Antivalores
angelicaroblesro16 de Octubre de 2013
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OBJETO DE ESTUDIO 6: Antivalores.
6.1 Definición de antivalores.
Los seres humanos nos caracterizamos por desarrollarnos, educarnos y formarnos socialmente, por estar en constante relación con los demás, por interactuar una y otra vez con diversas personas; y es precisamente la forma en la que llevemos acabo nuestras relaciones humanas las que nos definen como personas pues dentro de éstas relaciones están inmersas ideas, decisiones, reacciones, actitudes; que nos permiten a cada momento reflejar y poner en práctica nuestros valores pero también nuestros antivalores. Dichos valores o antivalores son determinantes en nuestro proceder y por lo tanto, dan sentido y rumbo a nuestras vidas como personas pero también como sociedad.
Cuando el hombre aprecia algo, lo aprecia porque le agrada, porque lo hace sentir bien y porque lo quiere hacer parte de él. Así es como sucede con los valores, son elegidos libre e individualmente entre varias opciones a través de un gran proceso de constante socialización al que inevitablemente está expuesto el hombre y el cual conlleva actitudes, ideas, costumbres, etc., de esta forma, los valores son expresados de manera práctica en los comportamientos.
Los valores y los antivalores, se inculcan y se transmiten más fuertemente durante la infancia, pero una vez que el hombre comienza a ser independiente en sus elecciones, puede modificar los que ya posee e incluso incorporar los que él prefiera; es decir, son elegidos libre e individualmente dependiendo de las necesidades y metas de cada persona; esta elección es a través de una serie de aspectos pertenecientes al hombre y a los cuáles les da gran importancia; tales aspectos son mencionados por BARTOLOMÉ (1985:29); se refiere al aspecto intelectual, al racional y al lógico; sin embargo, no deja de lado la intuición, el sentimiento ni la afectividad pues dice que éstos juegan un papel muy importante.
Los seres humanos a lo largo de nuestra vida vamos adoptando nuevos valores, así como modificando los que ya poseemos; sin embargo, así como cada individuo y cada sociedad se caracteriza por sus tradiciones, ideología, valores, etc.; también puede darse a conocer por sus aspectos negativos por sus malas actitudes o por sus antivalores. Por ende, estamos expuestos a ir adquiriendo nuevos valores; pero también corremos el riesgo de caer en los antivalores, pues hay que aceptar que al hombre se le complica actuar de manera adecuada. Ya que como menciona HERNANDO (1999:15) “a todo valor corresponde un antivalor por esta razón se habla de una bipolaridad de los valores; es decir, que cada valor ofrece un polo positivo y otro negativo, aunque sólo se considere valor el positivo”. Así, los antivalores se oponen y truncan la intención de los valores, además de que complican la interacción entre los sujetos, traen conflictos y crean una imagen desagradable.
El optar por los antivalores acarreará consecuencias, las cuáles serán seguramente negativas, además de que cuando una persona actúa contrariamente a sus valores por alguna razón o porque se vio obligada por las circunstancias, llega el momento en que se muestra inquieta o con arrepentimientos lo cual le trae conflictos emocionales.
Una persona inmoral es aquella que se coloca frente a los valores que sabe que existen, en actitud negativa, para rechazarlos o violarlos.
La importancia del respeto en las diferencias.
La palabra respeto viene del latín “respectus” que significa ver, considerar a los demás; el respeto exige un trato amable y cortés, es la esencia de las relaciones humanas pues es el valor clave para tener una vida tranquila personal y en comunidad; el respeto es valorar a los demás, considerar su dignidad y acatar su autoridad cuando es pertinente. El respeto se acoge siempre a la verdad, no tolera bajo ninguna circunstancia la mentira, y repugna la calumnia y el engaño.
Cualquier persona que pida respeto, debe mostrarlo primero, pues ésta es la mejor forma de incitar a dicho valor ya que “el respeto hacia uno mismo se basa en el respeto que se profesa al otro como persona” CARRERAS (2001:199). Debemos tratar a los demás como nos gusta ser tratados.
El antivalor del respeto es la imposición del propio parecer; es decir, querer que los otros sean, piensen, actúen de la manera en que nosotros lo hacemos, lo que nos lleva a ser injustos, intolerantes e incomprensivos.
