Brújula para navegantes emocionales
Diana RayónEnsayo6 de Marzo de 2023
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“BRÚJULA PARA NAVEGANTES EMOCIONALES”
“La neurociencia y la psicología evolutiva denominan inteligencia emocional -es decir, la suma de habilidades emocionales y sociales de cada persona- que comprende dos ámbitos básicos: el conocimiento de nuestras propias emociones y el conocimiento y gestión de las emociones de los demás”. Muchas de las veces hemos reprimido nuestras verdaderas decisiones por miedo a que no sea correcto o no vaya con las perspectivas de los demás, esto debido a que, fuimos educados o aprendimos conductas provenientes de nuestros padres o ya sea de nuestro entorno social. La manera en que manejamos nuestras emociones no siempre son las correctas, esto debido a que, no las conocemos o simplemente no sabemos cómo aceptar a convivir con ellas de una manera sana, es por esto, que no sabemos como reaccionar ante las emociones de los demás, sintiendo que es nuestra obligación ayudarlos a salir de aquello que les causa malestar día a día. Es por esto por lo que el libro se llama “Brújula para navegantes emocionales”, por que es necesario saber a dónde quiere dirigirnos aquello que nos causa frustración o ira, guiar nuestras emociones a una mejor fase y así, poder construir un mejor camino y afrontar inteligentemente la vida.
CAPITULO 1 La construcción del nido. “Elegimos cuidadosamente las telas y los materiales de nuestras casas, pero no solemos considerar con detenimiento los criterios básicos de convivencia necesarios para disfrutar de un hogar acogedor” En ocasiones o muy frecuentemente podemos escuchar a alguien decir que no volverá a cometer los errores que “cometieron” sus padres al formar su hogar, todas aquellas peleas o la forma de educar. Creemos que si evitamos aquellas acciones negativas podremos lograrlo, pero de algún modo terminaran frustrándonos y, de todos modos, cometer aquello que quisimos evitar. Para eso seria necesario tener presentes nuestras emociones, entender porque llegaron hasta este punto, para así, comprender el de nuestra familia o pareja sea el caso. Es importante entender que los demás no son culpables de nuestros errores presentes, ellos al igual que nosotros no saben como poder entender sus emociones lo cual ocasiona, que no puedan entender las nuestras o poder comprender nuestro sentir.
“Si hemos intentado a lo largo de nuestra infancia, como les ocurre a tantos niños, adaptar nuestro temperamento y nuestros sueños para que sean éstos los que encajen con los patrones emocionales heredados de nuestros padres, habremos instalado en nuestras psique un programas que no es el adecuado para nuestras necesidades” Cada persona tiene emociones negativas y positivas, las cuales son las negativas las que reprimimos por miedo a la forma en la que reaccionamos cuando estas aparecen, debido a que, muchas de las ocasiones nos enseñaron que llorar o estar enojado era malo, que no teníamos porque sentirnos así o ponernos de esa forma. Es ahí cuando adaptamos el concepto que le dan los demás a las emociones y las hacemos ver como malas o buenas. Las emociones negativas están ahí por una razón y nos ayudan, al igual que las positivas, a tomar decisiones que nos pueden sacar de situaciones desagradables o causan malestar en nuestra persona. Las emociones o sueños frustrados de nuestros padres han llegado tan profundamente a nosotros que, hemos llegado ha adaptar “su” vida en la nuestra, es por eso, que sentimos que los demás deben encajar con nuestras expectativas o deben sacrificar sus necesidades como nosotros hicimos con la de los demás.
“Los <<ladrillos emocionales>> del bebé son la presencia física, las palabras de cariño y los cuidados amorosos. Estas actividades fomentan la correcta organización de los sistemas cerebrales responsables del apego” He oído hablar a personas las cuales piensan, que como son bebés ellos aún no comprender del cariño o afecto, pero esta parte como lo menciona la autora es importante, ya que, la relación que haya entre los cuidadores, más a futuro, será la forma en que nos relacionemos con los demás, si mantenemos relaciones estables y sanas, o inestables y sin que nos afecte en absoluto.
“Para ser un modelo eficaz las palabras y los actos del adulto deben ser coherentes” Para poder enseñarles a los pequeños de la familia a no mentir para que siempre haya confianza entre familia, es necesario también reflejarlo, no sirve de mucho que, de frente a los demás seamos agradables y a sus espaldas hablemos mal de ellos. Los padres son el ejemplo para los niños y en la etapa de crecimiento es muy fácil que ellos imiten cualquier acción que sea repetitiva. Es mejor enseñarle aspectos positivos como, hacer validos sus sentimientos para que él pueda validar el de los demás.
