Autoestima - ensayo

        La autoestima es la capacidad de valorar y tratar positiva y adecuadamente a nuestro “yo”, los componentes de la autoestima son el amor, la dignidad y la realidad, es como si fuera una barra de chocolate que, nos da energía, nos hace sentir bien en función de una validación, sentirse importante con y para los demás y con uno mismo.

        La analogía de la olla con la autoestima, pienso que es acertada, cuando se posee un alto nivel de autoestima, la olla está llena, permite movilizar a la persona para realizarse; cuando la olla está vacía, no hay energía que mueva a las personas a sentirse bien. En palabras de la autora, Virginia Satir (2002), no todo el tiempo se está en plenitud, pueden darse crisis, pero son momentáneas; en cambio, una persona con baja valía personal, se queda estancada den la melancolía y la soledad. Depende de cuánta energía tengamos en ese olla de la autoestima, si es mucha, por tanto, voy a valorarme, resolveré mis problemas y seré compasiva, en contra partida, una baja valía consiste en una persona disgustada y negativa, su olla está vacía.

        La autoestima recibe innumerables relaciones con la crianza y la infancia, queda determinado un camino regio a cómo será, si baja o alta. “El sentimiento de baja valía fue aprendido, es factible desaprenderlo e integrar un nuevo conocimiento en su lugar…” (Satir, 2002). Poseer baja valía persona, es no creer en sí mismo, poniendo un ejemplo personal, es cuando logro un meta muy importante, pero no me alegro por ello, me reprocho por no haberlo hecho mejor; esa es la olla vacía. No necesariamente es un sello personal o ley general: si sufriste de carencias o jamás apreciaron tus cualidades, tendrás baja valía personal, pero sí es un factor bastante influyente en la configuración de esta.

        Otra barrera o impedimento para la autoestima, es la vivencia en el pasado, no presenciar ni darse cuenta en el presente de la apreciación tal como somos, en mi caso, a veces pasa eso, me estanco hace cinco o seis años, mi olla de la autoestima se vacía instantáneamente, y me cuesta mucho trabajo comenzar a llenarla de nuevo.

“Al respetar todas las partes de la personalidad y tener la libertad de aceptar dichas partes, ponemos los cimientos para edificar la autoestima…” (Satir, 2002). Es un camino arduo llegar a la plenitud de la valía personal alta, implica un esfuerzo muy grande por renunciar a los prejuicios, las expectativas de los demás y el “qué dirá la gente”, que yo pienso como cadenas que impiden liberarse y conseguir la libertad de sentir bienestar y amor propio.

        Nadie, o en mi caso personal, observa o se mantiene al tanto (me mantengo al tanto) de lo que sucede con la olla de la autoestima, es algo que no cobra importancia, hasta que uno se enfrenta a un proceso terapéutico.

Referencia:

Satir, V. (1976). Nuevas relaciones humanas en el núcleo familiar. 2ª edición. Editorial Pax México, D.F.

...