“La imposición del propio parecer, como intento de uniformar a todos según los propios principios o criterios. La imposición surge de la presunción, de la creencia de la superioridad, de la propia fe, de la propia raza o de las propias ideas”. LLANES (2002:92). Es decir, algunas personas por creerse superiores a otras por el tipo de vida que llevan, tratan de humillar a los demás y por lo tanto quieren imponerles sus ideas, costumbres, etc.; o en otras ocasiones las ridiculizan tachándolas de mediocres que no saben vivir, vestir, hablar etc.
La falta de respeto se caracteriza por la desconsideración, el deshonor, la falta de atención y tolerancia. Las personas tienden a ignorarse entre sí, actuando a veces como si los otros no existieran, indiferentes ante personas que no forman parte de su “círculo social”. Cuando necesitamos interactuar con alguien no es fácil, es incómodo, estresante y a veces confrontativo.
La rudeza es común; la cortesía es abandonada; y desafortunadamente, esto puede convertirse en una forma de vida para algunas personas; ya que en ocasiones se tiende a inculcar estas ideas a las personas desde pequeñas, para que no se relacionen ni tengan algún tipo de consideración con alguien de diferente raza o nivel económico. Éstas, son formas de promover el antivalor del respeto.
Existen otros antivalores que impiden el respeto que son: el egoísmo, la desfachatez, la desconsideración, la desigualdad y la incomprensión. Como seres humanos que somos, debemos de entender que cada persona es un mundo, es una historia, es una vida, y como tal merece respeto.
Tolerancia como un valor de respeto.
La tolerancia es un valor que ayuda a que las personas tengan una mejor relación con otros sujetos, la tolerancia consiste en tratar de comprender las actitudes y comportamientos de los demás aunque sean contrarios a los propios o vayan contra lo que consideramos correcto. Al hablar del valor de la tolerancia estamos hablando también de un respeto a la diversidad de géneros, de costumbres, creencias, clases sociales, razas, ideas, sentimientos, etc.
Una persona es tolerante cuando permite que otras personas expresen sus ideas, sentimientos, etc. sin recriminar nada, y respetando sus puntos de vista, así como también cuando muestra paciencia ante ciertos actos con los cuales no está de acuerdo. “La tolerancia no significa indiferencia hacia los demás, sino el reconocimiento de sus diferencias y de su derecho a ser diferente” FETSCHER (1996:143). El ser tolerante no significa ser insensible e indiferente ante los que no se muestran como uno mismo, el ser tolerante implica tratar de ser empático para con los demás, mas no por tratar de ser empático tenemos que soportar diálogos o situaciones incomodas en las cuales, se muestren faltas de respeto, ofensas o alguna acción que agreda nuestra integridad como personas.
El antivalor de la tolerancia es la intransigencia “Es la actitud fanática de algunos sujetos que exige, a todos y en todo momento, un comportamiento de acuerdo con las prioridades y normas que posee”. LLANES (2002: 91) Una persona intransigente es aquella que no admite ni perdona algún error de otras personas, además de no aceptar otros puntos de vista o formas de vivir; una persona intransigente solo toma en cuenta sus intereses, sin ponerse en la situación o en el lugar del otro; el intransigente piensa que las cosas están bien si se hacen como él quiere y como él piensa, sin importarle que él otro tenga la razón o que esté en su derecho de opinar o de actuar diferente. Todo este comportamiento puede traer como consecuencia una marginación, un desgaste que ocasiona dificultades en la integración con otros sujetos, ya que los debilita y empobrece.
Las personas que carecen de este valor tan importante que es la tolerancia, suelen ser muy rígidos con ellos mismos y por lo tanto también lo son con las otras personas; buscan la manera de convencer a los demás de que piensen como ellos o simplemente de que ellos tienen la razón.
Libertad: una decisión consciente y responsable.
La libertad es un valor que constituye al ser humano, es parte de su estructura. El hombre posee libertad y con ello la capacidad de elección al guiar su vida. Para actuar con verdadera libertad, ésta incluye otros valores como el respeto a nosotros mismos y el respeto a los demás; es decir, respetar nuestra capacidad de autocontrol y autodeterminación a la hora de elegir, pues es en esto precisamente en lo que consta nuestra libertad al evitar ser manipulados y a la vez evitar manipular las decisiones de los otros a través de las presiones o los chantajes.
El antivalor de la libertad es la desconsideración ante la libertad de los demás, al afectar la libertad de los que nos rodean, estamos actuando irrespetuosa e injustamente con su persona además de propiciar conflictos al entrometernos en su vida.
Otro antivalor de la libertad, es la esclavitud con o sin “cadenas o barrotes” es decir, el estar privado de la libertad no es sólo para aquellos que se encuentran encarcelados; cualquier persona puede ser esclava
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