CRISIS DE LA PSICOLOGIA Y LA PSIQUIATRIA

Universidad Metropolitana

Escuela de Ciencias Sociales, Humanidades y Comunicaciones

Departamento de Ciencias Sociales

Yashira M. González Abreu

S00983725        

Prof. Víctor Ortiz

Psicología Social

Psic. 225 Sec. 315

Lunes y Miércoles 8:00 pm

REFLEXION:

CRISIS DE LA PSICOLOGIA Y LA PSIQUIATRIA

La psicología social está en una crisis por su afán de pertenecer a las “ciencias reales”, “ciencias duras” o ciencias naturales, aquella que solo considera aceptable lo que es medible y observable. Esta crisis puede mejorar o agravar la situación en la que se encuentra la psicología. Es “un momento decisivo y de consecuencias que serán importantes para el rumbo que tome la Psicología Social en un futuro inmediato” (Panyella I Rosés y Rodríguez Gabarrón, según Panyella I Rosés y Rodríguez Gabarrón, 1948). El esfuerzo de pertenecer a estas ciencias ha acaparado toda la energía de la psicología olvidando el bienestar colectivo. Es por esto que la psicología no ha producido cambios significativos en la población. “La psicología no ha tenido ciertamente éxito en crear una revolución intelectual en el sentido de afectar profundamente nuestra visión de la naturaleza humana” (Henry Tajfel, 1972).

El paradigma dominante actualmente en la psicología es el positivismo, el cual pretende ser objetivo, pero ¿cómo se puede ser objetivos en la psicología cuando esta, según Dr. Carlos de los Ángeles, es la ciencia de la subjetividad humana? Buscando la objetividad convierten al ser humano en un objeto y lo destruyen. En la lectura de Sanando la Psicología menciona que la intención de ser objetivos ha logrado distanciamiento entre el investigador y los participantes por considerarse fuente de contaminación para el estudio y los investigadores se excluyen del estudio sin saber que ellos influyen en los participantes. Rosaldo (1983) mencionó que es necesario considerar a los investigadores como sujetos porque tienen experiencias que pueden inhibir y/o permitir aprendizaje.

La psicología y la psiquiatría se han usado como un aparato ideológico de Estado. Han marcado normas por las que nos debemos dejar llevar y de no seguirlas se nos consideran personas disfuncionales o “locas”; “se objetiva al loco como enfermo mental, para excluirlo” (Enric Mora y otros, 1982). De esta forma se mantiene el control social, toda persona que no siga las normas o no se comporte de la misma forma que los demás es catalogada como enfermo mental. Se considera que el problema es la persona, no la sociedad. Los psiquiatras al internar a una persona o medicarla “no hace otra cosa que levantar una barrera entre lo que es aceptable socialmente y lo que no lo es, excluye la no racionalidad del sistema” (Enric Mora, 1982). Pero como se pregunta G. Jervis: “¿Representa el trastorno mental un modo anormal de reaccionar a una situación normal, o más bien un modo anormal de reaccionar a una sucesión de situaciones anormales?” Los problemas de las personas no son individuales, son sociales, es por eso que se debe tomar en cuenta los aspectos históricos, culturales y sociales.

La psicología y la psiquiatría “deben reconocer que en ellas existen las capacidades ilimitadas tanto para hacer el bien como para hacer el mal” (Núñez Molina, 2008). Esta ha sido utilizada para afirmar descubrimientos de índoles racistas como lo hizo Arthur Jensen o de índole sexista y misóginas como Lawrence Kohlberg en apoyo a Sigmund Freud. El uso que se le ha dado a la psicología para evitar que trabajadores se revelen en contra de las injusticias laborales o el daño que se le hace a los niños en nombre de la psicología al atribuirle los problemas de aprendizaje al niño sin tomar en consideración el sistema educativo, el cual puede ser el causante de este problema, ya sea por las practicas o el ambiente.

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