Atribuciones

Atribuciones

Las atribuciones son las explicaciones de causa-efecto que construyen las personas respecto a las cosas que les suceden a sí mismos o a los demás o La atribución es la explicación que elaboramos sobre las causas de la conducta de los demás y de uno mismo. Esta explicación nos ayuda a dar sentido, manejar y predecir el mundo social que nos rodea.

En situaciones inesperadas que en alguna medida rompen el curso normal de la vida diaria; son fundamentalmente negativas y le hacen sentir que pierde el control sobre los acontecimientos, lo que hace reflexionar sobre las causas que subyacen a lo sucedido. También nos damos cuenta que cuando generamos atribuciones, ya se puedan confirmar o no nos es más fácil seguir adelante.

En los procesos atributivos la causa no es siempre observable sino deducida por el que realiza el análisis causal. Estos procesos se centran en fenómenos cotidianos y psicológicos más que físicos, a los que las personas dan explicaciones ingenuas o de sentido común.

La atribución ocurre a todos los niveles de análisis de la realidad psicosocial y en todos ellos tiene un carácter social. Su origen reside en la información social y es influida por la interactuación social. Su objeto es un acontecimiento que tiene que ver con personas o que tiene consecuencias sociales. Es compartida por los miembros de un grupo o social.

Las personas perciben el mundo en términos de causas y efectos. Desde siempre ha habido debate sobre si la atribución es un proceso espontáneo u ocurre en determinadas circunstancias. Muchos estudios demuestran que las atribuciones son espontáneas y los sujetos ni siquiera son conscientes de haber hecho una inferencia causal. Cuando se experimenta falta de control ante acontecimiento tales como un suspenso o una enfermedad, las explicaciones dan significado a lo que está ocurriendo y ayudan a recuperar la percepción de control.

Racionalizar la experiencia de una emoción, sobre todo si es negativo, reduce la intensidad de las emociones incluso aunque se trate de una atribución errónea. Es decir, si estás triste y te preguntas por qué estás triste, automáticamente nos sentiremos mejor. Es importante poder “vernos” a nosotros mismos desde fuera y desvincularnos de nuestras emociones de vez en cuando.

Las relaciones entre estos elementos en el proceso atributivo, por un lado, permiten en el proceso atributivo realizar predicciones sobre el éxito o el fracaso de una acción concreta y por otro lado el análisis causal una vez realizada la acción. En el ejemplo para ayudar a un compañero en su trabajo de ciencias se necesita motivación y capacidad. Sin embargo, que se pueda o no ayudar realmente al compañero dependerá de la unión de la motivación y la capacidad con los factores ambientales, como la dificultad de la tarea y la suerte. Se podrá ayudar al compañero en su trabajo si la capacidad y la motivación del que ayuda son suficientes para la dificultad de la tarea, pero no si ésta, la tarea, las supera, a no ser que intervenga la suerte.

En general, el observador o perceptor hará una atribución interna de la conducta del actor cuando observe que éste tiene la capacidad y la intención (motivación) de llevarla a cabo. En cambio, atribuirá la conducta del actor a una causa externa o ambiental cuando la dificultad de la tarea exceda la capacidad de éste o no perciba en él la intención de realizar dicha conducta.

La forma en que el perceptor llega a conocer cuál de los efectos era intencionado pasa por ciertas suposiciones o criterios. En primer lugar, la persona que actúa debe tener conocimiento de los efectos de su acción. Y segundo, tiene que poseer la capacidad para conseguir el efecto deseado.

La teoría de la atribución entiende la acción como un cambio en el ambiente que es consecuencia común de fuerzas personales y ambientales. Un psicologo

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