La crisis de la psicología

A principios del siglo XX se hizo patente una crisis de viabilidad en los programas de psicología, la crisis se expresaba de varias maneras y afectaba seriamente la continuidad, el prestigio y la legitimidad de la ciencia inaugurada. Había muchas razones la cual, la principal afectaba los programas ya señalados lo cual no significaba una desaparición brusca ya que, de hecho, estos programas continuaron con su producción científica, pero a la vez su reconocimiento disminuyo o se extinguió.

El centro de esta crisis se identificaba con la definición del objeto de estudio de la psicología: la conciencia. En todos los programas se asumía la conciencia como centro de la ciencia, pero la dificultad radicaba en la propia definición de la conciencia como experiencia que se identificaba con la vivencia individual del sujeto.  

El único método a utilizarse era la introspección decía que el objeto solo aparece directamente al sujeto que lo vivencia, pero cualquier forma de introspección dejaba serias dudas acerca de la veracidad del fenómeno, como ya lo habían comprobado los filósofos, científicos y hasta personas corrientes. Simplemente, nuestra percepción puede engañarnos, falsear la realidad, variar de un sujeto a otro, lo que imponer acciones rigurosas para controlar la subjetividad, asumida en las ciencias naturales como deformadora del conocimiento.  Este error termino siendo el objeto de estudio de esta ciencia.  El enfoque positivista de la ciencia que con tanto afán la psicología quería perseguir exigía el experimento, la forma clásica de investigación ya en esos días, un experimento debía ser objetivo, esto es, independiente de la subjetividad de la persona que lo observa. Predecible; si es conocimiento, debe poderse repetir toda vez que se reproduzcan las condiciones que le dan el lugar y verificable; cualquier sujeto puede experimentarlo si reproduce las condiciones en que otro sujeto lo experimento.  

En psicología el objeto de estudio es por definición la subjetividad, sujeto, identificarlo con algún fenómeno evaluable científicamente a través de un experimento. Otra variante, relacionar la vivencia con algún resultado de las acciones del sujeto demostrable en la realidad objetiva, ej; Si un sujeto se plantea una tarea, esta tenía un resultado que se traducían en una realidad que podía ser evaluada, medida, relacionada con el evento psicológico, este era el método de la tarea usado por Ebbinghaus y otros, aceptado por James.

Por ultimo podía pedirse al sujeto que controlara sus propias variaciones para abordar las regularidades entre una serie de hechos psicológicos y otra serie de hechos psicológicos, el relato de la propia acción, el pensar en voz alta, propuesta por Brentano y en el experimento de Kúlpe.

No existía ninguna forma de evitar que tales supuestos del experimentador afectaran la propia declaración de los sujetos de experimento. Les instruía, menos se le sugería que buscara en su experiencia. Ninguna de las soluciones propuestas en los programas originales resulto efectiva.

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