CAPITULO II La llegada de los hijos. “El hijo llega como es y tienes que ayudarlo a sacar lo mejor de si mismo, no de aquello que creías que querías que fuese” El ser madre/padre se considera en ocasiones, una de las labores sencillas, se cree que el tener un hijo es cosa fácil, solo es la cuestión de alimentarlo, verlo crecer y después dejarlo ser libre. Pero realmente considero que para ser padre debería cada uno de estar mejor preparado emocionalmente, para que implique a futuro, tener que llenarlo de expectativas que tal vez .no cumpliste en tu infancia o en el transcurso de tu crecimiento; o aquellas ideas que también fueron impartidas de generación en generación, el cual ya plantean como debes de ser cuando crezcas, a que debes dedicarte y hasta como hacerlo para lograrlo. Por eso es que vemos tantos jóvenes con depresión o ansiedad, al no poder cumplir con aquellas expectativas que les han impuesto sus padres.
Los niños crean su propio temperamento conforme al entorno de la familia, amigos. Él crea capacidades antes de hablar para expresar sus necesidades, las respuestas de los padres crearan la personalidad inicial del niño. Los padres necesitan escuchar y encontrarse en armonía para entender las necesidades iniciales del bebé con esto empezaran a emerger rasgos del temperamento del niño. Existen 4 tipos básico de temperamentos, el primero es el sanguíneo donde las personas serán inquietas, nerviosas y se distraen con facilidad y en la otra cara son sensibles, adaptables y optimistas. El segundo es el melancólico, la personas con este temperamento son tímidos, conversan solo en un entorno conocido y sueles estar tristes sin ninguna razón. El colérico pertenece a las personas, que dan la sensación de ser seguros, y lideres, aunque de lado negativo tienden a ser explosivos y controladores; por último, el temperamento flemático, estas personas son tranquilas y leales, no llevan prisa y les gusta su rutina. Cabe aclara que el temperamento no tiene nada que ver con la inteligencia, si no con las reacciones emocionales ante la vida, el conocer el temperamento de cada uno nos ayuda a saber la forma de resolver conflictos y podemos simultáneamente mezclar varios temperamentos según las circunstancias.
Todos los temperamentos tienen cualidades diferentes, ninguno es superior a otro, simplemente encaramos las capacidades de forma distinta. En general los sanguíneos y flemáticos tenderán a ser permisivos pues no les gusta el conflicto, el temperamento colérico será autoritario. Es importante que entre el temperamento y capacidad del infante se acople con el de la madre dado que la frustración mutua afecta negativamente la relación entre hijos y padres. Cualquiera que sea el temperamento, todos tenemos la necesidad emocional básica del amor y se necesita expresar diariamente, un recién nacido es capaz de captar el ambiente emocional de su hogar mucho antes de poder hablar, mediante el tono de voz y las sensaciones de como es atendido o tratado, por eso es tan importante se sientan seguros emocionalmente y amados. Durante su primer año de vida el bebé comprende y siente más de lo que parece.
Algunos padres intentan fomentar en sus hijos independencia y que aprendan la manera de responder a su entorno, pero habrá consecuencias si la forma de educar es estricta creando así, resultados negativos al no haber sido cobijado con amor incondicional y la seguridad del hogar, y muy al contrario fue obligado a la resiliencia. Su hogar del niño debe transmitirle amor, los cambios y retos deben ser de manera progresiva enfrentándolos con la ayuda de los padres y profesores, con ello se pude crear en los primeros años de vida un cimiento emocional positivo y sólidos, de esta manera podrá estar preparado para enfrentar y resolver lo que se le presenté. Los padres no deben pasar al otro extremo con la sobreprotección física, pues lo privan de la libertad para ejercer su autonomía. A los 3 años el niño, puede empezar a distanciarse de sus familiares cercanos. Cuando un niño es amado y tiene el amor incondicional de sus padres, sabrá amar de manera incondicional.
¿Qué es el amor incondicional? La atención que reciben los niños de sus padres, con cuidado, respeto y dando alimento emocional logran que el niño crezca emocionalmente seguro. No debe condicionarse el amor a los hijos, ni se debe cumplir las expectativas de los padres. Chapman lo describe como “un amor que acepta el niño plenamente por aquello que el niño es, no por aquello que el niño hace”. En el amor incondicional, se ama, aunque sus actos no nos agraden, se debe corregir su comportamiento sin impedirles expresar sus necesidades y sentimientos, cuidando de no excedernos y convertimos en permisivos, creyendo que somos tolerantes ante sus actos. Se ama a la persona con sus capacidades particulares, con una aceptación sana y sin condiciones, este amor incondicional actúa como una brújula que marca el camino donde cada persona puede ser uno mismo sin temor, asumiendo la responsabilidad de sus actos y poder compartir de la mejor manera con los demás fomentando el desarrollo de un autoestima saludable y sólida. De esta manera el niño aprenderá el valor y lo útil del esfuerzo y la superación. Un niño con baja autoestima sentirá ser inferior a los demás, temerá a los retos y no sabrá como enfrentarlos. Los niños perciben el amor a través de los actos diarios.
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