Autoestima
daisy212929 de Septiembre de 2013
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ORIENTACIONES PARA AUMENTAR LA AUTOESTIMA
Consideraciones
Con mucha frecuencia las experiencias capaces de reforzar la autoestima están relacionadas con el colegio, y por ello producen una ansiedad con la que el/la niño/a lucha continuamente; la carencia de autoestima le lleva a obtener malas notas y éstas le inducen a considerarse todavía menos, a tener menos estimación por sí mismo/a. De esta forma, el/la niño/a entra en un círculo vicioso del que le resulta cada vez más difícil salir.
Cuando aumenta la autoestima, la ansiedad disminuye y ello permite que el/la niño/a participe en las tareas de aprendizaje con mayor motivación.
Orientaciones
• Mostrar interés cuando el/la niño/a/a realiza un trabajo, expresándolo con palabras, opiniones, juicios y actitudes.
• Demostrar al/la niño/a cariño, mediante gestos de aprobación, contacto físico (besos, caricias, abrazos...).
• Los regalos son otra forma de demostrar satisfacción y premiar el trabajo.
• Cuando hay una actividad que no está bien realizada, hay que decirlo, pero hay que tener presente que se critica el fallo, no la persona ( “eres un inútil”/”opino que eso no lo has hecho bien”).
• Evitar el uso de “muletillas” insultantes y no sentidas: “estás tonto...”, o de comparaciones: “Tu hermano es más pequeño y es más listo...”. Hay que comentar lo que han hecho mal, porqué lo han hecho mal y sugerir una forma de actuación mejor.
• Manifestar complacencia, elogiándole, cada vez que el/la niño/a/a nos presente una actividad realizada, reconocer el esfuerzo realizado (“me gusta”... “vale”, “estupendo”...).
• Asumir sus limitaciones, fracasos..., como algo connatural no solo a la edad infantil o adolescente.
• Valorar más el esfuerzo, el empeño en hacer las cosas bien, que los buenos resultados.
Apunte de Programa:
• Entrene al/la niño/a a autoobservarse atendiendo a su propia conducta y registrarla. Autoobservarse es darse cuenta de las condiciones (frecuencia, duración, intensidad, circunstancias, etc) en que el/la niño/a hace algo. Puede comenzar por observar el comportamiento de los/as demás/as. Por ejemplo las interrupciones que hace al/la alumno/a en clase.
• Después podría centrar su atención en alguna conducta suya. Por ejemplo: el nº de veces que dice al día “esto yo no lo sé hacer “.
• Haga reflexionar al/la niño/a para que aprenda a dotar de significado su propia conducta: ¿por qué he hecho esto?, ¿para qué lo he hecho?, ¿cómo me encuentro después de...? ¿cuál ha sido el motivo de...?.
• Cada vez que el/la niño/a realice una conducta positiva, adecuada y deseable debe dirigirse a sí mismo/a un comentario elogiante: “¡Muy bien. Mejoro poco a poco!, “ ¡Yo solo/a lo he conseguido!”, “ ¡ Me siento muy bien por ello ¡”.
• El comportamiento final que debe establecerse en el repertorio del/la niño/a debe secuencializarse, pormenorizarse en sucesivas fases sencillas. Por ejemplo comportamiento final: mayor autonomía (y seguridad). Conductas: 1. Sentarse a trabajar en la mesa del/la profesor/a. 2. Sentarse en una mesa cerca de la mesa del/la profesor/a. 3. Sentarse en su mesa, pudiendo levantarse 4-5 veces a consultar al/la profesor/a. 4. Sentarse en su mesa, pudiendo levantarse 2 veces a consultar al/la profesor/a. 5. Sentarse en su mesa y trabajar solo/a. Llevar el trabajo al/la profesor/a al final de la mañana.
• Entrene al/la niño/a a autoadministrarse refuerzos (verbalizaciones y pensamientos) cada vez que logre avances en su conducta pero también debe incorporar pensamientos de dominio de la situación para cuando las “cosas no vayan bien”: “ “¡Me salió mal pero lo volveré a intentar”!, “El error fue debido a...”, “da igual, puedo mejorarlo “.
• El/la niño/a podría hacer como ejercicio un listado de frases positivas para utilizarlas como consecuencia de su conducta.
• Entrénele ( escribir, dibujar, hablar...) a emitir comentarios totalmente contrarios a sus pensamientos negativos ( ¡ no valgo para nada!, ¡ no sirvo!, ¡ todo me sale mal!, ¡ soy muy feo/a ¡ ): “ ¡ Valgo por lo menos para esto ¡”, “ Esto no lo hago demasiado bien, sin embargo esto otro se me da estupendamente”, “ No soy Robert Redford, pero me defiendo!.
• El/la profesor/a puede convencer al/la niño/a de lo irracional de algunos pensamientos que le deprimen y le hacen infravalorarse y podría hacer un listado de conductas positivas más destacables del/la niño/a y utilizarlas como reforzadores: “Te sale muy bien el dibujo “, “Eres más rápido/a en carrera “, “Participas muy bien en grupo “. “ Tu modo de salir al patio es el adecuado “, etc.
• Si el bajo rendimiento académico contribuye a la baja autoimagen, deben reforzarse los atisbos o pequeños logros académicos por mínimos que sean: alabar por los pequeños logros y suprimir la crítica por el fracaso.
• El que unos/as alumnos/as refuercen a otros/as (alaben) por pequeñas
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