Anna Freud
alice_escotoResumen17 de Abril de 2013
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RESUMEN
Anna Freud fue una psicoanalista de la infancia que trató de dar continuidad a la obra de su padre. Revisamos en este trabajo su vida y sus trabajos más importantes, resaltando su aportación a la psicología del ego y las controversias que tuvo con Melanie Kleina partir de sus respectivas concepciones del desarrollo infantil y de los fenómenos transferenciales.
Palabras clave: Anna Freud, Melanie Klein, psicoanálisis del niño, Controversias, psicología del ego.
SUMMARY
Anna Freud was a child psychoanalyst that aimed to continue her father's work. We review on this paper some important aspects of her life and her most important works, outstanding her contributions to the Ego's psychology as well as the controversies with Melanie Klein on the differents approaches to the child development and transference phenomena.
Key words: Anna Freud, Melanie Klein, Child's psychoanalysis, Controversies, Ego'psychology.
La etapa vienesa de Anna Freud: años de formación y despegue
Anna Freud (1895-1982) vino al mundo en Viena el 3 de diciembre de 1895, siendo la sexta y última hija de Sigmund Freud y Martha Bernays. Annerl, como era conocida familiarmente, empezó su escolarización a los seis años, luego accedió al Lyceum y posteriormente se formó como institutriz de escuela primaria, llegando a dominar, además de su lengua materna, el inglés, el francés y algo el italiano. Durante la Primera Guerra mundial comenzó a frecuentar las reuniones de la Asociación Psicoanalítica de Viena y cuando dio fin la contienda bélica trabajó bajo la dirección de Siegfred Bernfeld en un orfelinato de niños judíos, el Instituto Baumgarten, que fue fundado en Viena en 1919 en el antiguo Hospital Militar (1). Pronto se integrará en esta institución Wilhelm Hoffer y los tres empezaron a reunirse periódicamente, grupo al que se sumaría August Aichhorn, que era director de una institución municipal para reeducar a jóvenes delincuentes, llamada Oberhollabrün, que había sido fundada en 1918.
En octubre de 1918, Anna empieza a psicoanalizarse con su padre, controvertido análisis que se extendió, en principio, hasta la primavera de 1920, tratamiento que dio comienzo tras haber abandonado su profesión de institutriz para recuperarse de una tuberculosis pulmonar. En la primavera de 1924, reemprendió su análisis durante un año más, ya que mostraba un inadecuado dominio de los fenómenos transferenciales en sus tratamientos (2). Antes de ello, en 1921, conoció a Lou Andreas-Salomé, iniciando un provechoso contacto personal y de formación. Lou, por ejemplo, le supervisó la conferencia que pronunció el 31 de mayo de 1922 para ser admitida como miembro en la Asociación Psicoanalítica de Viena, titulada Las fantasías de flagelación y las ensoñaciones, que tenía un contenido autobiográfico oculto (2).
En torno a 1922 Anna asiste como invitada a la clínica universitaria del profesor Wagner-Jauregg, donde era el primer ayudante Paul Schilder y el segundo ayudante Heinz Hartmann (3). En 1923, pensaba instalarse en Berlín para continuar su formación y ejercer como analista, pero dio la cara el cáncer de paladar de su padre y se quedó para cuidarlo, misión que no abandonaría hasta su muerte. Por entonces, comienza su práctica psicoanalítica con pacientes adultos, pero muy pronto se ocupó del campo infantil, ya que por no ser médico sólo le estaba permitido trabajar con niños.
A finales de 1924, Anna había iniciado el tratamiento de una jovencita de 15 años llamada Minna, estableciendo paralelamente una sólida amistad con la madre de la chica, Eva Rosenfeld, con quien fundó una escuela infantil de orientación psicoanalítica, que era dirigida por Eva. Anna estaba por estos años muy interesada por la experiencia de Vera Schmidt en Moscú, donde había fundado un Laboratorio-Hogar para Niños en 1921 con el fin de tratar pedagógicamente a chicos pequeños bajo directrices psicoanalíticas (4). En el otoño de 1925 tomaría en tratamiento a Bob, uno de los hijos Dorothy Burlingham, que sería su gran amiga; poco después se ocuparía también de sus tres hermanos (Mabbie, Tinky y Mikey).
Cuando en 1925 se crea el Instituto Psicoanalítico de Viena, Anna es nombrada secretaria, siendo directora Helene Deutsch y director adjunto Siegfried Bernfeld. En el seno de este Instituto, junto a Hoffer, Aichhorn y Bernfeld, pone en marcha un seminario dedicado al psicoanálisis infantil (Kinderseminar).
