas, ya sea en forma de cultivo, divulgación o consumo:

Tres funciones sociales de ese consumo se destacan: superar la angustia existencial, entre un contacto con fuerzas sobrenaturales, obtener placer. Esos tres objetos son alcanzados de manera integrada o, por el contrario, de manera marginal.

Según la OMS, la taxicomanía puede ser considerada como “un estado de intoxicación periodica o crónica, nocivo al individuo y a la sociedad, causado por el consumo repetido de droga sistematica o natural” (Cavalcante, 1991: 20).

Por lo tanto, cuando se analiza la taxicomania puede ser considerados los multiples aspectos que rodean la cuestión. El sentido común acostumbra señalar a la taxicomania como un problema individual preveniente de la personalidad y también de la clase social del individuo. Eso puede ser visualizado de la propia familia del usuario de drogas, que, muhas veces, tiene la tendencia de negar problema o a no reconocer su personalidad, transfiriendo al usuario toda la “culpa” por la situación que “afecta” a la familia, ignorando que, en la mayoría de los casos, esta forma parte del origen del problema, pues se ha visto que

[….] La historia individual, la naturaleza del vinculo del usuario con la familia, su papel es la estuctura familiar, los mitos caracteristicos de cada familia y las patologías familiares son algunos de los elementos importantes para la comprensión del fenómeno (Costa, 1991: 77)

La dependencia química representa una relación del usuario con la droga, relación imposible de romper sin sufrimiento (Cavalcante, 1997). La dependencia se caracteriza por un fuerte impulso para “usar droga de forma continua (siempre) o periodica (frecuentemente) para obtener placer”, o también con la finalidad de que el organismo funciones “normalmente”, en virtud de que la ausencia de la droga puede provocar síntomas físicos (crisis de abstinencia) (Silveira y Silveira, en Ferreira, 2000: 14).

La OMS ya no recomienda el uso del termino de adicción, vicio o habito, por considerar que el abuso de drogas no puede ser definido simplemente en función de la cantidad y la frecuencia de uso. Recomienda apenas la palabra dependencia y esta se asume cuando:

El nivel de consumo manifiesta, por lo menos, tres de los siguientes síntomas o señales, a lo largo de los últimos doce meses anteriores al diagnostico: a) fuerte deseo o compulsión de consumir drogas; b) consiencia subjetiva de dificultades en la capacidad de controlar la ingestión de drogas, en cuanto al inicio, termino o nivel de consumo; c) uso de sustancias psicoactivas para atenuar síntomas de abstinencia, con plena conciencia de la efectividad de tal estrategia; d) estado fisiológico de abstinencia; e) evidencia de tolerancia; f) estrechamiento del repertorio personal de consumo; e) negligencia progresiva de otros placeres e intereses del uso de drogas; g) persistencia en el uso de drogas, a pesar de una clara presencia de manifestaciones dañinas; h) evidencia de que el retorno al uso de la sustancia, después de un periodo de abstinencia }, lleva una reaparición rápida del cuadro anterior (Galduroz, y otros, 1997: 127-128).

La adolescencia se caracteriza por una fase de transición entre la infancia y la vida adulta. Se trata de un periodo de búsqueda de identidad y de independencia que implica contradicciones, rupturas y conflictos entre, las normas y los valores legitimados por la sociedad. Esa fase del desarrollo del ser humano (la adolescencia), clasificada por varias disciplinas como la Medicina, La psiquiatria, la Psicologia y la Sociologia, el Trabajo Social, entre otras, es respetada como un periodo de fragilidad del sujeto, por lo tanto, determinante para el inicio del

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