Anna Freud, Dorothy Burlingham y Eva Rosenfeld, convencidas del valor del psicoanálisis cara a la educación del niño, crean en 1929 una escuela infantil en la casa de la última de ellas, donde trabajó Erik Erikson, que fue analizado por Anna. Por entonces, Anna Freud dictó una serie de conferencias para formar al personal que trabajaba en las guarderías de los barrios obreros de Viena y fue nombrada redactora del Zeitschrift für psychoanalytische Pädagogik, revista dirigida por Willie Hoffer, que desapareció en 1938 para ser reemplazada años después por The Psychoanalytic Study of the Child. En conexión con sus intereses de este período, Anna publica el libro Introducción al psicoanálisis para educadores (5), tratando de establecer pautas psicoanalíticas adecuadas con fines profilácticos para evitar futuros trastornos neuróticos en los niños. Con el paso del tiempo, cambiaría de opinión, percatándose de la necesidad de actuar no sólo educativamente, sino en forma terapéutica para poder llevar a cabo genuinas prevenciones (6).
En torno a 1935, Anna estaba preocupada por el desarrollo de los hijos de Dorothy, que ya eran adolescentes. La reflexión que derivó de estas observaciones fue la base de su texto más conocido y citado, editado el año siguiente, El yo y los mecanismos de defensa (7), en el que se da una gran importancia a la función adaptativa de algunas defensas del yo, sentando las bases de la psicología del ego.
En 1937, junto a Burlingham, y con el fin de ayudar psicoanalíticamente a los niños pobres y desamparados, Anna abrió en Viena la guardería Jackson, donde se ocupaba de los hijos menores de tres años de las obreras judías. Esta iniciativa se vio pronto frustrada, pues el 12 de marzo de 1938 los nazis clausuraron el centro y la Gestapo detuvo a Anna durante unas horas, episodio que convenció a Sigmund Freud de la necesidad de marcharse a Londres, cosa que hizo junto con parte de su familia el 4 de junio de 1938.
Los iniciales enfrentamientos teóricos y técnicos con Melanie Klein
Toda la experiencia que Anna había adquirido en su trabajo con chicos sirvió para la elaboración de otra obra fundamental, Psicoanálisis del niño (8), donde mostraba claras diferencias teórico-técnicas con el modelo que estaba proponiendo Melanie Klein a partir del Congreso Psicoanalítico de Salzburgo de 1924. Los enfrentamientos eran particularmente fuertes en lo que tocaba a los fenómenos transferenciales y al análisis precoz, negando Anna la existencia de una genuina neurosis de transferencia en los niños pequeños (por estar aún muy ligados a sus padres, lo que imposibilitaría el desplazamiento al analista de las actitudes y afectos que conforman la primitiva neurosis) y por tanto la posibilidad de un verdadero psicoanálisis en ellos, lo que obligaba al terapeuta a comprometerse con el fortalecimiento del inmaduro yo infantil, así como ayudar al establecimiento de un superyó armónico a través de acciones educativas o de apoyo. Además, no aceptaba el juego como equivalente de la asociación libre, calificando de salvajes las interpretaciones de Klein, criticando su excesivo interés por la realidad psíquica subjetiva con abandono de la realidad objetiva. Klein (9) defendía la presencia de particulares angustias y defensas desde momentos muy precoces del desarrollo, las cuales invadirían las fantasías de los juegos infantiles en el encuadre psicoanalítico por ella definido, manteniendo con tenacidad su convicción de la realidad de los fenómenos transferenciales de sus pequeñísimos pacientes y resaltando la necesidad de interpretarlos analíticamente para lograr la cura, excluyendo todo matiz pedagógico.
La etapa británica: las "Grandes Controversias"
Tras la muerte de Sigmund Freud en Londres, el 23 de septiembre de 1939, Anna se dispuso a continuar su trabajo psicoanalítico, aunque la Segunda Guerra mundial vino a complicar las cosas. Por entonces, los kleinianos eran dueños de la Asociación Psicoanalítica Británica y vivieron mal la presencia de Anna, pues pensaban que podía alterar la autonomía alcanzada respecto a los psicoanalistas centroeuropeos. Estos enfrentamientos abocarían en las llamadas Grandes Controversias que se extendieron desde 1941 a 1945, que llevaron a confrontaciones muy intensas entre los annafreudianos y los kleinianos.
Por otro lado, en 1941, Anna y su grupo crean una guardería y residencia en el n1 13 de la calle Wedderburn, zona de Hampstead, destinadas a los niños del East End que habían vividos terribles experiencias de bombardeos en la guerra y que se encontraban en una indigencia absoluta. Así mismo puso en marcha un centro de evacuación cerca de Essex para chicos mayorcitos, en una casa de campo llamada New Barn, además de una institución para bebés en el n1 5 de Netherhall Gardens, llegando a atender allí a más de ciento veinte niños. Estas experiencias llevaroron a Anna Freud y Dorothy Burlingham, que vivían juntas en Maresfield Gardens 20, a percatarse que las reacciones psicopatológicas
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